Pintura jesuítica en una misión guaraní.
La semana pasada, la prensa inglesa se hizo eco de un documental paraguayo estrenado en el Festival Internacional de Cine Independiente de Mar del Plata que propone la teoría de que los primeros jugadores de fútbol fueron los guaraníes. De hecho, el cortometraje “Los guaraníes inventaron el fútbol”, fue producido por la Secretaría Nacional de Cultura de Paraguay. Asimismo, desde el pueblo San Ignacio Guasú –a unos 120 kilómetros al noreste de Posadas, Argentina, y a más de 180 de Asunción–, donde funcionó la primera misión jesuita de Paraguay, proponen que ese ciudad sea declarada la capital mundial del fútbol y ya erigieron un monumento en el que un guaraní sostiene un balón de caucho como el que figuran en los registros historiográficos del siglo XVII.
Monumento al fútbol guaraní en San Ignacio Guazú. Imagen tomada del blog de Ángel Gómez.
Antes de morir en julio de 2007, Roberto Fontanarrosa se quejaba
con humor de que a pesar de tener una obra de más de veinte libros, más
historietas y dibujos, pasaría a la fama “por cuatro puteadas” pronunciadas en
su elogio a las malas palabras en el Congreso Internacional de la Lengua
Española en Rosario, en 2004. Podría decirse que del mismo modo, el padre
Bartomeu Melià nos escribe desde España: sobre el artículo publicado en 2010,
con el que empezó todo: “Por desgracia ha tenido más repercusión que otras
cosas más serias; aunque hoy no se puede decir que el fútbol no sea muy, muy
serio”. Las “otras cosas” son unos 22 tomos escritos sobre temas que van desde “Educación
indígena y alfabetización”, a “Historia de la provincia del Paraguay de la
compañía de Jesús. Lengua y cultura guaraní” o “El don, la venganza y otras
formas de economía guaraní”, hasta “El Paraguay inventado” o el “Elogio de la
lengua guaraní”.
Mangá
En “Las misiones del Paraguay” (1771) el padre jesuita José
Cardiel describía el juego de pelota que los guaraníes jugaban con los pies en
estos términos: “Después de la misa se reparten la faenas de toda la semana, y
se van a comer y a jugar a la pelota, que es casi su único juego. Pero no la
juegan como los españoles: no la tiran y revuelven con la mano. Al sacar, tiran
la pelota un poco en alto, y la arrojan con el empeine del pie del mismo modo
que nosotros con la mano: y al volverla los contrarios lo hacen también con el
pie: lo demás es falta. Su pelota es de cierta goma, que salta mucho más que
nuestras pelotas. Júntanse muchos a este juego y ponen sus apuestas de una y
otra parte...”
Cardiel, según señala Melià –quien a su vez debió radicarse en
Brasil en 1977, cuando hizo público su repudio de las matanzas sistemáticas de
los Ache-Guayaki, en Paraguay– escribió esas memorias durante su exilio en
Italia –luego de que la Compañía de Jesús fuera expulsada de América– “y
recordaba con nostalgia a sus queridos Guaraníes y sus pueblos a los que había
dedicado buena parte de su vida”.
“Manga ñembosarái” es el nombre del juego guaraní que hoy desde San
Ignacio Guasú reclaman como el origen del fútbol; cosa sobre la que Melià de
alguna manera conjetura pero nunca afirma. En un intercambio de correos, Melià nos
cita el “Tesoro de la lengua guaraní” (Madrid, 1639), del padre Antonio Ruiz de
Montoya, para traducir el término: “Se puede decir: juego con pelota hecha de
mangá”.
Bartomeu Meliá. Imagen tomada de Wikimedia Commons.
Había escrito, al explorar las palabras que designan al juego, que si la pelota se denominaba “manga”, para pelotear se usaba: “ambojevyjevy manga imombóka”, o “ambojoapy manga guiñemboaráita”, y lanzar la pelota: “amombo mangaysy”.
“Los lingüistas –señala Melià– aceptan hoy que Montoya recoge
fundamentalmente las palabras del guaraní tal como se decían en el tiempo
prehistórico. Las palabras relativas al juego de pelota no las ha inventado él.
Los Guaraníes antes de conocer a los españoles o cualquier otro conquistador ya
“peloteaban”, es decir, jugaban pasando la pelota de uno a otro con el pie y la
chutaban haciéndola botar. La pelota era hecha con el látex del árbol «mangai»“. En su mensaje, el sacerdote nos
señala
Teorías
“Lo que yo no me atrevería a decir es que los Guaranís inventaron
el fútbol”, nos advierte Melià. Le preguntábamos entonces cómo funcionaba ese
juego en particular en la cultura guaraní de entonces.
“Efectivamente se trata de una pelota de una especie de caucho,
mangaysý (pongo los acentos –en guaraní las palabra oxítonas, que son la
mayoría, no llevan marcado este acento– para facilitar la lectura desde el
castellano). El juego con esas pelotas está atestiguado por el padre Antonio
Ruiz de Montoya, tanto en el «Tesoro de la lengua guaraní», como en su «Vocabulario»,
de 1640. Palabra y frases con que las ilustra vienen del mundo precolonial en
este caso. Montoya estuvo en el Guairá en los primeros tiempos y es fundador de
varias Reducciones o Pueblos, desde 1612. En estos textos no se habla
explícitamente de que se jugara con el pie. Son dos padres jesuitas del siglo
18 quienes lo dicen expresamente”. Y al subrayar que no es suya la teoría de
que los guaraníes inventaran el fútbol –cosa que tampoco descarta–, aclara: “Es
probable que en otras partes de América haya habido juegos de pelota con el
pie, incluso anteriores. No lo sé. De peor gusto es decir que se inventó concretamente
en San Ignacio Guasú, del Paraguay. No sé siquiera si el árbol que da esa
resina se criaba ahí. Tampoco sé si ese fútbol se jugaba en todo el mundo
guaraní de ecología bastante diversa, desde el Paraguay hasta las Islas del
Delta en Buenos Aires”.
Tampoco desarrolla Melià una teoría acerca de cómo llegó ese juego
a inspirar a los ingleses la creación del fútbol: “No lo sé –nos escribe el
jesuita–. Lo cierto es que no había jesuitas ingleses en las Misiones del
Paraguay (tal vez alguno, que no me consta)”.
Uno de los jesuitas del siglo XVIII al que alude Melià es el padre
Josep Manuel Peramàs, también exiliado en Italia después de expulsado del
Paraguay, quien describe en latín, en 1793: “Los Guaraníes jugaban también a la
pelota –traduce Melià, quien también tradujo la descripción al guaraní de las
misiones–, una pelota de goma compacta, tan botadora y ligera, que recibido un
primer impulso, sigue dando botes por mucho tiempo sin pararse y sin conocer
pausa ni descanso, repitiendo al caer por su propio peso los grande saltos. Los
Guaraníes no juegan a la pelota como nosotros con la mano, sino que la envían y
la vuelven a recibir con la parte superior del pie descalzo con gran rapidez y
mucha destreza”.
Mística guaraní
Bartomeu Melià deja las conclusiones de sus hallazgos a hinchas y
aficionados tras señalar los documentos que le constan: “Desde 1639 está
documentado que hay entre los Guaraníes un juego de pelota con el pie, palabras
que no se inventaron en ese momento sino que remontan a usos prehistóricos. En
1777 tenemos una descripción del fútbol guaraní, deporte dominguero por
excelencia en las plazas de los pueblos misioneros, pero juego todavía
desconocido e inédito en las naciones europeas. Y en 1793 tenemos otra
descripción semejante, incluso más expresiva y viva. Los jesuitas expulsados
del Paraguay divulgaron la noticia de que los indios Guaraníes de los pueblos
misioneros entre otras destrezas, como las de ser buenos guerreros y artesanos,
eran también excelentes «futbolistas»“.
Y se pregunta: “¿Deberían ser reconocidos los Guaraníes como los
inventores del fútbol, es decir, del juego de pelota con el pie, con reglas y
faltas, con ganadores y perdedores? Se pueden recordar algunos datos. Lo que
hoy conocemos como fútbol se empezó a jugar en los colegios ingleses a partir
del siglo XVII, pero la primera reglamentación sería la de Cambridge en 1846 y
la primera Football Association (FA), de Londres, sólo apareció en 1863. La
FIFA se creó en París en 1904. Todas, pues, fechas más recientes que las que
documentan el fútbol de los Guaraníes”.
Por último, nos escribe: “Los pueblos indígenas con los que he
convivido, unos diez, son muy «juguetones». El juego es parte de su educación.
Desde niños juegan de trabajar, y ya mayores trabajan jugando. En la cultura
guaraní se da una gran armonía entre todas su actividades y de cualquiera de
ellas se puede decir que es religiosa, más o menos explícitamente, con
referencias a juegos míticos de los orígenes. Es el modo como las explican y
justifican. La mística guaraní en el fútbol es una frase moderna que hay que
agarrar con pinzas; a todos los equipos de fútbol se les pide «mística». De ahí
incluso el santiguarse al entrar y salir de la cancha. Pero la mística guaraní
es algo más profundo y creo que menos supersticioso, aunque es muy bueno hacer
la señal de la cruz en nuestras actividades”.
Otros vínculos:
"Cuando los guaraníes inventaron el fútbol", en L'Osservatore Romano (junio de 2010)
Blog de Camilo Cantero que reclama que San Ignacio Guasú es la cuna del fútbol.
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