Dillon interpreta a un calificado agente del Servicio Secreto, radicado en Seattle, que acude a Wayward Pines, Idaho, a investigar la desaparición de otro agente. Pero ni bien llega a Wayward Pines un camión atropella el auto que conduce y termina en una sala del hospital. Allí aparece la enfermera Pam (Melissa Leo), más interesada en producir daño que en curar, según nos informa el Hollywood Reporter. En fin, de a poco nuestro héroe conoce una cerca electrificada que rodea el idílico pueblo y la imposibilidad de salir de allí: fue despojado de su identificación, de su teléfono y de todo lo que pueda contactarlo con el exterior. Además, nadie le cree que es quien dice ser. Mientras tanto, en Seattle, su esposa recibe la noticia de que hallaron el auto accidentado, pero que su esposo no estaba adentro en el momento del accidente. Como la mujer también fue entrenadora del SS, se pone a hacer averiguaciones por su cuenta. Ah, y actúa también Juliette Lewis, la versión europeizada de Rosanna Arquette en los 90. Veremos.
La otra serie que estrena en mayo –el 28, ésta de 13 episodios– es Aquarius, protagonizada por David Duchovny: en la que un sargento de policía de Los Ángeles de 1967 (Duchovny) busca a una joven desaparecida y, guiado por un policía que trabaja de incógnito entre las comunidades hippies, llega a Charles Manson. Lo promisorio de la serie es esta vuelta al pasado cercano, poniéndolo en un umbral que, por irradación, vuelve el presente una vaporosa alternativa: si bien conocemos cómo termina la historia –lo mismo sucede en Mad Men, en Titanic– la intimidad del relato y su intriga vienen a desdibujar nuestra certeza.
El creador es John McNamara, quien tiene muchos pergaminos, aunque poco hemos visto de su producción.
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