Justo usaba la red social protestante, ayer al caer la
noche, cuando la presidenta Cristina
Fernández de Kirchner comenzó a postear comentarios sobre Games of Thrones. Más allá de las cosas
que levantaron todos los medios desinformados (sobre la serie, se entiende),
CFK hizo una pregunta que acaso resulta desatinada por un lado pero llena de
indicios por otra- Puso: “Game of Thrones. ¿Mi personaje favorito?: la Madre de
Dragones. Seguro se queda con Robb Stark ¿o con Jon Snow?” Se refiere, claro al
personaje favorito de la gran mayoría, Daenerys Targaryen,
quien en su destierro peregrino salió del fuego al final de la segunda
temporada con tres pequeños dragones. Daenerys, a su vez, protagonizó en el capítulo
del domingo anterior, el cuarto, una escena impresionante al liberar a los
esclavos que había comprado para armarse de un ejército. Pero aún sin haber
leído los libros (cosa que no nos interesa hacer: la serie es lo
suficientemente buena como para prescindir de esa fiebre adolescente), está
bastante claro que el señorito
Stark y el inmaculado (por lo menos hasta el episodio 5) Jon Snow,
van rumbo a otros lechos. Es más, podría decirse que el tal Snow, dentro de la
serie, ha jugado hasta este último episodio el papel que Chacho Álvarez jugó en
la política argentina de principios de fines de los 90.
Bien, pero si hay una contracara de Daenerys en la serie,
que varias veces ha sido leída en clave política y tuvo, incluso, una seria
incursión directa en la política estadounidense cuando al final de la primera
temporada vimos entre las cabezas montadas en una pica el perfil de George W.
Bush (lo reseñamos acá), lo
que convierte a la serie en un espacio de reflexión política acaso más fértil
que los libros; decíamos que si hay una contracara de Daenerys no habría que
buscarla en Cersei
Lannister (la magistral Lena
Headey), sino en Margaery
Tyrell, quien está a punto de casarse con el odioso rey Joffrey y llevó a la
ciudad real la razón populista. Porque lo que Daenerys practica es algo mucho más radical,
ligado a su propia experiencia como exiliada, esclava y extranjera. Ella, como
quienes están fuera del gran muro que protege al reino de los bárbaros, habita
la pérdida del reino. Si la señorita Tyrell es populista, hay que decir que
Daenerys, a quien escuchamos y vimos lanzar la orden: “Maten a sus amos” ("Slay the masters", una
de las frases políticamente más diáfanas que existen), es socialista. Veremos
cómo dirime CFK su admiración “estética” por la “Madre de los Dragones” con su
práctica política.
Game ofThrones. ¿Mi personaje favorito?: la Madre de Dragones. Seguro se queda con RobbStark ¿o con Jon Snow?.
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) 28 de abril de 2013
Fernando Canabal compuso este martes (30 de abril de 2013) esta imagen:
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