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martes, 14 de febrero de 2017

que dios se lo pague

El miércoles pasado una denuncia de la fiscal Gabriela Boquín convirtió en noticia una situación judicial que tiene ya nueve meses: el acuerdo del gobierno de Mauricio Macri para que la deuda del Correo Argentino (propiedad de Franco Macri, padre del presidente), sea pagada según su valor histórico –el Correo adquirido por los Macri durante el menemismo, entró en convocatoria de acreedores en 2001 y su concesión fue revocada en 2003. A ver: la deuda era de 296 millones de pesos en 2001 (cuando un peso equivalía a un dólar). Esa es la suma que pretende recuperar el estado gobernado por Macri, con intereses del 7% y en 15 cuotas anuales que vencerán en 2032, 31 años después del concurso de quiebra. La primera cuota, de homologarse el acuerdo, se pagaría en diciembre de este año. Los peritajes encargados por la fiscal señalan que, con intereses la deuda real ascendería a unos 70 mil millones de pesos, por lo que el acuerdo significa una quita de más de un 98%. Además, Boquín también denunció “mala fe” de parte del Grupo Macri, ya que mientras se realizaba ese acuerdo en junio del año pasado, la empresa inició una nueva demanda por daños y perjuicios contra el estado y pide una suma de 1.795 millones de pesos (al año 2009), más un adicional de 570 millones,  reclamando “intereses al 11 por ciento anual”: es decir, pagaría su deuda con el mismo dinero del estado.
Foto tomada de Perfil.

Hasta el 24 de abril de 2000, cuando murió, Alejandro Olmos dio una dura pelea para que la Justicia reconociera la ilegitimidad de la deuda externa argentina, contraída por empresarios del sector privado, entre ellos Franco Macri, y estatizada por el gobierno de la última dictadura en 1981. Tras 18 años de investigación, el juez Jorge Ballestero emitió un fallo que no tiene precedentes en el mundo, y que corrobora la ilicitud de la Deuda Externa, estableciendo la responsabilidad de los funcionarios de la dictadura que la contrajeron y la corresponsabilidad de los organismos internacionales como el FMI, que aprobaron prestamos ilícitos y fraudulentos. Olmos había muerto ya y Ballestero remitió el fallo al Congreso, pero la mayoría  parlamentaria nunca se ocupó del tema.
Alejandro Olmos Gaona, historiador como su padre, continuó la tarea como docente universitario y como asesor del senador de Proyecto Sur Fernando Pino Solanas. En esta entrevista repasa el método de los Macri para que el estado pague sus deudas y distingue entre la corrupción coyuntural, atribuible a funcionarios y socios del gobierno anterior, y la estructural, como podría ser el caso del Correo Argentino, en la que el estado es saqueado y su déficit repartido entre la clase trabajadora, los jubilados y los más débiles. “Socma –dice Olmos Gaona– controla el Correo Argentino y el presidente dijo que vendió sus acciones. No, no las vendió, se las cedió a sus hijos. Entonces el presidente, que es el responsable directo de este acuerdo, tiene una empresa donde los accionistas son sus hijos, su papá y sus hermanos. ¿Hay violación a la ley de ética pública o no?”
—¿Cómo funciona ese concepto de la deuda que siempre interfiera con la política?
—Hay un concepto sobre la deuda: que si se puede pagar se paga y si no se puede pagar se reestructura. Esos son los criterios que manejan los economistas y no les interesa si los contratos de deuda son legales o no, si se ha violado el orden constitucional. Directamente eso no existe para ellos. Y esta es una deuda probadamente ilegal. Ahora se está emitiendo desaforadamente, se le ha pagado a los buitres y se ha seguido pagando siempre sin que se le cuestionara en ningún caso la ilegalidad. Y respecto a esta deuda privada de los Macri, es otro de los problemas graves, porque hoy se habla de Cristóbal López, del otro López, el de los bolsos, de Lázaro Báez, evidentemente por lo que se dice serán chorros, habrán robado aprovechándose de su cercanía con el estado, la justicia dirá sí o no y cuánto, pero todas esas cifras no exceden en conjunto los 15 o 20 mil millones de pesos; bueno, la deuda que transfirieron (al Estado) los empresarios privados entre los que están los Macri en el año 1985 era de 23 mil millones de dólares, que a dólares de hoy son más de 55 mil millones. Pregunto: ¿qué es más grave, eso o estas cuestiones que se conocen de Los Sauces, de las construcciones que se hicieron o no?
—Son distintos niveles de corrupción.
—Es que esto tiene que ver con la corrupción estructural. La corrupción de los últimos doce años es de coyuntura. Pero la corrupción estructural, que es la que ejercen los grandes bancos, las empresas transnacionales, de esa nadie habla, porque tiene que ver con el poder real y, por supuesto, ni La Nación, ni Clarín ni Canal 13 –que participan en algunos casos de estos negocios– quieren enfrentar ese poder.
—Pero ese poder se conforma no sólo por la clase política, los empresarios y los medios, también por jueces.
—Por supuesto, hay un amigo mío, el fiscal Federico Delgado, que publicó hace poco “La cara injusta de la justicia” donde plantea que el poder Judicial siempre enjuicia a los gobiernos que se fueron, nunca a los que están. Y allí muestra una serie de elementos concretos: ahora se persigue a los Kirchner, pero cuando estaban no se le movía un pelo a la justicia. Y cuando un país funciona de esa manera nada puede andar bien.
Alejandro Olmos. Fotografía tomada de La Brújula.

—Y lo dice usted que ha sido muy crítico con el kirchnerismo, justamente por los pagos de la deuda.
—Por supuesto, algunos estúpidos dicen que lo critico a Macri porque soy k. No, yo me dedico a la investigación y lo que veo que está mal lo planteo. Pero lo que me parece que demuestra los intereses detrás de los grandes medios es que cuestionan algunas cosas y guardan olímpico silencio sobre otras. Porque ayer no leí en La Nación ni en el Clarín ni una coma sobre esto del Correo, pero sí, de nuevo, que Lázaro Báez, que Los Sauces y los hoteles. Como el tema de las offshore –denunciadas en los Panamá Papers que involucran a Mauricio Macri–, que quedó en el olvido. Cuando hace varios meses le presenté al fiscal Delgado un largo escrito junto con el senador (Fernando) Solanas denunciando que no sólo estaba (la offshore melliza de Macri) Fleg Trading, además Kagemusha (constituida en 1981, inmediatamente después de que la administración de la dictadura estatizara la deuda privada), que ya había sido denunciada, pero además otras cinco empresas offshore. Cuando uno ve eso se da cuenta de que aquí se quiere informar lo que interesa.
—Cinco empresas offshore de los Macri, siempre con los mismos testaferros.
—Exacto, porque en un caso ellos quisieron disimularlo, cambiando de testaferro, pero por más grande que sea su empresa no cuentan con un ejército de personas y precisamente en cuatro de las offshore que vimos estaban dos personajes que no son los Macri, pero figura Orlando Salvestrini, que fue tesorero de Boca Juniors durante la gestión de Macri y es el actual presidente del holding informático de los Macri, y Edgardo Poyard, que es el presidente de Sideco Americana, que es la mayor accionista del Correo y su capital accionario (el de Sideco) es totalmente de Socma, la empresa de los Macri, porque ellos tienen el 98% de las acciones. Y claro, uno ve eso y dice: nos están tomando por idiotas.
Alejandro Olmos Gaona. Foto de NCN.

—¿Cuáles fueron sus críticas al gobierno de los Kirchner por los pagos de la deuda?
—Es que cuando se habló del proceso de desendeudamiento yo sostuve: desendeudarse es pagar una deuda y no deber más. Ahora, si pago una deuda y me endeudo con otra persona para pagarla no me estoy desendeudando, sino que cambio de acreedor. Y eso hizo el kirchnerismo, le pidió plata a la Ansés y al Banco Nación para pagarle a los acreedores privados. Se endeudó con Ansés y el Nación. Y a mí me pareció inmoral endeudarse con el Ansés para pagarle a los bancos acreedores una deuda probadamente trucha. Y además de pagar esa deuda trucha, se está pagando deuda de empresas privadas que le transfirieron deudas fraudulentas al estado en el 82. Y esto que digo de deuda fraudulenta no es algo que se me ocurre. Hubo una auditoría que se hizo en el Banco Central en 1984, apenas asumió Raúl Alfonsín, que fue desarticulada en el 85, porque ya mostraba los fraudes de todas las empresas privadas que le habían transferido esa deuda al estado. Y con estos criterios es como que no tenemos salida.
—Siempre entre esas empresas estuvo el grupo Macri. En 1981, según sus cuentas, el estado absorbió deudas del grupo por las siguientes cifras: Sevel, 124 millones de dólares; Sideco Americana: casi 61 millones y Fiat: 51 millones.
—Por supuesto, no sólo en el 81, en el 2001 se fugaron más de 160 millones de dólares al exterior, y además de eso, esta operatoria de los Macri siempre funcionó así. Es decir, no es un grupo empresario del que uno puede cuestionar algunas políticas, no, Mauricio Macri estuvo procesado junto con su padre por haber contrabandeado 1.900 autos a mediados de los 90, y zafaron gracias a la mayoría automática del menemismo. Estos tipos tienen el dinero y el poder para volcar siempre las cosas en su favor. Y tienen los medios. Por eso lo importante es informarle a la gente quiénes son para que esto no se vuelva a repetir.
—Con respecto a las offshore: suele creerse que se trata de recursos más o menos legítimos de los empresarios para cuidar su capital, pero no se contempla el daño y la pobreza que generan esas fugas de capitales.
—Hay un libro que se llama “Las islas del tesoro” (Nicholas Shaxson), escrito por un investigador norteamericano que es una radiografía de las offshore: no hay ninguna de estas empresas constituida con un objeto legal. Porque si una empresa argentina quiere operar en Brasil no veo por qué no puede establecer una sucursal. Entonces, cuando se hace una offshore es para evadir capitales, para no pagar impuestos: siempre tienen ese propósito. Y por otro lado el presidente Macri mintió claramente porque cuando saltó lo de Fleg Trading dijo que sí, que era una cosa de su padre, que era director pero que no había tenido actividad. El fiscal Delgado, en su dictamen de hace unas semanas, demostró que no sólo tuvo actividad, sino que compró acciones por 9.500.000 dólares. Los medios tendrían que pedirle al presidente una explicación sobre eso. Pero nadie dijo una palabra.
—¿Cómo funcionan las deudas?
—El sistema de la deuda es un fenómeno del capitalismo: necesita que haya deuda para poder controlar a un país, condicionar sus políticas; por eso ahora se está generando un endeudamiento agresivo como el de otras épocas. Si no cambiamos de sistema, de estado, esto sigue indefinidamente así. El kirchnerismo tuvo indicadores sociales que mejoraron la situación, sin dudas, pero la estructura quedó intacta.

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