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domingo, 10 de abril de 2011

anacronismo

Si hay algo que resulta insuperablmente atractivo en las composiciones y el "sonido" de Paolo Conte es su "anacronismo". Como el de esta canción, en la que le canta al clown (al payaso no del circo, sino del music-hall, al que la música de nuestro compositor vuelve siempre). No sólo pide disculpas al clown por la época en que le toca al narrador de la canción ser su público, sino que lo hace con el fondo del Bolero de Ravel. No sé si conté ya algo que en su momento me contó José María Ulla: Gershwin viajó a París a pedirle a Ravel lecciones de música. Después de escucharlo, Ravel le dijo: "¿Para qué quiere ser un Ravel de segunda cuando puede ser un Gershwin de primera?". 
Yo escucho en Conte, muchas veces, los caminos no tomados de aquél encuentro, de aquellas lecciones.

                           

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