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"I don't want to belong to any club that will accept people like me as a member." Groucho Marx en Groucho and Me (1959).

lunes, 16 de abril de 2012

titanes


Imagen tomada de un post de Taringa.

Hace poco más de un mes se cumplieron 50 años de la primera emisión de Titanes en el Ring, lo que dio lugar a homenajes y conmemoraciones, con dos gruesos libros incluso que recordaban a Karadajian. Sin embargo, en ninguna parte encontré desarrollada la historia de la militancia de algunos de los titanes en el Ejército Revolucionario del Pueblo, tal como nos lo contara Gustavo Plis-Sterenberg a Juan Manuel Alonso y a mí en mayo de 2008.
El recuadro de aquella entrevista:
“Nosotros teníamos una serie de contactos en una villa de La Plata que nos seguía mucho a nosotros”, afirma J., un ex militante del ERP que combatió en Monte Chingolo, en el libro de Gustavo Plis-Sterenberg sobre esa batalla entre guerrilleros y militares en 1975. “Habíamos hecho mucho accionar propagandístico ahí, como repartos de leche o cuelgues de banderas. Ahí hicimos, en el 75, un desfile militar. Íbamos vestidos con los uniformes, con armamento y con la bandera del ERP. Fue impresionante. Estuvo muy bien preparado todo. La gente salía de las casitas para ver.
“Muchos de los Titanes en el Ring de la época vivían allá y eran colaboradores nuestros. Uno de ellos, (mientras) comíamos con él y otros en su casa, me dijo: «Estamos con ustedes. Aunque no vamos a salir con las armas, en todo lo que podamos vamos a colaborar».
“Nosotros le decíamos: «Vamos a hacer un reparto de leche y ustedes sin destaparse (porque allá no sabían que eran colaboradores nuestros) vayan preparando todo». Ellos nos daban los datos que precisábamos, incluso de la policía, y nos hacían de campana. Nosotros tomábamos varios camiones de Sancor o de los pollos de Gelbard, que tenía unos frigoríficos grandes, y hacíamos los repartos. (…) Los «Titanes» organizaban a la gente, formando una fila para que se fueran llevando los pollos y la leche. Esto muy poca gente lo sabe, que muchos de los «Titanes» eran gente nuestra. A lo mejor alguno se entera de lo que digo y me mata, pero yo sé que fue así. La gente de la villa nos apoyaba muchísimo”.
El párrafo anterior puede leerse en Monte Chingolo, de Plis-Sterenberg. Le digo a Plis, ahora que ya pasó más tiempo: “¿No tenés precisiones, cuáles titanes?
“Estoy en condiciones de darles una primicia —dice Plis-Sterenberg risueño—, el responsable máximo era el Superpibe. El superpibe era el máximo colaborador, pero también andaban el payaso “Pepino”, Ararat. Ellos se arriesgaban porque sabían muy bien a lo que se sumaban”.

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