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viernes, 25 de abril de 2014

fargo



La serie Fargo está ligeramente basada en la película de los hermanos Coen o, mejor, la película ofrece un escenario, unos personajes a partir de los cuales la serie comienza una fuga.
Matt Zoller Seitz escribe en Vulture que los ambientes iluminados por los tubos fluorescentes, como la sala de espera de hospital en la que el vapuleado Lester Nygaard (Martin Freeman) se encuentra al solitario asesino Lorne Malvo (Billy Bob Thronton) definen a la tira mejor que los exteriores desérticos y nevados del film. Es cierto, si bien los episodios conservan cierta lealtad al universo narrativo de los Coen, también son fieles a la escenografía televisiva, que propende a la intimidad. Claro que también hay mucha nieve, mucho frío; muchos “yah”.
 Imagen de Micropsia.

Creada por Noah Hawley (responsable de Bones), la primera temporada de Fargo (que arrancó en su canal de origen, FX, el 15 de abril pasado) tendrá diez episodios en las que se cerrará la historia, más allá de que haya otra temporada.
También la serie comienza con la leyenda de que se trata de una historia real en la que se modificaron los nombres a pedido de los vivos y se respetaron los hecho en honor a los muertos, sin embargo, los dos asesinos que en el film interpretaban Steve Buscemi y Peter Stormare aparecen transfigurados y podrían caber en los roles que en la serie encarnan Adam Goldberg y Russell Harvard, sin embargo, las diferencias entre la serie y la película se parecen a las diferencias entre universos paralelos en, por ejemplo, la serie Fringe. Por eso, el punto inicial sentado por la película es un punto de fuga para la película.
El asesino que interpreta Thornton, cínico e instigador, se parece a otros asesinos de los Coen, pero no está en el film. Tampoco la policía embarazada que encarnara Frances McDormand, personaje que parece haberse desdoblado en dos, la esposa del jefe de policía (que está embarazada) y la agente que interpreta brillantemente Allison Tolman.
Tampoco el personaje central que hacía William H. Macy (el vendedor de autos) coincide con el de Freeman (un vendedor de seguros maltratado por su esposa, a la que termina asesinando en el primer episodio).
De algún modo, con los rasgos de humor negro que caracterizan a los Coen y son herencia –de algún modo– de los yeites de Ring Lardner, en la serie nos encontramos con los pactos con que Alfred Hitchcock solía enseñarnos el Mal en films como Extraños en un tren, aunque sin su horizonte redentor.

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