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miércoles, 29 de agosto de 2018

una idea del mundo

Cruz del Sur


A Sebastián Garavelli, que una noche me instruyó

Desde Rusia, la voz del periodista Alejandro Wall a través de Radio Con Vos en los programas El Lobby o El Círculo Rojo, traía las imágenes de una cotidianeidad en la que reverberaban la historia y las fantasías que de este lado del orbe muchos acariciaron en la vasta sala de la ideología. No sólo los partidos, la intriga de las escuchas, el misterio de silencios llamado Messi, también los relatos y los monumentos, el gran paisaje y los rincones de algo que sucedía tan lejos y tan cerca. La voz de Wall, que hoy puede leerse en el diario Tiempo Argentino o la revista Anfibia, tiene ese don, invitar a cualquiera a ser contemporáneo de algo que aún no se termina de sopesar.
“Su peor día –cuenta en su perfil de revista Anfibia– fue el día en que la síndico Liliana Ripoll dijo, palabras textuales: ‘Ha dejado de existir Racing Club Asociación Civil’”.
En 2011 publicó el libro ¡Academia, carajo! Racing campeón en el país del que se vayan todos y, en 2016, Corbatta. El wing, en el que reconstruye la vida del goleador de Racing que más admiraba su padre.
En esta entrevista dice que prefiere no hablar de generaciones, pero que acaso forma parte de un grupo de periodistas que miran el fútbol con menos nostalgia, lo que le permite contar historias con mayor desprejuicio.
—En ¡Academia, carajo!, donde narrás el desarrollo del campeonato que ganó Racing en 2001 mientras el país se hundía en la crisis, trazaste un panorama descarnado acerca del fútbol como política de estado. ¿Si hoy tuvieras que trazar un panorama en ese sentido, qué aspecto destacarías sobre fútbol y política?
—Creo que siempre está la política. El tema es cómo se maneja, cómo se administra. Tampoco me parece mal la idea de que el fútbol y la política se mezclen. No veo la política en términos negativos. ¿Qué aspecto destacaría hoy? Lo primero que pienso es que de esas figuras de 2001 que estaban en el fútbol, uno de ellos conduce el país, es el presidente y en ese entonces era presidente de Boca, Mauricio Macri. Amigo de Fernando Marín, que había tenido una participación en Socma (la empresa de los Macri) y había sido gerenciador de Racing, y hoy Marín también está en el gobierno, es un funcionario importante en términos de fútbol, es el funcionario que Macri pone ahí. Entonces lo que me impresiona y visto a la distancia es cómo eso termina trasladándose hoy a la administración del país, de estado. Y mirá qué curioso, lo que en general le adjudican al manejo del fútbol es el populismo; los sectores de derecha le adjudican al manejo del fútbol el populismo y hoy el presidente de la Nación llegó desde el fútbol, de haber conducido Boca.
Imagen tomada de Tiempo Argentino.