Páginas

miércoles, 3 de septiembre de 2014

la pasión guaraní

Hace cuatro años, el 10 de julio de 2010, luego de que la selección de fútbol paraguaya fuera eliminada por España en cuartos de final del Mundial que se jugó en Sudáfrica (siete días antes), el sacerdote jesuita Bartomeu Melià, una de las mayores eminencias en guaraní, historiador, etnolingüista y prolífico investigador, publicó en el diario de Asunción “Última Hora” un artículo que, bajo el título “Fútbol guaraní. Una historia con mucha historia”, si bien no afirmaba que los aguerridos guaraníes habían inventado el deporte que llevo a la cima de la popularidad a figuras como Maradona, Messi o Alfredo Di Stéfano, concluía: “Los historiadores ya han metido un gol inédito a favor de los Guaraníes”.
Pintura jesuítica en una misión guaraní.



La semana pasada, la prensa inglesa se hizo eco de un documental paraguayo estrenado en el Festival Internacional de Cine Independiente de Mar del Plata que propone la teoría de que los primeros jugadores de fútbol fueron los guaraníes. De hecho, el cortometraje “Los guaraníes inventaron el fútbol”, fue producido por la Secretaría Nacional de Cultura de Paraguay. Asimismo, desde el pueblo San Ignacio Guasú –a unos 120 kilómetros al noreste de Posadas, Argentina, y a más de 180 de Asunción–, donde funcionó la primera misión jesuita de Paraguay, proponen que ese ciudad sea declarada la capital mundial del fútbol y ya erigieron un monumento en el que un guaraní sostiene un balón de caucho como el que figuran en los registros historiográficos del siglo XVII.
Monumento al fútbol guaraní en San Ignacio Guazú. Imagen tomada del blog de Ángel Gómez.

Antes de morir en julio de 2007, Roberto Fontanarrosa se quejaba con humor de que a pesar de tener una obra de más de veinte libros, más historietas y dibujos, pasaría a la fama “por cuatro puteadas” pronunciadas en su elogio a las malas palabras en el Congreso Internacional de la Lengua Española en Rosario, en 2004. Podría decirse que del mismo modo, el padre Bartomeu Melià nos escribe desde España: sobre el artículo publicado en 2010, con el que empezó todo: “Por desgracia ha tenido más repercusión que otras cosas más serias; aunque hoy no se puede decir que el fútbol no sea muy, muy serio”. Las “otras cosas” son unos 22 tomos escritos sobre temas que van desde “Educación indígena y alfabetización”, a “Historia de la provincia del Paraguay de la compañía de Jesús. Lengua y cultura guaraní” o “El don, la venganza y otras formas de economía guaraní”, hasta “El Paraguay inventado” o el “Elogio de la lengua guaraní”.

Mangá

En “Las misiones del Paraguay” (1771) el padre jesuita José Cardiel describía el juego de pelota que los guaraníes jugaban con los pies en estos términos: “Después de la misa se reparten la faenas de toda la semana, y se van a comer y a jugar a la pelota, que es casi su único juego. Pero no la juegan como los españoles: no la tiran y revuelven con la mano. Al sacar, tiran la pelota un poco en alto, y la arrojan con el empeine del pie del mismo modo que nosotros con la mano: y al volverla los contrarios lo hacen también con el pie: lo demás es falta. Su pelota es de cierta goma, que salta mucho más que nuestras pelotas. Júntanse muchos a este juego y ponen sus apuestas de una y otra parte...”
Cardiel, según señala Melià –quien a su vez debió radicarse en Brasil en 1977, cuando hizo público su repudio de las matanzas sistemáticas de los Ache-Guayaki, en Paraguay– escribió esas memorias durante su exilio en Italia –luego de que la Compañía de Jesús fuera expulsada de América– “y recordaba con nostalgia a sus queridos Guaraníes y sus pueblos a los que había dedicado buena parte de su vida”.
“Manga ñembosarái” es el nombre del juego guaraní que hoy desde San Ignacio Guasú reclaman como el origen del fútbol; cosa sobre la que Melià de alguna manera conjetura pero nunca afirma. En un intercambio de correos, Melià nos cita el “Tesoro de la lengua guaraní” (Madrid, 1639), del padre Antonio Ruiz de Montoya, para traducir el término: “Se puede decir: juego con pelota hecha de mangá”.
Bartomeu Meliá. Imagen tomada de Wikimedia Commons.

Había escrito, al explorar las palabras que designan al juego, que si la pelota se denominaba “manga”, para pelotear se usaba: “ambojevyjevy manga imombóka”, o “ambojoapy manga guiñemboaráita”, y lanzar la pelota: “amombo mangaysy”.
“Los lingüistas –señala Melià– aceptan hoy que Montoya recoge fundamentalmente las palabras del guaraní tal como se decían en el tiempo prehistórico. Las palabras relativas al juego de pelota no las ha inventado él. Los Guaraníes antes de conocer a los españoles o cualquier otro conquistador ya “peloteaban”, es decir, jugaban pasando la pelota de uno a otro con el pie y la chutaban haciéndola botar. La pelota era hecha con el látex del árbol «mangai»“. En su mensaje, el sacerdote nos señala

Teorías

“Lo que yo no me atrevería a decir es que los Guaranís inventaron el fútbol”, nos advierte Melià. Le preguntábamos entonces cómo funcionaba ese juego en particular en la cultura guaraní de entonces.
“Efectivamente se trata de una pelota de una especie de caucho, mangaysý (pongo los acentos –en guaraní las palabra oxítonas, que son la mayoría, no llevan marcado este acento– para facilitar la lectura desde el castellano). El juego con esas pelotas está atestiguado por el padre Antonio Ruiz de Montoya, tanto en el «Tesoro de la lengua guaraní», como en su «Vocabulario», de 1640. Palabra y frases con que las ilustra vienen del mundo precolonial en este caso. Montoya estuvo en el Guairá en los primeros tiempos y es fundador de varias Reducciones o Pueblos, desde 1612. En estos textos no se habla explícitamente de que se jugara con el pie. Son dos padres jesuitas del siglo 18 quienes lo dicen expresamente”. Y al subrayar que no es suya la teoría de que los guaraníes inventaran el fútbol –cosa que tampoco descarta–, aclara: “Es probable que en otras partes de América haya habido juegos de pelota con el pie, incluso anteriores. No lo sé. De peor gusto es decir que se inventó concretamente en San Ignacio Guasú, del Paraguay. No sé siquiera si el árbol que da esa resina se criaba ahí. Tampoco sé si ese fútbol se jugaba en todo el mundo guaraní de ecología bastante diversa, desde el Paraguay hasta las Islas del Delta en Buenos Aires”.
Tampoco desarrolla Melià una teoría acerca de cómo llegó ese juego a inspirar a los ingleses la creación del fútbol: “No lo sé –nos escribe el jesuita–. Lo cierto es que no había jesuitas ingleses en las Misiones del Paraguay (tal vez alguno, que no me consta)”.
Uno de los jesuitas del siglo XVIII al que alude Melià es el padre Josep Manuel Peramàs, también exiliado en Italia después de expulsado del Paraguay, quien describe en latín, en 1793: “Los Guaraníes jugaban también a la pelota –traduce Melià, quien también tradujo la descripción al guaraní de las misiones–, una pelota de goma compacta, tan botadora y ligera, que recibido un primer impulso, sigue dando botes por mucho tiempo sin pararse y sin conocer pausa ni descanso, repitiendo al caer por su propio peso los grande saltos. Los Guaraníes no juegan a la pelota como nosotros con la mano, sino que la envían y la vuelven a recibir con la parte superior del pie descalzo con gran rapidez y mucha destreza”.

Mística guaraní

Bartomeu Melià deja las conclusiones de sus hallazgos a hinchas y aficionados tras señalar los documentos que le constan: “Desde 1639 está documentado que hay entre los Guaraníes un juego de pelota con el pie, palabras que no se inventaron en ese momento sino que remontan a usos prehistóricos. En 1777 tenemos una descripción del fútbol guaraní, deporte dominguero por excelencia en las plazas de los pueblos misioneros, pero juego todavía desconocido e inédito en las naciones europeas. Y en 1793 tenemos otra descripción semejante, incluso más expresiva y viva. Los jesuitas expulsados del Paraguay divulgaron la noticia de que los indios Guaraníes de los pueblos misioneros entre otras destrezas, como las de ser buenos guerreros y artesanos, eran también excelentes «futbolistas»“.
Y se pregunta: “¿Deberían ser reconocidos los Guaraníes como los inventores del fútbol, es decir, del juego de pelota con el pie, con reglas y faltas, con ganadores y perdedores? Se pueden recordar algunos datos. Lo que hoy conocemos como fútbol se empezó a jugar en los colegios ingleses a partir del siglo XVII, pero la primera reglamentación sería la de Cambridge en 1846 y la primera Football Association (FA), de Londres, sólo apareció en 1863. La FIFA se creó en París en 1904. Todas, pues, fechas más recientes que las que documentan el fútbol de los Guaraníes”.
Por último, nos escribe: “Los pueblos indígenas con los que he convivido, unos diez, son muy «juguetones». El juego es parte de su educación. Desde niños juegan de trabajar, y ya mayores trabajan jugando. En la cultura guaraní se da una gran armonía entre todas su actividades y de cualquiera de ellas se puede decir que es religiosa, más o menos explícitamente, con referencias a juegos míticos de los orígenes. Es el modo como las explican y justifican. La mística guaraní en el fútbol es una frase moderna que hay que agarrar con pinzas; a todos los equipos de fútbol se les pide «mística». De ahí incluso el santiguarse al entrar y salir de la cancha. Pero la mística guaraní es algo más profundo y creo que menos supersticioso, aunque es muy bueno hacer la señal de la cruz en nuestras actividades”.

Otros vínculos: 
"Cuando los guaraníes inventaron el fútbol", en L'Osservatore Romano (junio de 2010)
Blog de Camilo Cantero que reclama que San Ignacio Guasú es la cuna del fútbol.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios se moderan, pero serán siempre publicados mientras incluyan una firma real.