El día después de la noche que Gustavo comió asado de ostras en China, en la otra faz de la Tierra, de este lado vimos un eclipse de luna. En Rosario, la gente concurrió al observatorio municipal para ver el fenómeno. Desde Buenos Aires, Irina, la hija de Gustavo, le escribió por WhatsApp: “Desde el patio vemos tu sombra, pa”. Captó la idea de que este viaje, para los que lo seguimos, tiene dimensiones astrales. Para decirlo, con el título de una obra de Daniel Gracía: “Ad astra per aspera” (Hacia lo más alto por el camino más difícil). Saludos moonwalker.
Las dos de arriba son fotos de Guillermo Turin Bootello. La de abajo, de Gustavo Ng.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios se moderan, pero serán siempre publicados mientras incluyan una firma real.