Fernando
Varea relevó entre críticos de cine de Buenos Aires, Rosario, Mar del Plata
y Córdoba qué son hoy los premios Oscar.
Según leemos, la curiosidad de Fernando –de los pocos en Rosario que mantiene
activa una discusión abierta en torno a cómo vemos cine– se disparó a partir de
un comentario dejado por Fernando
Martín Peña en una de las redes sociales más usadas que levantó cierta
polvareda: “No existe más la industria, las tendencias, no existe más
Hollywood. Se fueron todos a la TV”, puso Peña.
Estaba a punto de aplaudir ese agudo comentario cuando
me encontré con estas dos esclarecedores intervenciones, una de mi amigo Leandro Arteaga, otro, de Leonardo
D’Espósito, a quien sigo con todo placer desde que escribíamos en Crítica.
Copio acá lo que Varea recibió de D’Espósito –hoy crítico de
Noticias y El Amante–: «Los Oscar son importantes como medida de lo que
Hollywood cree de sí mismo (no de lo que Hollywood es, necesariamente). Sirve
como parámetro para saber qué piensan los académicos no de lo que es el cine
sino de lo que ellos desearían que fuera. Si querés, un parámetro más
sociológico o político que estético. Veo todas las películas nominadas por
razones de diferente tipo. Veo casi todo lo que se estrena por trabajo (escribo
semanalmente en Noticias,
mensualmente en Brando y El Amante, más en BAE). También veo todo lo que puedo porque soy cinéfilo de verdad.
Veo todo Hollywood porque el cine, realmente, fue inventado por Hollywood (y en
todo el mundo se hace cine para parecerse o diferenciarse de Hollywood, que
sigue siendo el modelo, y habría que discutir cuan estadounidense es Hollywood:
el Oscar, en todo caso, representa las películas que Hollywood cree más
estadounidenses en el sentido político del término, no así social o
espiritual). Y en ese sentido, hasta la peor película de los Oscar me provee
una idea para pensar el cine. Que es casi lo único que me sale hacer.»
Y lo de Arteaga –que escribe en su blog (ya enlazado) y en Rosario 12. Las negritas cuando dice que
la alfombra roja es una victoria de la TV son mías–: «La importancia pasa por
la tradición que conlleva, por la oportunidad publicitaria que el Oscar
significa para hablar de cine en los medios. En sí, no es más (ni menos) que el
premio que la empresa Hollywood destina a sí misma. En ese sentido, permite
entrever qué es Hollywood hoy, cuáles sus carriles ideológicos. Veo las
películas nominadas pero no por el Oscar, sino por ejercicio cinematográfico.
Hace bastante que dejé de estar interesado en las nominaciones, las utilizo
como nota al pie, suelo enterarme de ellas con retraso. A la entrega de premios
la veo, pero sin expectativa ni nada parecido. La sigo como el programa
televisivo que es. El cine, lamentablemente, es acá secundario. Todo lo
relacionado con la alfombra
roja o similares me resulta decadente, es otra de las victorias de la televisión sobre el cine. Es cierto
que Hollywood siempre fue mucho de eso, pero también lo es que alguna vez fue
sinónimo de buen cine.»
Gracias Fernando (acá todo
el relevamiento, que ya estaba enlazado, claro).
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