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"I don't want to belong to any club that will accept people like me as a member." Groucho Marx en Groucho and Me (1959).

lunes, 26 de diciembre de 2016

boliviana

Escribe: «Es sábado a la mañana y estamos por bañarnos. Aunque no hay agua desde hace unos días en los baños, hay unas duchas portátiles justo afuera del domo que pueden usarse.
«Me baño. Me seco. Me cambio. Me siento un minuto en el piso y miro las duchas.
Me doy cuenta que en Bolivia todo puede pasar por un mismo plano:  la discusión sobre la revolución, el discurso de mujeres y hombres que nos empoderan, la cena, los plátanos que nos da la senadora, el minuto de silencio por Fidel Castro, bañarse, las lágrimas de emoción, el grito de "viva la patria grande" .
En Rosario, aprendí de los integrantes de la comunidad QOM que lo sagrado puede suceder en el mismo lugar que lo cotidiano, que lo humano. La olla de la cocina para ellos: es sagrada, en cambio la cuchara, la mesa, el arroz... son simplemente una cosa mas de este mundo tan mundo; pero se mezclan, ahí, en la cocina.
Me doy cuenta que el gran Evo Morales podría haberme cruzado en toalla, con el "shampoo" en la mano.
Bolivia, me fascina una vez mas.»
Fotos tomadas de la red social.

Ese milagro cotidiano a mí me recuerda al de Graham Greene en The End of the Affair: el hombre que se detiene a rezar en la Iglesia con su bolsa de mandados; las verduras envueltas en un diario viejo. La pregunta es ¿cómo ser contemporáneo de esa revelación?


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