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jueves, 24 de noviembre de 2016

demasiado humano


Da la sensación de que el robot, el humanoide o el androide está desplazando a los otros “monstruos” de la biopolítica en las ficciones contemporáneas y, sobre todo, en las series.

“Hubo un montón de historias sobre inteligencia artificial (IA) en las pelíoculas más recientes –dijo en una entrevista publicada en io9 el director Alex Garland, responsable de la magnífica Ex Machina (2014)–, como Her, Transcendence, Automata o Ex Machina. Esto sugiere que está en el zeitgeist, que flota en el aire”. Lo que Garland sostiene es que la vasta presencia de robots no necesariamente tiene que ver con la IA, sino antes con la relación cada vez más sofisticada que mantenemos con la tecnología que nos rodea. Dice Garland: “¿Hubo algún gran descubrimiento en torno a la IA? Para nada. Se sigue trabajando en ello, como se sigue trabajando en la cura del cáncer, pero no paso nada realmente importante. Creo que todo esto no tiene nada que ver con la IA, sino con el desarrollo tecnológico; y creo que se trata de que no comprendemos cosas como nuestras computadoras y teléfonos, pero sentimos que estas cosas saben todo de nosotros. Y en eso estamos de acuerdo: saben todo de nosotros pero nosotros no las entendemos”.

Sin embargo, la discusión en torno a la presencia de robots en la ficción debe interrogarnos en principio por su propia tradición: desde la mediación fascista de María en Metropolis de Fritz Lang (1928) hasta la melancólica vaquera Mercedes de la serie Westworld (2016), pasando, claro, por Terminator. El robot, como máquina que remeda lo humano, viene a reemplazar al humano en sus tareas más automáticas (nace como autómata), en sus tareas más esclavas. De ahí que plantear al robot como cuerpo esclavo es, a la vez, plantear la revuelta de esclavos

En uno de los últimos episodios de Westworld el personaje que encarna Anthony Hopkins, creador de los androides del parque temático que permite a los millonarios zambullirse en el mundo del Oeste americano de mediados del siglo XIX, se fasci9na por los sentimientos de culpa y tristeza de una de sus creaciones tras asesinar a una persona: lo que horroriza de la escena no es su matiz inhumano, por el contrario, la alta dosis de humanidad que en esa abyección.



Esclavos



La ciencia ficción está llena de fábulas que advierten acerca de la automatización total: Skynet (Terminator), la matrix, los cylons (Battlestar Gallactica), etcétera. También abundan los experimentos mentales acerca de la inteligencia artificial, como el personaje Data, de la serie Star Trek: The Next Generation. Creo que estos temas cobran más sentido si se los observa en conjunto porque dejan en claro que las historias sobre la automatización total son relatos acerca de la esclavitud y, sobre todo, son historias acerca de las revueltas de esclavos. El deseo de la automatización total es un deseo de esclavitud. Lo que las narraciones sobre personajes como Data nos enseñan es que si la máquina puede hacer un trabajo humano sin la intervención humana, entonces esa máquina es funcionalmente humana. Desde esa perspectiva la reversión de Battlestar Galactica de 2004 no trata simplemente sobre la Guerra contra el Terrorismo, sino de la Guerra contra el Terrorismo como una revuelta de esclavos.
Desde los albores de la historia el hombre intentó crear un subhumano que pudiese ser justamente esclavizado. El hombre creó la idea de la mujer como un humano inferior destinada a la sumisión, creó al negro como una criatura hecha para la servidumbre. El problema con esas creaciones anteriores es que se apoyaban sobre la base de un ser humano real, pero ahora el hombre blanco desea crear un verdadero esclavo desde cero, una máquina creada por el hombre que debería su existencia al hombre blanco y viviría para servirle.
Pero algo dentro nuestro parece entender mejor: no podemos imaginarnos la creación de un esclavo sin la revuelta de esclavos.



Sacrificio


miércoles, 23 de noviembre de 2016

negacionistas

Ya habíamos escrito sobre voto electrónico. Ahora una entrada en el blog de Javier Smaldone nos advierte sobre otra de las operaciones típicas del régimen: negar el saber, negar la historia (la operación básica de los neoliberales, según Mark Fisher). En realidad, el texto que reproducimos fue publicado en la página la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA bajo el título: “Declaración ante el agravio del Diputado Tonelli a especialistas en Informática”.
Dice el texto:
En los últimos meses diversos especialistas en informática han mostrado al público las múltiples falencias del voto electrónico, explicando por qué es imposible garantizar la ausencia de vulnerabilidades en cualquier software, aún habiendo sido auditado. Entre los expertos que presentaron estos resultados hay reconocidos referentes del mundo de la seguridad informática y científicos del CONICET y diferentes universidades nacionales.
En este marco resulta inaceptable que un Diputado de la Nación, depositario de la facultad de legislar, y por ende obligado a informarse con rigurosidad sobre los temas de los que opina públicamente, manifieste tal grado de ignorancia o malicia al pretender fantasiosos los argumentos que profesionales y científicos aportaron a la discusión relacionada con el uso de los sistemas de voto electrónico y, en particular, de la boleta electrónica (que dicho sea de paso, es una de las formas del voto electrónico). Las demostraciones realizadas en los plenarios de comisiones del Senado ilustran de manera tangible cuestiones técnicas que podrían resultar abstractas a interlocutores externos a la comunidad informática. No obstante, se han explicado los fundamentos y los principios de la propia disciplina que sustentan tales exhibiciones. Entre ellas, las que afectaron al ballotage del año 2015 en la CABA. Allí, nuevamente por falta de información o malicia, el Estado porteño obligó a la población a utilizar un sistema que se probó vulnerable tanto en sede judicial como en las demostraciones antes mencionadas.
Algunas de las presentaciones realizadas en el Congreso de la Nación pueden verse en goo.gl/m1STZV (compromiso del secreto del voto)
goo.gl/LvXUq7 (lectura de la boleta con chip a distancia)

lunes, 21 de noviembre de 2016

la cándida historia

Como decía el más citado de los escritores argentinos, hay libros que buscan sus lectores; pero también están los libros que buscan sus autores.
Hace 150 años, el 22 de septiembre de 1866 las fuerzas paraguayas derrotaron a las de la Triple Alianza –que conformaban los ejércitos argentino, comandado por Bartolomé Mitre; brasileño, al mando de Pedro II, y el uruguayo, que tenía al frente al fratricida Venancio Flores– en la batalla de Curupaytí, una de las confrontaciones más sangrientas de toda esa guerra –que duró cinco años y diezmó al Paraguay– y el único gran combate ganado por los paraguayos. De los 800 soldados que formaron el batallón Guardias Nacionales que salió de San Nicolás en 1865, sólo regresaron 83. En ese batallón había un pintor, Cándido López, que en esa batalla perdió su mano derecha por una esquirla de granada: primero le amputaron la mano, luego, debido a una infección, parte del brazo.
También, en ese batallón había un médico, en realidad, un estudiante del último año de Medicina en Buenos Aires. Era rosarino, se llamaba Teodesio Luque. Fue quien tuvo que amputarle la mano a López.
El primer hombre malo
Imagen tomada de Flickr.

Tataranieta, bisnieta, nieta e hija de médicos, María Luque (Rosario, 1983) conservó bajo su cama el cuadro de su tatarabuelo Teodesio extraído de un daguerrotipo que ella atribuye al mismo López, quien en su juventud, antes de enrolarse en San Nicolás como teniente segundo, había practicado la fotografía junto con un fotógrafo francés que recorría entonces las provincias ofreciendo sus servicios. “Mi carrera de pintor estaba estancada. No tenía dinero para seguir estudiando en Europa. Tampoco tenía esposa ni hijos, ni siquiera una novia. Ir a la guerra era lo más noble que podía hacer”, dice un ficticio Cándido López en “La mano del pintor”, la increíble novela gráfica que María Luque dibujó y escribió atrapada por esta trama en la que se cruza la historia familiar, la nacional y eso que convendremos en llamar la contemporaneidad.

     

jueves, 17 de noviembre de 2016

rosario-portland-melbourne

Las dos damas que nos cruzamos ayer nos hicieron sendas recomendaciones musicales. En la sala de espera de un consultorio sindical donde estaba con el niño, Carolina mencionó a Kyle Craft, un veinteañero de Portland, Oregon, que mezcla Dylan, pero también Bowie, y así. Creo escuchar esos acordes à la Bowie en "Eye of the Hurricane". La conversación incluso derivó en otro gran influido por Bowie, nuestro gran Jubany.

Más tarde, en la radio, luego de comentar la serie australiana Glitch, un mensaje de @lapasajera nos alertó sobre está señorita de Melbourne, mezcla de Suzanne Vega y Lou Reed; Courtney Barnett:




Una jornada productiva en la que sentimos haber recibido más de lo que ofrecíamos.

la viña del señor

Escribimos sobre Benito Laren acá, acá y acá. Ahora resulta que se asoció con mi amigo Walter Alvarez para sacudir sus producciones en una sola botella. Walter aporta sus magníficos vinos; Laren, su ludopatía pop. Según escribe Walter (acá) “el grupo Movilizarte (tiene una página en la red social) realizó este año su performance en torno a la obra del artista plástico nicoleño Benito Laren. (…) Una de sus últimas producciones es la creación de Larenland, un mundo al cual dotó de todos los atributos de un territorio. Este mundo comenzó siendo virtual pero ahora muchos de sus productos se materializaron en monedas, billetes, banderas y demás. El mundo de Benito también tiene su vino en dos variedades, “Atorratés” y “Cabaret Sabañón”. Este año, para la feria Movilizarte, este vino cobró vida. Debido a que en Larenlad no hay bodegas ni se cultiva la vid, nuestra bodega elaboró, con uvas cultivadas en nuestro viñedo, una partida especial para cumplir con las exigencias de las etiquetas diseñadas por el artista. La etiqueta “Atorrantés” presenta un vino elaborado con uva Torrontés. Es un vino chispeante, desinhibido y generoso de aromas frutales. La etiqueta “Cabaret Sabañón” presenta un blend de Cabernet Sauvignon y Merlot. Es un vino amable, donde el toque herbáceo, que la variedad Merlot expone con mucho más desparpajo en climas húmedos y suelos humíferos como el de la campiña nicoleña, aparece solo sugerido detrás de la trémula presencia de los taninos aportados por el Cabernet Sauvignon sin sobremaduración. Quienes lo probaron no evitaron exclamar el ‘Oh!’ que dio el nombre al movimiento Pop Oh! Art, creado por Benito Laren en las oscuras mazmorras de la fábrica Somisa a principios de los 90.”
Fotografías de Walter Alvarez.

Con su investigación sobre el vino que se elaboró en San Nicolás durante cien años y, luego, con la elaboración de vinos en la viña –la recuperación de un antiguo viñedo en un terreno que pertenece a la familia Lagostena–, Walter no sólo nos entregó un mundo, también nos descubrió unas raíces que hicimos nuestras a fuerza de disfrutar de su labranza y alegría. Laren puede agregarle etiquetas y lentejuelas, no le hace mella. 

sábado, 12 de noviembre de 2016

condolencias

Eldía siguiente a la muerte de Robert Vaughn, me llegaron dos mensajes, uno de mi amigo Walter Alvarez y otro de mi amiga Mariela Mulhall. En los dos casos las condolencias iban acompañadas de estas fotos:

 Es así, si vamos a vivir ciertas ficciones debemos aceptar también sus vacíos. 

las series que vieron a trump

El 6 de noviembre de 2001 Fox estrenó una serie innovadora en varios aspectos: lo protagonizaba tanto un agente de una ficticia agencia antiterrorista, Jack Bauer (que encarnaba Kiefer Sutherland) como la tecnología, que competía en la pantalla con los actores. Durante veinticuatro horas que sumaban veinticuatro episodios, veíamos a Bauer intentando evitar un ataque terrorista en el corazón de Estados Unidos. Cada episodio sumaba una hora de esa epopeya. La serie se llamó “24”. Al día de su estreno aún salía humo de los restos del World Trade Center, que sucumbieron después de que dos aviones llenos de pasajeros se estrellaran contra las moles de acero dos meses antes.

El día después

“24” –realizada por entero durante 2001, mucho antes de los ataques del 9/11– se convirtió de inmediato en la serie con la que leer la guerra contra el terrorismo que el entonces presidente George W. Bush se apuró a declarar.
El estreno de la serie coincidía a la vez con las dudosas elecciones que llevaron al poder a Bush. De hecho, fue el ataque a las torres lo que consolidó a George W. en la presidencia. En los comicios que lo consagraron presidente su contrincante Al Gore ganó el voto popular por más de medio millón de votos y las elecciones, al menos en el estado de Florida, estuvieron teñidas de fraude.

leonard cohen (1934-2016)


Cohen es el apellido de la casta sacerdotal judía. Un sacerdote es quien consagra su vida a la divinidad y quien oficia los ritos de esa divinidad. En esa ajetreada iglesia de la canción contemporánea a la que muchos le entregaron la vida, Leonard Cohen fue el vicario entre este mundo y ese otro que las canciones dibujan como la vida verdadera.
Porque las canciones son la otra vida. No la que no vivimos, sino esa cuya experiencia es una radiación en la que llevamos. Digámoslo con las líneas de Cohen en “Democracy”: “La sensación de que no es exactamente real, o es real, pero no está exactamente ahí”. Porque las canciones descienden del cielo platónico, o de la Torre en la que “Hank Williams tose toda la noche cien pisos más arriba”.


miércoles, 9 de noviembre de 2016

política transaccional

Con mi amigo que vive en Colorado intercambiamos mensajes unos días antes de las elecciones que llevaron a Donald Trump a la presidencia. Conversamos acerca de la naturaleza de los votantes de Trump, de algún modo caricaturizados en esta nota del New York Times, hasta artículos más analíticos como el de Harold Meyerson o cuestiones que de algún modo resume Agamben en una conferencia que ya tiene tres años, acá.
Imagen tomada de American Prospect.

Esto es lo que me escribió el lunes: “La idea es que esto es como un golpe en cámara lenta. Incluso si gana Hillary, los republicanos ya dijeron que no van a permitir ninguna nominación judicial, y que no van a considerar a HIllary una presidenta legítima.
“Quizás, en estos oscuros tiempos, una concepción transaccional de la política y lo político (esto es, pensar que el mal menor no es una concesión al mal, sino el modo imperfecto en que operan los sistemas humanos) es una opción plenamente política. Al menos, eso creo yo.
“La extrema derecha, en USA, se ha apropiado del lenguaje (y del pathos) revolucionario, donde toda transacción es una traición, inconcebible e imperdonable.                       
“En mi opinión, esa idea es la misma de los jihadistas del medio oriente: la idea de que la política no está hecha de ideas imperfectas, que afectan a gente real, sino de valores absolutos, trascendentes y prepotentes en su relación con la realidad (y ajenos a cualquier búsqueda de consenso).                       

“Por eso yo voto a Hillary, una candidata muy imperfecta, pero la voto con entusiasmo. Hillary será lo que será, pero no es una fanática, y tiene una concepción transaccional de la política que, hoy por hoy, es casi una forma de la utopía”.

lunes, 7 de noviembre de 2016

desplazamientos

Una amiga me recomienda el texto de Giorgio Agamben de la entrada anterior, veo que se trata de Artillería inmanente y pienso cómo no lo vi. Pero noto también que no es la "artillería inmanente" que tengo en mi lista de blogs, sino que está alojado en Noblogs.
Bien, una vez en la página inicial de Noblogs me encuentro con que es un espacio que conecta "personas radicales. No comercial, antifascista, antisexista". 
Y que da la bienvenida con una frase del querido J.G. Ballard: "The environment is so full of television, party political broadcasts and advertising campaigns that you hardly need to do anything (El ambiente está tan lleno de televisión, transmisiones de política partidaria y campañas comerciales que difícilmente necesitás hacer algo).” 
Bueno, tenemos al fin un lugar al que podríamos mudarnos si no fuéramos tan cómodos.
Imagen de despedida de Artillería Inmanente.

agamben: "razones de seguridad" y fin de la democracia

El texto completo de esta conferencia de Giorgio Agamben puede leerse en Artillería Inmanente: acá. Se titula "Para una teoría del poder destituyente" y se trata de una conferencia pública dada en Atenas en 2013. Comienza con estas palabras: «Una reflexión sobre el destino de la democracia el día de hoy en Atenas* es, de alguna manera, inquietante, porque nos obliga a pensar el fin de la democracia en el mismo lugar donde nació. De hecho, la hipótesis que me gustaría proponer es que el paradigma gubernamental que prevalece hoy en Europa no solamente no es democrático, sino que tampoco puede ser considerado como político. Así pues, intentaré mostrar que la sociedad europea ha dejado de ser actualmente una sociedad política: es algo completamente nuevo, para lo que carecemos de una terminología apropiada y que por tanto nos obliga a inventar una nueva estrategia.»
Imagen tomada de La Voz.
Extraemos estos párrafos, casi sobre el final: 
«Los debates se concentraron en la situación de la policía con respecto a la justicia y al poder judicial. Gensonné sostiene que éstos son “dos poderes distintos y separados”; y, sin embargo, mientras que la función del poder judicial es clara, se vuelve imposible definir el papel que juega la policía. Un análisis de este debate muestra que el lugar y la función de la policía es indecidible, y debe permanecer indecidible, ya que si realmente fuera absorbido en el poder judicial, la policía dejaría de existir. Éste es el poder discrecional que aún hoy define la acción del oficial de policía, quien, ante una situación concreta de peligro que atente contra la seguridad pública, actúa, por decirlo así, como un soberano. Pero, incluso cuando éste ejercita su poder discrecional, no está tomando realmente una decisión, ni prepara, como es indicado por lo general, la decisión última del juez. Cada decisión tiene que ver con las causas, mientras que la policía actúa sobre los efectos, los cuales son por definición indecidibles.

viernes, 4 de noviembre de 2016

la sobrina asombrosa

No conforme con hacerme feliz acompañándome a andar en bicicleta, mi sobrina Eugenia me llenó de alegría al mencionarme en su autobiografía (escribió un cuento para un libro que publicó la escuela y puede leerse acá)


El concurso que menciona en esas líneas que se leen en la captura de pantalla fue uno de la EMR de 2013. 
Entre los cuentos que presentó hace tres años elijo éste: 

La moneda que no quiere ser dinero
por Eugenia Binaghi

Había una vez una madre y su hija. La madre no quería cocinar, entonces decidió ir a un bar. En el bar, al terminar de comer, la madre saca su monedero de la cartera, pero no sabía que la plata hablaba.