Supongamos una inclinación casi patológica por las series de televisión
que de repente quisiera extender sus intereses al terreno del arte. ¿Qué
artista elegiría? Debería ser un artista “total”, como lo fueron los artistas
del cine de los años 30 y 40, un artista que no solo ofreciera una obra serial,
sino que su desborde se notara en las música, en los relatos, en cierto
movimiento, es decir, un artista que trabajara con el tiempo.
Ese artista existe en Rosario y se llama Daniel García. No sólo es uno de los principales
artistas de la ciudad, también es uno de los más prominentes del país.
García trabaja en eso que llamamos “arte”, también es autor de un libro
formidable que tiene como punto de partida el gato Félix (Un gato que camina solo, editorial Iván Rosado, Rosario, 2013); de
cuatro discos que pueden escucharse en dgmusica.bandcamp.com (de cuyos temas a
su vez hizo videos que pueden verse en su canal de Vimeo);
de tapas de libros de ficción, de ensayo, de crítica, de teoría, de la
editorial Beatriz Viterbo y de una obra
que despliega en dibujos, acrílicos, óleos, videos, y tiene como punto de
partida figuras de la cultura pop (Betty Boop, el Pac Man, el realismo
socialista) y de la alta pintura del siglo XX (Max Beckmann, Luc Tuymans,
etcétera).
Para el trabajo “Sirenas”, que aparece en este video y fue mostrado hace
dos años en Rosario, Daniel García utilizó, “alterándolas, fotos de rostros
femeninos. Fotos de arrestos policiales de Estados Unidos que se publican en
Internet (mugshots), seleccionadas por la calidad de imagen y por el pathos
sobreimpreso en el rostro. Son claramente la presencia de una ausencia, y, con
una angustia similar a aquella de Ulises ante la sombra de su madre, nos llevan
a reclamar el cuerpo”, escribe García, y sigue: “En las fotos, en el video,
solo podemos ver los rostros, pero en ellos mismos ya está la “monstruosidad”,
la hibridez: para que no fueran identificables utilicé partes de distintos
registros fotográficos para componerlos. Aunque probablemente la monstruosidad preexistiese,
tal vez todo rostro que nos fascina es una cabeza de Medusa”.
Este sábado 3 de septiembre a las 19 en Embrujo, el local
de la artista Virginia Negri en galería Dominicis, de Corrientes y Catamarca,
García presenta “Bandido”, un libro que reúne textos suyos y ajenos a propósito
de muestras que realizó entre 2009 y 2013.
El título del libro (un maravilloso volumen que realizaron Ana Wandzik y
Maximiliano Masuelli, el matrimonio editor de la editorial Iván Rosado), refiere a una pintura que
Daniel García hizo en 2002, cuando Argentina vivía aún los ecos del cimbronazo
de la devastación de 2001. Según el mismo artista: “Esta figura, con su rostro
parcialmente cubierto por un pañuelo, era el resultado del ‘robo’ de una imagen
representada en un dibujito del artista japonés Yoshitomo Nara fusionada con
las imágenes cotidianas de los piqueteros”.
Imperio from Daniel García on Vimeo.
Imperio from Daniel García on Vimeo.
Video realizado con imágenes de libre acceso en Google Images para el tema “Imperio” del álbum “Imperio”, que García, sin ser músico, realizó con el programa Adobe Audition y tras recopilar bases, sonidos de catálogos y materiales recogidos de internet.
Esa figura viene a sintetizar también algunas de las preocupaciones
éticas y estéticas más recurrentes de García: desde su mirada más política
sobre la exclusión y los excluidos hasta su opción por un arte figurativo en
momentos en que en la pintura y el arte se glorifican la conceptualidad, lo
abstracto y la instalación; incluso, la elección del término “bandido” –que
proviene del bando emitido por la autoridad que ponía precio a la cabeza de un
fugitivo–, como nota la curadora Lara Marmor en el texto que funciona como
prólogo del libro, es un anacronismo.
Si hace falta aclararlo, García es un artista
de renombre internacional (ver acá
su CV), este nuevo libro suyo es, según él mismo lo dice con cierta
humildad, la oportunidad de recuperar textos e imágenes de catálogos que los
amantes del arte y los coleccionistas extrañan pero, para el vulgo, como los
que escribimos estas líneas, es también la oportunidad de mirar por el ojo de
la cerradura ese mundo inquietante en el que una imagen nos enseña un sendero
que la siguiente bifurca.
Decíamos que García puede apreciarse como un
artista serial. Claro, su estilo (y “estilo” es un motivo frecuente entre sus
reflexiones escritas en el libro “Bandido”) es una trampa: cuando nos enseña un
viejo póster chino con la imagen de un robot que conquistaría la luna, o una
chica ligera que posa exhibiendo sus curvas; cuando nos muestra la figura
geométrica de un piquetero de pelo negro y rostro semioculto tras el pañuelo
triangular, nos está mostrando las distintas formas con las que el tiempo nos
hace saber la caducidad de los horizontes y las utopías con las que habitamos
cada época.
Como en “Sirenas”, García creó “Fantasmas”, un video compuesto por una
secuencia de fotografías de rostros provenientes de archivos policiales. Entre
ellos hay grandes criminales, ladrones de poca monta, simples infractores y
también víctimas. Incluso, el rostro del mismo artista.
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