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"I don't want to belong to any club that will accept people like me as a member." Groucho Marx en Groucho and Me (1959).

lunes, 4 de febrero de 2013

la espía que me amó

Actúa Michael Gambon y Charlotte Rampling, aunque tienen sus versiones jóvenes del año 1942, porque la miniserie Restless (Sin descanso), cuyos dos únicos episodios terminó de emitir la BBC el 28 de diciembre pasado, transcurre a mediados de los 70. Fue escrita por William Boyd, quien a la vez es experto en temas de espionaje y tiene ya una larga carrera en guiones de cine, teatro y novelas, de hecho, la miniserie está basada en su novela de 2006 del mismo nombre. En su comentario para The Guardian, John Crace procede como Borges al señalar una trama obvia (una mujer le cuenta a su hija ya mayor, ya madre, que fue espía durante la Segunda Guerra y le hace saber que aquella trama se extiende hasta el presente, los 70) y una secreta: las emociones.
Pero Restless, que puede verse como un drama de espionaje (y hay que decir que Boyd tiene entre sus prsonajes al creador de James Bond, Ian Fleming), cabe también en una categoría acaso reciente que revisa el papel de Inglaterra durante la Segunda Guerra y que ha mostrado ya extremos curiosos, desde El discurso del rey hasta Into the Storm u otros films y documentales vistos en el montón que invocan la leyenda de Kim Philby, el más imponente de los dobles agentes.
Restless funda su intriga, y esto es lo curioso desde hace pocos años, en ese momento en el que Philby como otros descubren que para salvar a Inglaterra había que unirse a los rojos, el momento en el que cierta visión del internacionalismo era la única respuesta al nacionalismo que enardecía a las masas europeas.
Eso ya es algo para decir de Restless.

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