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"I don't want to belong to any club that will accept people like me as a member." Groucho Marx en Groucho and Me (1959).

domingo, 9 de marzo de 2014

simpatía interrumpida


¡Hermoso! Una hora de Massive Attack en Alemania. Muchos temas de Heligoland, pero también el clásico "Unfinished Sympathy" (minuto 44.25) cantado por una Deborah Miller Shara Nelson deslumbrante, conmovedora y sobrenatural. Desde Massive Attack y Daft Punk la música se "lee": no hay ya diferencia entre la cita, el homenaje y la intervención. Hacer música es "editar", es decir, no sólo construir un discurso sentimental, melancólico, que busca en el pasado el camino "no tomado", sino que halla en el presente (esos geniales músicos que convocan los dúos de editores) la otra vida. Cada canción de Massive Attack es una puesta al día.
Massive Attack introduce un "medievalismo" magistral en eso que puede llamarse la escena del rock (el trip hop y otras nomenclaturas me siguen pareciendo un manotazo de ahogado): borra no sólo la figura del autor, sino que elimina ese virtuosismo que vino a reemplazarla (desde Eric Clapton a Rick Wakeman) para volver a ubicar la virtud en el discreto lugar que siempre debió ocupar, el del puente, el pasaje. Creo que si Max Roach (acá nos lo dice de algún modo y acá lo escuchamos con Mingus) hubiera sido su contemporáneo hubiese elegido estar en el lugar de esos percusionistas.
Fotografía de Kristoffer Trolle.

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