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viernes, 22 de noviembre de 2013

azahar

Con el perfume de los azahares llega el verano. Los azahares son las flores blancas de aroma intenso como el jazmín, el limonero o el naranjo: colman el aire, algo sólido emana de ese aroma, algo cuya dulzura es vecina de los cuerpos en descomposición del calor. En el invierno los cítricos nos proveen de vitamina C, en el verano nos ayudan a disimular que todo lo que se mantuvo fresco en el frío comienza ahora un proceso de degradación. Azar, según el diccionario, viene de dado y, "literalmente", de flor. Es decir que azar y azahares están emparentados en el árabe; y que los dados y la flor, en la lengua que creó Las mil y una noches, tienen una imagen en común.
Los dados ruedan en ese lugar donde solía no preocuparme que rodaran, mientras la flor empalaga mis sentidos y me hace creer que este es el verano, que ha llegado un tiempo de dados echados a rodar como si nunca hubiesen rodado.

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