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miércoles, 30 de marzo de 2011

joe pino

Le bajé a Vicente la primera temporada de 31 minutos, que alguna vez vimos en televisión. Anoche me quedé mirando con él una compilación de los videos musicales del programa, en el episodio Los Policarpo Top Top Awards, y gastamos el tema "Yo opino", de Joe Pino.
Me pregunto por qué la televisión argentina no tuvo nunca programas para niños como 31 minutos, en el que evidentemente el goce no sólo consiste en entretener al niño, es decir, el goce no es sólo la satisfacción económica del adulto que fabrica el producto para el niño (cfr. César Aira: "Estas lecturas infantiles nunca son pueriles: no las han escrito niños, y los niños que las leyeron se volvieron adultos garcias a ellas, gracias a que ellas los ayudaron no sólo a pasar el tiempo sino a ganarlo. Lo pueril es más bien lo que se margina del circuito del dinero. Y la literatura para niños se hace sólo por dinero"), sino que se ponene en juego allí las propias sistemas de goce estéticos cuyo resultado es directamente ético —cosa que hemos aprendido de Luis Pescetti—: el niño es invitado a disfrutar junto con el goce del padre, que encuentra en el humor de 31 minutos un lenguaje que puede compartir con su hijo.

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