YouTube: Lo que empezó con un clásico de Pulp ("Common People") me llevó a otro clásico de Pixies (acá hay una buena entrada sobre escuchar Pixies en Argentina, pero hay que encontrarla) y, entonces, a uno de Smashing Pumpkins y, al fin, a The Dead South, que es la alegría del momento.
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sábado, 30 de septiembre de 2017
lunes, 25 de septiembre de 2017
síndrome de estocolmo
El 18 de septiembre pasado, desde la consultora Gustavo Córdoba y Asociados,
radicada en Córdoba, soltaron una encuesta que registraba una ola de apoyo al
gobierno nacional de Mauricio Macri, sobre todo en la región central del país.
No sólo creció la imagen positiva del presidente –pese a la desaparición de
Santiago Maldonado, pese al escándalo de los Panamá Papers (que se mantuvo como
una agitación internacional y parece nunca haber traspasado la frontera
nacional, al punto que la semana pasada la Justicia desvinculó al mandatario) y,
sobre todo, pese a la caída de las ventas, el incremento de la importación, la
pérdida de empleo y de poder adquisitivo de la población. Los cambiemitas
dominan las encuestas y, mejor aún, dominan el ánimo político impulsados por
una oposición amorfa, fragmentada y centralizada en el caudal electoral de Cristina
Fernández de Kirchner, quien compite por una senaduría en la provincia de
Buenos Aires.
En esta conversación Gustavo Córdoba también pone en duda
que el justicialismo santafesino conserve los votos que obtuvo en las Paso y
cree que los únicos que pueden crecer electoralmente son el oficialismo
provincial y el partido de la Casa Rosada.
—A partir del triunfo
de las Paso han reforzado de manera positiva todas las expectativas, todas las
imágenes, incluso la aprobación de la gestión.
—Hay un proceso que venimos midiendo desde hace rato, hay un
interregno antes y después de las Paso donde todos los indicadores que son
expectativas, calificación de gestión e imagen se dispararon. Un efecto ganador
tremendo, fundamentalmente en toda la zona central del país, que tiene un
correlato que Cambiemos ha tenido y que eventualmente pueden tener. Te voy a
dar un dato: lo de San Luis no es un fenómeno aislado, tampoco lo es lo que
puede llegar a pasar en Santa Fe. Es muy probable que Cambiemos gane, y le va a
costar mucho al peronismo mantener la victoria que tuvo en agosto en Santa Fe.
Porque no sé si quienes votaron a la jueza Alejandra Rodenas se van a inclinar
por el voto a Agustín Rossi o bien van a tener como opciones al oficialismo de
la provincia o a Cambiemos.
viernes, 22 de septiembre de 2017
alan woods, un bolchevique británico
para RosarioPlus
Hablamos por Skype, previo arreglo con su esposa Ana que, creo, es española. Previo arreglo también con un amigo trotskista de Rosario que me avisó que Alan Woods, autor de una reciente historia del partido Bolchevique y asesor en su momento del ex presidente venezolano Hugo Chávez, vendrá a la ciudad para el Congreso Internacional “A cien años de la Revolución Rusa”, entre el 28 y el 30 de septiembre próximo, al que asistirán también pensadores y teóricos marxistas del país y el mundo. Hablamos en español, uno de los siete idiomas que Woods maneja además del inglés y el ruso. "Soy un troglodita en el uso de las nuevas tecnologías", me dirá, como excusándose de elegir un medio para conversar que me permita grabar en el mismo dispositivo.
Hablamos por Skype, previo arreglo con su esposa Ana que, creo, es española. Previo arreglo también con un amigo trotskista de Rosario que me avisó que Alan Woods, autor de una reciente historia del partido Bolchevique y asesor en su momento del ex presidente venezolano Hugo Chávez, vendrá a la ciudad para el Congreso Internacional “A cien años de la Revolución Rusa”, entre el 28 y el 30 de septiembre próximo, al que asistirán también pensadores y teóricos marxistas del país y el mundo. Hablamos en español, uno de los siete idiomas que Woods maneja además del inglés y el ruso. "Soy un troglodita en el uso de las nuevas tecnologías", me dirá, como excusándose de elegir un medio para conversar que me permita grabar en el mismo dispositivo.
Mientras hablamos me
sorprende la claridad con la que entiende mi español, porque después de una
introducción informal comienzo a preguntarle cosas como si compartiéramos el
mismo ambiente, los mismos códigos. Y él, allá, desde Londres, me llama por mi
nombre y recoge cada pregunta con amabilidad. Tiene 73 años, es amigo del nieto
de Trotsky, a principios de los 90 formó una corriente propia junto
con el sudafricano Ted Grant
dentro del trotskismo británico y es el editor del sitio En defensa del marxismo.
lunes, 11 de septiembre de 2017
el huracán capitalista
Cuando el huracán Harvey azotó a Texas, Naomi
Klein no perdió tiempo en diagnosticar las “verdaderas causas” detrás del
desastre, acusando a “la contaminación climática, el racismo sistémico, la subfinanciación
de los servicios sociales y el sobrefinanciación de la policía”. Un día después
de que apareciera su ensayo, George
Monbiot argumentó en The Guardian que nadie quiere hacer las duras
preguntas sobre las inundaciones costeras que se generaron durante el huracán
Harvey porque hacerlo sería desafiar al capitalismo –un sistema ligado al “crecimiento
perpetuo en un planeta finito”– y poner en tela de juicio los mismos cimientos
de “todo el sistema político y económico”.
De las dos opciones, yo voto por la interpretación de Monbiot.
Hace casi cuarenta años, el historiador Donald
Worster, en su estudio clásico de uno de los peores desastres naturales de
la historia del mundo, el Dust
Bowl de los años treinta (por “cuenco de polvo” se conoció una terrible
sequía que entre 1932 y 1939 afectó desde el Golfo de México a Canadá),
escribió que el capitalismo, que entendía como una cultura económica basada en
maximizar los imperativos y la determinación de tratar la naturaleza como una
forma de capital, “ha sido el factor decisivo en el uso de la naturaleza de
esta nación”.
estación terminal
Fue un posteo de Coki en WhatsApp el que me hizo conocer el documental sobre el Bar Terminal, en la Octava avenida y la calle 42, pero hace más de 35 años. Sheldon Nadelman, el barman durante diez años –entre 1972 y 1982– fotografió a los clientes y los muestra y los recuerda en en cámara: cuante lo poco que sabe de las historias de cada uno de esos hombres que iban a beber a cualquier hora del día, la mayoría cocineros de restaurantes, muchos negros gays en ese período. Viéndolo, escuchando a Nedelman –que al final del documental, en 2002, cuando se filmó, vuelve a la esquina en la que trabajó diez años (frente a una terminal de autobuses de la que la gente sale ya agotada para enfrentar el día en la gran ciudad) y ve lo que fue el bar convertido en un videoclub.
Hay como la sensación de asistir al sumidero del paraíso neoyorkino, pero también a la dimensión real de lo que la vida puede ser en la jungla de asfalto: alcohol, soledad, desesperanza. Vemos los rostros deformados por el paso del tiempo, el deterioro que la bebida produce en esos hombres pobres y allí Nedelman, rescatando esos tipos que le llenaban el día y la vida, los nombres, la gracia que traían consigo esos perdedores.
Acaso allí terminó sus días el esposo de Mary Sánchez, la mujer, el ángel que limpia departamentos por hora y retrató Truman Capote en "Un día de trabajo" o, mejor, la mujer por la que reza Truman Capote al final del cuento. Recemos por ella y por esas vidas que fugazmente conocemos a través de los rostros que retrató Nedelman en una esquina de "New York Shitty", como le oímos decir entre risas sobre el final del documental.
Hay como la sensación de asistir al sumidero del paraíso neoyorkino, pero también a la dimensión real de lo que la vida puede ser en la jungla de asfalto: alcohol, soledad, desesperanza. Vemos los rostros deformados por el paso del tiempo, el deterioro que la bebida produce en esos hombres pobres y allí Nedelman, rescatando esos tipos que le llenaban el día y la vida, los nombres, la gracia que traían consigo esos perdedores.
Acaso allí terminó sus días el esposo de Mary Sánchez, la mujer, el ángel que limpia departamentos por hora y retrató Truman Capote en "Un día de trabajo" o, mejor, la mujer por la que reza Truman Capote al final del cuento. Recemos por ella y por esas vidas que fugazmente conocemos a través de los rostros que retrató Nedelman en una esquina de "New York Shitty", como le oímos decir entre risas sobre el final del documental.
lunes, 4 de septiembre de 2017
los modos de vida
De repente, la desaparición de un joven en medio de un
operativo de Gendarmería en la provincia de Chubut se convierte en una suerte
de “operación” política, es decir, un supuesto montaje, una falsificación de un
hecho que, para la historia reciente de Argentina, es algo terrible y de
repercusiones inconmensurables. Santiago Maldonado fue visto por última vez en
una protesta junto a miembros de la comunidad mapuche en una ruta de la
Patagonia, una patrulla de Gendarmería lo perseguía; en ese operativo a manos
de una fuerza estatal estuvo presente una alto funcionario del ministerio de
Seguridad, Pablo Noceti –asociado a su vez a la defensa de militares que
participaron del terrorismo de estado durante la última dictadura–; sin
embargo, desde esa dependencia se negó desde un principio la posible
incumbencia de los gendarmes en el hecho y, desde ese 1 de agosto, comenzó una
suerte de campaña feroz en medios oficialistas y redes sociales de demonización
del mismo desaparecido y de la comunidad mapuche: acusándola de extranjera (son
mapuches, es decir, dicho mal y pronto, indios, y por tanto, cualquier cosa
menos extranjeros) y de terroristas, llegando a extremos (como que son
financiados por los ingleses o tienen vínculos con los kurdos) que llamarían a
risa si el trasfondo no fuese tan espantoso.
La pregunta anecdótica es ¿cómo parte de una sociedad que
vivió el desarrollo de juicios y castigos a responsables del terrorismo de
estado de una manera ejemplar en el mundo, acepta ahora esta nueva desaparición
y, además, la banaliza? Pero la otra pregunta es por la salud de la
historia y el modo en que se aprehende hoy en día.
Agustín Jerónimo Valle, es un joven historiador de Buenos Aires,
se formó fundamentalmente en Historia de la Subjetividad y Transformaciones
contemporáneas en la subjetividad, con Ignacio Lewkowicz entre 1999 y 2004.
Integra –según puede leerse su currículum en el sitio de Flacso– en la
Diplomatura en Gestión Educativa de Flacso Argentina, donde también es
coordinador del Seminario Subjetividades Mediáticas y Educación. Además de los
numerosos libros que publicó (Solo las cosas. Ensayos sobre subjetividadmediática y naturaleza urbana; De pies a cabeza. Ensayos de fútbol; A quién le importa. Biografía política de Patricio Rey –autoría en el grupo–), escribe
a menudo en distintos medios culturales y administra el blog
Sólo Las Cosas, donde, además de textos suyos, pueden escucharse sus
columnas sobre cultura y política en el programa Tiro al Blanco en la radio porteña
La Tribu.
Valle trabaja desde hace años esa relación entre política,
historia y subjetividad acaso ineludible para pensar el problema planteado en los
primeros párrafos.
—Ya que te has dedicado a estudiar la educación, lo
mediático y la política, ¿tenés una respuesta de por qué a casi cuarenta años
de democracia aún hay que aclarar qué son los derechos humanos? ¿Hubo ahí una
falla comunicacional, pedagógica?