¿Qué es lo que empuja a las últimas
ficciones a desplegar universos paralelos, realidades dobles y alternativas?
Acaso, la virtualidad, el discurso político “único”, es decir, aquello que
sintetiza la frase
de Mark Fisher: “Es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del
capitalismo”.
Awake, la serie cuyo piloto se conoció
el jueves pasado (se emitirá, en su país de origen, los martes a las 22 por el
canal NBC; o sea, accesible vía internet),
es una vuelta de tuerca a este tema que de algún modo tocaron ya otras series
y, de modo ejemplar, Fringe,
en la que la desesperación de un padre por recuperar a su hijo muerto lo hace
cruzar los universos, poniéndolos al borde de la disolución.
Pero Awake (“despertar”) es, antes que una pieza genérica, antes que
ciencia ficción, una suerte de drama en la que el protagonista, Jason Isaacs (el Lucius Malfoy
de la saga fílmica de Harry
Potter), debe confrontar repetidamente si está o no despierto.
Como viene sucediendo desde hace
unos años, el episodio piloto estuvo disponible desde el 12 de febrero en la
red y la serie fue celebrada, entre críticos y cronistas de televisión, como
una de las ocho nuevas tiras más excitantes de la pantalla. Es así: el
detective Michael Britten (Isaacs) sufre un accidente en su camioneta, en la
que viaja con su esposa Hannah (Laura Allen) y su hijo Rex
(Dylan Minnette). Uno
de los dos muere, y la dificultad de especificar aquí cuál es reside en que el
detective Britten comienza a vivir en dos realidades: en una está viva Hannah,
en la otra, Rex. Los dos puntos más sensibles de la serie son las sesiones de
terapia, en el que la trama explora la psicología del personaje. Es decir, las
dos sesiones de terapia o, mejor, la sesión que tiene en cada realidad. En una
el psicólogo lo convence de que ese otro tratamiento en el que el médico es una
mujer, es un sueño, una reconstrucción mental que aliviane la culpa por la
pérdida de su hijo. En la otra realidad, la psiquiatra escucha los argumentos
de su par del otro lado y, tras hacerle leer un párrafo de un texto que Britten
no leyó jamás, le pregunta: ¿Cómo puede haber leído en un sueño un fragmento de
la Constitución que no conoció jamás?
En fin. El otro momento intenso de
la serie es cuando el detective comienza a notar que los casos que sigue a uno
y otro lado están relacionados: el victimario tiene el mismo color de pelo,
coinciden los números de una calle y un lote de estacionamiento, los nombres de
unos galpones y una avenida, y así. Este asunto es el que empuja a nuestra idea
de los dobles universos hacia los lugares más intrigantes: formula una suerte
de rompecabezas cuyas piezas coinciden con una doble cara.
Obvio, el trabajo de Isaacs es intenso,
sosegado, como si en su actuación pudiéramos ver también un atisbo de lo que
vendrá, es decir, la tensión de ese gran rompecabezas que comienza a
desplegarse en un tiempo ya “sin océano”, como dijera el poeta
angloamericano, es decir, un tiempo suspendido, sin el oleaje de la
historia.
El responsable de Awake es Kyle Killen, cuya serie anterior,
Lone Star (“estrella
solitaria”) fue levantada tras la emisión de su segundo episodio y luego de una
batería infernal de publicidad, según el mismo Killen lo señala en su blog. Pero nuestro creador es
sobre todo conocido por ser el guionista de otra fantasía psicológica con
personajes desdoblados que tuvo como protagonistas a Mel Gibson y Jodie Foster,
The
Beaver (“el castor”, pero estrenada acá con el titulo fronterizo La doble vida de Walter).
Para hacer Awake, Killen se unió a su vez con Howard Gordon, guionista de la
saga 24 y Homeland,
cuyo estreno se anuncia en Argentina para este mes, aunque la primera temporada
finalizó en su país de origen (Estados Unidos) en diciembre del año pasado. Es
decir, Awake refuerza el cruce de
género de las últimas series, las posteriores a Lost, en los que la aventura
policíaca (investigación de un crimen, acercamiento al lado oscuro de la
especia, esas cosas) se tocan con algo originario o abisal, algo culminante en
cuyo trasfondo podríamos intuir la naturaleza misma del cosmos tal como lo
conocemos o, peor, tal como no deberíamos conocerlo.
mirá qué manera de hacerme caer las fichas sobre de qué las iba fringe! -by the way, volvi a verla!-- este tipo de series me generan una gran inquietud, no me banco demasiado que la realidad no sea Una. exige una gran valentia verlas, creo.
ResponderEliminarVi el primer capitulo y me parecio muy original, sobre todo un buen manejo de la intriga y de la psiquis del personaje. Es totalmente diferente a Fringe, otra excelente serie. esta ahonda en la crisis interna y la desesperacion del personaje, con algun elemento psiquico que pertenece a lo inexplicable, mientras que la otra es ciencia ficcion pura al mejor estilo. Espero que funcione en USA ya que varias buenas series no tuvieron el exito esperado en el pais del norte, mientras que si lo tuvieron en America latina.
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