El texto surgió luego de escuchar a Silvio Moriconi en "Hoja de Ruta" referirse al trabajo de Hine con motivo del Día del Trabajador.
Una de las fotos icónicas y más vistas en cada celebración
del Día del Trabajador es la de un grupo de once obreros que descansan sentados
en una viga de hierro, a trescientos metros del piso sobre la isla de
Manhattan, en el año 1932 mientras construían el Edificio de la RCA en el
Rockefeller Center –en ese momento y durante los 40 años siguientes, superado
en altura por el Empire State, que se inauguró en 1931. En esa década se
levantaron los rascacielos más imponentes de Nueva York e, incluso, el puente
que conduce a Brooklyn.
Por cada millón de dólares que se invertía en la
construcción de un rascacielos moría un obrero. Era la época en que los barones
de la industria estadounidense competían por quién hacía la torre más alta y
con mayor celeridad.
Imagen tomada de Wikipedia.
Como se puede ver en la foto –tan célebre que tiene una entrada exclusiva
en Wikipedia–, los trabajadores no tienen arneses, ni sogas, ni cascos. De
hecho, no sólo los obreros subían a las cimas de esos esqueletos de hierro,
también equilibristas y deportistas probaban sus agallas y vencían el vértigo
haciendo piruetas sobre el vacío a doscientos metros del suelo. Hasta los mozos
del Waldorf Astoria subieron a la cima del nuevo edificio del hotel, aún en
construcción en 1930, para servir un suntuoso almuerzo a dos trabajadores sobre
una viga que sostenían dos ganchos de una grúa.
Imagen Tomada de Daytonian in Manhattan.
El “Almuerzo en la cima de un rascacielo” (“Lunch atop a
Skyscraper” fue tomada el 20 de septiembre de 1932 desde el piso 69 del
edificio de la RCA, que estaba en el último tramo de su construcción. De
acuerdo a los archivistas, la foto fue arreglada: aunque muestra a verdaderos
trabajadores de la construcción, se estima que al momento de ser tomada hubo un
acuerdo del Rockefeller Center para promocionar su nuevo edificio.
De hecho, la foto apareció publicada por primera vez en el
suplemento de fotografías del domingo del “New York Herald Tribune” el 2 de
octubre de ese año.
Imagen tomada del Daily Mail.
Hubo muchas personas que se atribuyeron la identidad de
algunos de los trabajadores que están en la foto. La película “Men at lunch“ rastrea el
origen de algunos de esos trabajadores como de origen irlandés, aunque en los
planes del director también estaba seguir la huella de inmigrantes suizos.
Desde la izquierda, el número tres es Joseph Eckner, el
cuarto es Michael Breheny, el número cinco, Albin Svensson y el sexto, con el
cigarrillo en la boca, es Peter Rice, un herrero Mohawk de Kahnawake, Canadá. El
primer hombre, si se cuenta desde la derecha, es el obrero eslovaco Gusti
(Gustáv) Popovič, del pueblo Vyšný Slavkov, en el distrito de Levoča. Gusti era
originalmente leñador y carpintero. En 1932 le envió a su esposa Mariška una
postal con esta fotografía en la que anotó: “No te aflijas, mi querida Mariska,
como podrás ver, aún conservo la botella. Tu Gusti”.
Popovič regresó a Vyšný Slavkov a comienzos de la Segunda
Guerra mundial, en 1939 y se convirtió en granjero. Hacia fines de la guerra
Gusti fue muerto en su pueblo por la explosión de una granada. Su tumba está
junto a la de Mariška en el cementerio de Vyšný Slavkov.
El tercer hombre desde la derecha es Joe Curtis. El que está
sentado en cuarto lugar, también desde la derecha, es según lo reclamó él
mismo, el irlandés Francis Michael Rafferty, junto con su mejor amigo de toda
la vida, otro irlandés, Stretch Donahue, sentado a su diestra.
Durante muchísimos años la fotografía fue atribuida a Lewis Hine, un error
con fundamento: Hine registró, de hecho, la construcción del Empire State
(entre 1929 y 1930), cuando tenía 55 años. Para ello había diseñado un canasto
sujeto con lingas que era elevado por una grúa, de modo que tomaba sus
fotografías suspendido a trescientos metros del suelo, corriendo los mismos
riesgos que los trabajadores a los que retrataba. Pero además, se entendía la
caída en ese error porque Hines, que estaba formado en sociología, había
fotografiado en 1909 la llegada de muchos de los inmigrantes irlandeses al
puerto de Nueva York. Y muchos de esos inmigrantes fueron luego los obreros que
trabajaron en la construcción de los rascacielos neoyorkinos.
Y, “last but not least”, hasta un año antes de subirse al
canasto que lo elevaba más de 300 metros para retratar a los trabajadores del
Empire State (donde murieron 5 trabajadores durante su construcción), Hine
había llevado adelante un épica campaña con su cámara para abolir la
explotación infantil en el trabajo en fábricas textiles y plantaciones de
algodón en el sur de los Estados Unidos (un trabajo que no fue sin
consecuencias para Hine, quien murió pobre y sin trabajo luego de haber
renunciado a un cargo estable de profesor).
De todos modos, la atribución de la autoría de la foto a
Hine tampoco era algo que pudiera afirmarse con seguridad –se acreditaba la
foto del almuerzo en la cima del rascacielo como “desconocida” en la mayoría de
los casos.
Recién en 2003, luego de que la Corporación Corbis se hiciera
cargo de esa foto, se acreditó su autoría a Charles C. Ebbets,
un fotógrafo que tenía veinticinco años cuando subió al piso 69 del edificio de
la RCA para hacer la imagen del almuerzo sobre el abismo.
Hacia 1930 Ebbets era ya un fotógrafo reconocido y tenía
imágenes suyas publicadas en los diarios más importantes del país, incluído el “New
York Times”. En 1932, Ebbets fue designado director fotográfico del desarrollo
del Rockefeller Center.
A fines de los 70 –Ebbets murió en 1978–, cuando se generó
la polémica acerca de la autoría de la foto, la familia de Ebbets exhibió
facturas y cartas emitidas ny enviadas entre directivos del Rockefeller center
y el fotógrafo en las que se menciona su trabajo, incluso el negativo de una
foto en la que se ve a Ebbets junto con algunos de los obreros a los que
retrataría sobre la viga en el piso 69 del edificio en construcción, el 20 de
septiembre de 1932.
Asimismo, ningún otro fotógrafo de la época reclamó la
autoría de esa imagen ya célebre.
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