El “episodio Messi” en la Copa América que terminó el
domingo pasado (la no conversión de goles, el penal errado, las declaraciones
del 10 de que dejaba la selección nacional) generó innumerables comentarios,
reclamos y artículos.
De esa verborrágica marea rescatamos las palabras del ex
arquero de Independiente y periodista deportivo Norberto Ruso Verea. Con su
lucidez y desempacho habitual, Verea esquiva los lugares comunes y dibuja el
contexto en torno al episodio. Lo hizo en los
micrófonos de radio AM 750, en el programa que conducen Claudio Villarruel
y Bernarda Llorente de 14 a 16.
Las comillas encierran las palabras que Verea ensayó
anteayer a la tarde, sin otro guión que el de sus convicciones (a través del
código QR se accede a la entrevista en Radiocut).
«Las razones futbolísticas te llevan a hacer un análisis que
tendría que ser serio y cada vez lo es menos, en esta cultura del resultado, el
resultado todo lo allana, en el resultado no se discute. Entonces tenemos
problemas grandes, hace mucho en la Argentina hemos perdido la consistencia
para poder ser serios y analizar lo que pasa. La Argentina terminó jugando una
final de la Copa América con cuatro volantes centrales: Mascherano como último
hombre, Kranevitter, Biglia de un lado y Banega del otro. Era una decisión del
entrenador tener y acumular muchos volantes. De buen manejo, de buen paso, de
buen pase, pero de no tanta profundidad. En los países de Europa, los que van
por afuera son realmente profundos, son incisivos, penetrantes, complicados.
Nosotros, salvo cuando Di María juega para la selección, no para Deportivo Di
María, Gaitán que lo había hecho muy bien y se lastimó, los marcadores de punta
nuestros acompañan, no son esos marcadores penetrantes, realmente peligrosos. Yo
creo que Chile no se animó a ganarle a Argentina. ¿Por qué? Y, porque enfrente
está Argentina que tiene a Messi, que en cualquier momento te puede hacer un
desastre. El problema es que jugando como jugó Argentina, con tanto desgaste y
tanto volante, y tan poca agresividad, no cruzando la mitad de la cancha
durante los 90 minutos, o cruzando como Messi, en un acto heroico que salía
gambeteando a todos y no se podía: lo marcaban de a cuatro, cinco y terminaba
ahogado. Cada vez que intentó asociar juego se encontró con que todo lo que
tenía que hacer tenía que hacerlo para atrás. Y ahí es donde tenemos que
analizar seriamente lo que nos pasa. Porque después vinieron lo penales y Messi
le apuntó al Empire State, porque dejó de ser Messi. ¿Y por qué deja de ser
Messi? Porque va a patear pensando que va a estar sometido a la crueldad del
más ignorante, pero no sólo dentro de los medios sino afuera, porque sabe que
va a patear un penal y unos días antes de empezar la copa Maradona buscó
asociarse a Pelé para tratarlo de no-líder. ¿Ahora tiene (Maradona) de cómplice
a Pelé cuando lo criticó y lo destrozó toda la vida? Antes de la final Maradona
dijo que no venga. Entonces entendamos que todo esto pesa. Ahora, me decís: un
tipo que en el Barcelona metió 50 mil goles, finales contra el Manchester
United, contra la Juventus… Sí, pero tenés que volver a tu país y el que te
alcanza la valija te dice: “Pibe, tenés que meter un gol acá, ¡eh!”
Imagen tomada de Perfil.