a Ricardo Mazalán
La frase es
de una película argentina y es, acaso, una de las mejores del cine nacional de
las últimas décadas. Julio Chávez le extiende un bolso con el botín de un
atraco al marido de su ex esposa. El hombre no lo quiere aceptar, le dice que
no, que es robado, y Chávez, que interpreta al Oso en Un oso rojo (2002, Israel Adrián Caetano), le espeta: “Todo el
dinero es robado”. Eso, más o menos, es lo que viene a contarnos La casa de papel, la serie española que
emitió entre mayo y noviembre del año pasado la muy liberal Cadena 3 en la
península ibérica, donde tuvo un moderado éxito, y hoy es la serie más vista de
Netflix, que subió su primera temporada el 25 de diciembre último.
Los números
importan. Un tuit de TV Time ubica a La casa de papel primera en el BingeReport (el reporte de
maratones) por quinta semana consecutiva, por encima de Friends o Black Mirror.
De cada cien episodios vistos en Netflix entre el 19 y el 25 de febrero, 4,05 correspondieron
aLa casa de papel con un promedio de 5,11
episodios de la serie que se devoró cada usuario. Cifras semejantes sólo le
caben a tanques como TheWalkingDead(que
volvió a pasear muertos esta semana).
Una de las tramas con la que La casa de papel nos mantiene en vilo es la de un atraco magistral a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de Madrid. Los ladrones llevan unas máscaras de Salvador Dalí, unos mamelucos rojos (el disfraz se impuso en España en los carnavales) y usan nombres de ciudades: Tokio, Nairobi, Berlín, Denver, Oslo, Moscú, entre otras, salvo el Profesor, que ha planificado el robo y los guía desde el exterior.
La otra
trama es la de las relaciones entre los mismos atracadores, la del Profesor y
una policía que negocia la entrega de los asaltantes, la de los rehenes con sus
secuestradores y así. Y hay una tercera trama que se desliza en los diálogos y
en la repetición de la canción popular “Bella Ciao”, el himno de guerra
partisano durante la lucha contra el fascismo en la Segunda Guerra (ya hay una versión cumbia hecha en Santa Fe y difundida por
DJ Pirata): el origen y el destino del dinero. El mismo Profesor, que ha
seleccionado a los miembros de la banda –cada uno de ellos “no tiene nada que
perder”– lo explica en uno de los últimos episodios: “En el año 2011, el Banco
Central Europeo creó de la nada 171.000 millones de euros… de la nada. Igual
que estamos haciendo nosotros. Sólo que a lo grande. 185.000 en el 2012,
145.000 en el 2013 ¿y sabes a dónde fue a parar todo ese dinero? A los bancos.
Directamente de la fábrica a los más ricos. ¿Dijo alguien que el Banco Central
Europeo fuera un ladrón? No. Inyección de liquidez, lo llamaron. Y lo sacaron
de la nada. ¡De la nada! Esto no es nada (mientras habla rompe un billete que
agarró de su billetera). Es papel. Estoy haciendo una inyección de liquidez.
Pero no a la banca. La estoy haciendo aquí, en la economía real de este grupo
de desgraciados que somos. Para escapar de todo esto.” Los datos parecen
confirmarse en la prensa económica europea de hace siete años, aunque los
montos difieren de los citados por el Profesor.
Comparaciones
El tipo de atraco
de La Casa de Papel –planificado, sin
víctimas y capaz de generar simpatías– de inmediato disparó comparaciones con
robos reales. Entre ellos el robo al Tesoro Regional de Rosario, previo a la
Navidad de 1992: sin usar siquiera armas de fuego ni amenazas, un equipo de
ladrones falsificaron documentos, pincharon teléfonos y, haciéndose pasar por
funcionarios del Banco Central retiraron del Tesoro Regional de la ciudad el
equivalente a 13 millones de dólares en billetes de 500 mil australes que, de
acuerdo al Plan de Convertibilidad anunciado por Domingo Cavallo el año
anterior, iban a ser reconvertidos a pesos. El año pasado el realizador
santafesino Hugo Grosso, ex bancario, estrenó en la TV Pública una miniserie de 13 episodios que
rodó en Rosario –la protagonizaron, entre otros, Luis Machín y Emilia Mazer–
basada en ese robo magistral.
Mayores
semejanzas, sin embargo, tuvo el Robo del Siglo al banco Río de Acassuso,
Buenos Aires, el 13 de enero de 2006, en el que los asaltantes usaron armas de
juguete y mantuvieron a la policía ocupada durante horas en el exterior del
banco mientras los ladrones huían en gomones tras escapar por los desagües.
Luis Mario Vittete Sellanes, quien craneó el robo y hoy reside en Uruguay, contó que incluso llegaron a cantarle el feliz
cumpleaños a uno de los rehenes.
Mensaje de
fe
En una intervención radial de 2012, en la que razona sobre el futuro,
el filósofo italiano Giorgio Agamben dice que no se puede pensar en el futuro
sin recurrir a un término del orden religioso: la “fe”, que en griego es “pistis”
y aún se usa como “pistéos”. “Trapeza tés Pistéos” es ni más ni menos “Banco de
Crédito”. Dice Agamben: “La fe es lo que da realidad a lo que aún no existe,
pero en lo que creemos y tenemos fe, porque en ella ponemos en juego nuestro
crédito”. Y también: “La llamada ‘crisis’ que estamos viviendo comenzó con una
serie desconsiderada de operaciones sobre el crédito, sobre créditos que venían
descontados y revendidos decenas de veces antes de poder ser realizados. Lo que
significa, en otras palabras, que el capitalismo financiero y los bancos, que
son su órgano principal, funcionan jugando sobre el crédito, es decir, sobre la
fe de los hombres”.
Ese es de
algún modo el trasfondo, el precipitado, si se quiere, de la historia de la
serie; acaso la razón de su éxito. Incluso así está planteado en el guión de La casa de Papel: el Profesor exige al
grupo que permanezcan unos cinco meses formándose para el robo. Ese tiempo
convierte a los miembros del grupo en catecúmenos, planifican en secreto un
mensaje anti sistema, evangelizador, de fe. Y convierte al Profesor –quien
lleva a cabo un plan que perteneció a su padre– en un Padre, un refundador de
la Ley y la justicia (la relación padre-hijo está presente, en espejo, en otros
personajes de la serie). Ese período, en una casona aislada en el campo, es
también la construcción de una comunidad en torno a un objetivo: la vida con
crédito, la vita nuova.
Segunda
parte
A través de
su cuenta de Instagram Netflix anunció el 28 de febrero
que la segunda temporada de La Casa de
Papel se estrena el 6 de abril próximo (como ya lo había anticipado
RosarioPlus, uno de los portales rosarinos que más siguió el tema). Lo que no
aclaró es si procederá como lo hizo con la primera temporada. En España la
primera parte estuvo dividida en nueve episodios de unos 70 minutos cada uno,
que Netflix acortó en alrededor de 45 minutos, extendiendo el número de
capítulo a trece. La segunda temporada original suma seis episodios (pueden
verse en sitios non santos o descargarse vía torrent) que duran también unos 70 minutos
y terminaron de emitirse en España el 23 de noviembre del año pasado.
Todo lo
dicho no significa, en nuestra modesta opinión, que La casa de papel sea una buena serie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios se moderan, pero serán siempre publicados mientras incluyan una firma real.