Junio es el mes del inicio del verano en el hemisferio
norte, lo que hace que la programación de la televisión renueve
su grilla en esta época del año. Así, ya pueden comenzar a verse algunas de
las series más esperadas y anunciadas en lo que va del año. Por ejemplo, en el
primer fin de semana sin Game
of Thrones (culminó la cuarta temporada el domingo 15 pasado), este
domingo se pudo ver –internet mediante– el episodio estreno de The Last Ship
(La última nave, TNT), serie
producida por el espectacularista Michael Bay (Transformers, Pearl Harbor)
y protagonizada por Eric Dane, Rhona Mitra (acaso elegida
por su notable parecido con Evengeline Lilly, la
Kate de Lost) y Adam Baldwin entre
otros rostros de la América WASP
(blanca, anglosajón y protestante).
The Last Ship está
basada en una novela
de ciencia ficción apocalíptica de 1988 escrita por William Brinkley. Se parece
un poco a El
barco, la maravillosa (aunque demasiado extensa) serie española, pero
todas las tramas se parecen últimamente.
La historia involucra al capitán de un destructor de la
Marina estadounidense debidamente heroico, a una médica del CDC (Centro de Control de Enfermedades,
organismo que ya vimos sucumbir en series como The
Walking Dead e infinidad de películas en las que médicos encarnados por
Dustin Hoffmann luchan contra una plaga) debidamente linda y a la tripulación
del barco, que un día sale hacia el Ártico en una misión de prueba de armas
ignorando que una orden presidencial enviaba de incógnito a la científica para
investigar la evolución de un virus recién descubierto que comenzó a diezmar el
mundo. Como la misión es secreta, el barco permanece aislado cuatro meses, al
salir del silencio de radio, el mundo es otro: el presidente de los Estados
Unidos murió (lo que nos ahorra otra insufrible serie de llamadas directas al
presidente), Europa está en ruinas y así.
Que el virus haya sido creado en un laboratorio y que entre
los integrantes de la tripulación haya un intrigante conspirador y quienes
prefieren terminarla con el viaje en alta mar para volver a casa, o lo que
quede de ella, son opciones que aún no explotó la trama, que se completa con
emotivas venias militares y primeros planos de banderas de Estados Unidos que
flamean sobre las aguas de un mundo devastado. Curiosa o irónica metáfora cuyos
alcances aún no nos fueron revelados.
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