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domingo, 19 de enero de 2020

dama de noche

Mariela Mangiaterra
Una conversación por WhatsApp

Una vez que fuimos al río con Gaby, con vos, con Pablo.
Una señora que tenía un jardín ahí, en la barranca, me regaló un gajo de una planta que quise tener siempre. La única.
No me gustaban las plantas. Admiraba a Gaby cuidando sus rosales en Oroño y Gálvez, a vos con tus comparaciones entre los reinos vegetal, etc., a Pablo, jugando siempre con la madera, el oriental, con sus fuegos y maderas apiladas.
Pero esa planta única para mi era la Dama de noche.
Mi tía, cuando eramos chicas, nos sentaba a la tardecita para ver ao vivo cómo se abría en el lapso de unas horas. ¡Estaban vivas! Y al otro día, unos tristes capullos secos.
Ese gajo nunca prendió. Y abandoné todos los cuidados especiales que le daba a esa ilusión.
Hace unos años, el joven vecino viverista dejó la casa lindera que alquilaba y me dijo que todas las plantas que quedaban en su terraza me las regalaba.
Empezó un tráfico de macetas por la medianera. (Un día encontré a mi vieja y Vicente recopados con la operación hormiga, trepados a una escalera enclenque.)
Las planté en el suelo, a algunas, y a otras las acomodé en un estante, y empecé a cuidarla con la responsabilidad que me fue transferida.
Pero resulta que me empezaron a gustar las plantas. 
Me empezó a gustar verlas desenrollarse, pintarse, caerse y levantarse.
En San Marcos Sierra, la señora de la panadería Saint Germain (¡no se pierdan esos manjares por favor!) me dijo que tuve suerte de conocer y gustar de uno de los planos de la vida a los 50, podría no haber ocurrido nunca. Conocí un Reino.
Hace unos días, de esa planta que de cada hoja alargada nacen muchas nuevas hojas alargadas chiquitas tuvo un capullo –va a tener una flor, dije. Al otro día ese capullo estaba seco.


La Dama de noche. Me la perdí.
(Bueno, cosa de vieja. Supe de amigas sexage que se llaman por teléfono para transmitirse en vivo el espectáculo o que se ponen el reloj de noche para no perdérselo.)
Tengo la flor que quise siempre y no la vi.
Pero hubo réplica. El día, la nochecita de las fotos de la planta y la claraboya yo intuía que iba a ocurrir porque había soltado un nuevo retoño, iba a cada rato al patio hasta que me topé con ese Sol de Noche.

el nuevo nazismo indio


Mientras la protesta estalla en las calles de Chile, Cataluña, Bolivia, Gran Bretaña, Francia, Irak, Líbano y Hong Kong, y una nueva generación se enfurece contra lo que le han hecho al planeta, espero que me perdonen por hablar de un lugar donde la calle fue tomada por algo muy diferente. Hubo un tiempo en que la disidencia era lo que mejor se exportaba de la India. El 17 de septiembre de este año, el primer ministro Narendra Modi se regaló el embalse lleno hasta el borde de la presa Sardar Sarovar en el río Narmada para su cumpleaños 69, mientras miles de aldeanos que habían luchado contra esa presa durante más de 30 años vieron sus casas desaparecen bajo el agua que sube. Fue un momento de gran simbolismo.

En la India de hoy, un mundo de sombras se desliza hacia nosotros a plena luz del día. Cada vez es más difícil comunicar la escala de la crisis, incluso a nosotros mismos. Una descripción precisa corre el riesgo de sonar como una exageración. Y así, en aras de la credibilidad y los buenos modales, cepillamos a la criatura que nos va a clavar los dientes. India no es, de ninguna manera, el peor o más peligroso lugar del mundo, al menos no todavía, pero quizás la divergencia entre lo que pudo haber sido y lo que se ha convertido lo hace más trágico.

En este momento, 7 millones de personas en el valle de Cachemira –un gran número de las cuales no desean ser ciudadanos de la India y han luchado durante décadas por su derecho a la autodeterminación–, están encerradas bajo un asedio digital y la ocupación militar más densa en el mundo. Simultáneamente, en el estado oriental de Assam, casi dos millones de personas que anhelan pertenecer a la India encontraron que sus nombres desaparecieron del Registro Nacional de Ciudadanos (NRC) y corren el riesgo de ser declarados apátridas. El gobierno indio ha anunciado su intención de extender el NRC al resto de la India. La legislación está en camino. Esto podría conducir a la fabricación de personas sin estado en una escala hasta ahora desconocida.

viernes, 10 de enero de 2020

el problema de medir el crimen


El año pasado, legisladores de Nueva Jersey y Pensilvania propusieron legalizar en sus estados la marihuana recreativa. Se produjo un debate. Algunos argumentaron que legalizar el porro haría que crezca el crimen; otros, que bajara. Hay evidencia para favorecer a los optimistas: un artículo reciente en el Journal of Economic Behavior & Organization informa que, después de que el Estado de Washington legalizó la marihuana recreativa, en 2012, las violaciones disminuyeron allí hasta en un 30 por ciento y los robos, alrededor de un 20 por ciento.
Sin embargo, también hay muchos pesimistas sobre la legalización: muchos de ellos trabajan como agentes de la ley. Curioso por saber sus puntos de vista, contacté a más de 75 alguaciles de condado en California, Colorado, Maine, Massachusetts, Michigan, Nevada, Oregón, Vermont y Washington, estados donde la marihuana recreativa es legal. (También es legal en Alaska). De los 25 sheriffs que me respondieron, la mitad dijo que no habían notado una tendencia, y el resto estaba seguro de que la legalización de la marihuana había aumentado el crimen. “Podemos decir por nuestra experiencia que cada vez que se esté cerca de la marihuana, o de la industria de la marihuana, la probabilidad de resultar víctima de algún tipo de delito es mayor”, dijo Ray Kelly, sargento del sheriff en el condado de Alameda, California. Paul Bennett, capitán del Departamento del Sheriff del condado de Riverside, en California, me dijo: “Puedo decir que los policías en las calles, y específicamente los oficiales de narcóticos, experimentaron un aumento en el crimen violento, todo relacionado con el tráfico de marihuana, las ventas y el cultivo, tanto legales como ilegales”. Pregunté a los alguaciles sobre el artículo en el Journal of Economic Behavior & Organization. “Quien le haya dado esas estadísticas está tan lleno de basura que ni siquiera puede ver cuán ridículas son estas declaraciones, puede citarme al respecto”, dijo Kendle Allen, el sheriff del condado de Stevens, Washington. Frank Rogers, el sheriff del condado de Okanogan, Washington, tenía una hipótesis diferente: “Tal vez cuando lo escribieron se estaban deleitando con un poco del pastito verde”.
Ilustración de Nick Little en The New Yorker.

martes, 7 de enero de 2020

una escalada en la “guerra democrática” global


Los principales medios de comunicación evaden cuidadosamente el método detrás de la aparente locura de Estados Unidos al asesinar al general de la Guardia Revolucionaria Islámica Qassim Suleimani al comenzar el Año Nuevo. La lógica detrás del asesinato es la aplicación de una política global de Estados Unidos de larga data, no solo la peculiar personalidad impulsiva de Donald Trump. El asesinato del líder militar iraní fue de hecho un acto de guerra unilateral que viola el derecho internacional, pero fue un paso lógico de una persistente estrategia estadounidense. El Senado lo autorizó explícitamente en el proyecto de ley de financiación del Pentágono que aprobó el año pasado.

El asesinato tenía la intención de aumentar la presencia de Estados Unidos en Irak para mantener el control de las reservas de petróleo de la región y respaldar a las tropas wahabíes [wahabíes: corriente político-religiosa musulmana de extrema derecha de mayoría sunita] de Arabia Saudita (Isis, Al Quaeda en Irak, Al Nusra y otras divisiones de lo que en realidad es la legión extranjera de Estados Unidos) en apoyo del control estadounidense del petróleo del Cercano Oriente, que es el sostén del dólar. Esa sigue siendo la clave para comprender esta política y por qué está en proceso de escalar, no de disolverse.
US Navy 030402-N-5362A-004 U.S. Army Sgt. Mark Phiffer stands guard duty near a burning oil well in the Rumaylah Oil Fields in Southern Iraq.jpg
By U.S. Navy photo by Photographer's Mate 1st Class Arlo K. Abrahamson. - This Image was released by the United States Navy with the ID 030402-N-5362A-004 (next).
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Participé en discusiones sobre esta política cuando se formuló hace casi cincuenta años, cuando trabajaba en el Instituto Hudson y asistía a reuniones en la Casa Blanca: me reuní con generales, con varios grupos de expertos de las fuerzas armadas y con diplomáticos en las Naciones Unidas. Mi papel era el de economista de balanza de pagos, especializado durante una década en Chase Manhattan, Arthur Andersen y compañías petroleras en la industria del petróleo y el gasto militar. Estas fueron dos de las tres dinámicas principales de la política exterior y la diplomacia estadounidense. (La tercera preocupación era cómo lidiar con la guerra en una democracia en la que los votantes habían rechazado el reclutamiento a raíz de la Guerra de Vietnam).

domingo, 5 de enero de 2020

así comienzan las guerras

El autor de un reconocido perfil de Qassem Suleimani, el general iraní asesinado por un ataque comandado por Donald Trump, analiza el conflicto ascendente en Medio Oriente tras el ataque. Fuentes de inteligencia estadounidenses le señalan a Dexter Filkins que es muy probable que Irán atque a Estados Unidos donde es más débil. Una advertencia oportuna, ya que, como señala hoy un amigo en Tiempo, desde 1992 Argentina se encuentra en el mapa del terrorismo.


El asesinato de Qassem Suleimani, el comandante iraní blanco de un ataque estadounidense el jueves por la noche, es el acto de mayores consecuencias tomado contra el régimen en Teherán en treinta años, incluso si no sabemos cuáles serán esas consecuencias. Una cosa es clara: estamos entrando en un período peligroso, en el que el conflicto entre los dos países podría salirse fácilmente de control.
Imagen tomada de ABC
 
La biografía de Suleimani como figura fundamental en Irán y la región es bien conocida. Desde finales de los años noventa, se dedicó a tratar de rehacer el Medio Oriente en beneficio de Irán. Ordenó a sus representantes matar o deshacerse de cualquiera que se opusiera a su visión de un Irán con una esfera de influencia que se extiende desde Teherán hasta el Mar Mediterráneo. Fue notablemente exitoso, legendario incluso, por cierto el agente más influyente de la región en los tiempos modernos. Estuvo involucrado en la promoción de ataques terroristas, apuntaló a déspotas como Bashar al-Assad en Siria, ayudó a asesinar al menos a un líder extranjero, el primer ministro del Líbano, Rafik Hariri, y mató a cientos de soldados estadounidenses en el camino. En los últimos años de la guerra estadounidense en Irak, las milicias de Suleimani desplegaron un arma particularmente sangrienta contra los soldados estadounidenses, el “penetrador explosivo” (EFP: “explosively formed penetrator”), que desgarró la armadura de los vehículos militares estadounidenses y causó estragos entre soldados y marines. No fue una ironía menor que muriera en el camino al Aeropuerto Internacional de Bagdad, donde tantos soldados estadounidenses e iraquíes murieron por una emboscada.