Vengo a enterarme en el blog del director de una nueva y delicadísima crónica de Nora Avaro en Bazar Americano sobre otra mujer magnífica y cercana, Gabriela Saccone. Empieza así:
«Camino al Festival de Poesía me encuentro con Gabriela, yo bajo por calle Sarmiento y ella por Illia, hacemos la esquina que entra al túnel y seguimos juntas hacia el río. Me cuenta que llevó esa mañana algunos de sus poemas inéditos a la clínica que Damián Ríos dicta en el marco del Festival. Le digo que ella no necesita clínicas, que incluso debería darlas. Me dice que Ríos le discutió cordialmente el uso de la palabra “instante”, supongo que por demasiado poética, y le propuso otras variantes, “momento”, por ejemplo. Gabriela rechazó: “momento” no es “instante”.
«Aunque no lo hago, me da ganas de citarle a Aldo, la raíz latina de “instante” tal como la acentuaba Aldo Oliva en sus clases de literatura argentina en la universidad. Del participio activo de instar, instants, instantis, entonaba Aldo. Emparejaba instante con intensidad cargando un doble sostenido en el “in”, dándole el silencio de una blanca con puntillo, o directamente de una redonda, a la pausa de la sílaba hacia “star” o “stants”, in-star, in-stants, para rematar en su interpretación final de la etimología: “el instante —decía—: la intensificación del presente”.»
Sigue acá.
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