La conversación entre Michael Hudson –un distinguido profesor e investigador de Economía en la Universidad de Kansas, Missouri,
Estados Unidos, quien hasta principios de los 90 se desempeñó como operador en
Wall Street y funcionario del FMI y el Banco Mundial– y Paul Sliker se
publicó –con su audio incluido– en el sitio NakedCapitalism*, en el que
intelectuales y estudiosos de los sistemas económicos cuestionan los lugares
comunes y las ideas más aceptadas de la economía y la política estadounidense.
La charla culmina, de hecho, luego de que Sliker pregunta cómo repercute en la
economía de Estados Unidos el hecho muy poco publicitado en ese país de que
Argentina reciba uno de los más grandes préstamos de la historia del FMI.
Pero más estremecedoras resultan las respuestas de Hudson cuando define al presidente Mauricio Macri como un operador de los bancos de Wall Street en Argentina y describe las catastróficas consecuencias del acuerdo que su gobierno lleva adelante con el FMI (desde la emigración hasta la pobreza y los suicidios). Hudson, quien diseñó bonos a la medida de Argentina en los 90, insiste en el carácter predatorio de las clases dominantes nacionales, sólo interesadas en radicar sus fortunas en dólares fuera del país. Pero advierte: la Argentina macrista es acaso el gran ejemplo a seguir para todos los países que deciden actuar en contra de los trabajadores, lo que incluye, claro, a los Estados Unidos.
—Paul Sliker:
Michael, Argentina acordó recientemente un préstamo de 50 mil millones de
dólares del Fondo Monetario Internacional. Es por lejos el más grande en la
historia del FMI. Se supone que debe funcionar durante 36 meses. Argentina
inició conversaciones con el FMI el mes pasado, después de tres alzas de tasas
del Banco Central. A pesar de presionar los costos de endeudamiento por encima
del 40%, esto no detuvo la caída del peso, que ahora cayó un 25% frente al
dólar estadounidense.
Este acuerdo reflota una
oscura historia para la mayoría de los argentinos con respecto al papel del FMI
durante su devastadora crisis económica en 2001-2002. El FMI impuso severas
medidas de austeridad, como de costumbre, dada su política básica antilaboral,
por lo que la decisión de Argentina de regresar al FMI desencadenó enormes
protestas nacionales en las últimas semanas.
A pesar de ser el préstamo más grande en la historia del FMI, no escuchamos nada al respecto en los medios de comunicación de EEUU, a no ser por el típico y breve informe en la prensa financiera. No hay un análisis político o económico actualizado de esto, en especial de la izquierda, a la que uno una mayor comprensión del hemisferio Sur, y contrarrestaría la filosofía de ajuste del FMI.
Antes de abordar el multimillonario acuerdo con el FMI, usted es uno de los principales expertos mundiales en préstamos del FMI y el Banco Mundial. Cuando estaba en el departamento de investigación económica del Chase Manhattan Bank, su función se especializaba en balanza de pagos, y su tarea era establecer la capacidad de pago de Argentina, Brasil y Chile. Para dar al lector una comprensión general del contexto histórico que lleva a lo que sucede hoy, ¿puede hacer un poco de historia sobre la última crisis económica argentina a principios de la década de 2000 y el papel del FMI en ese momento?
—Michael Hudson: La razón por la que hay tan poca discusión sobre los problemas de la deuda argentina o de otros países del Tercer Mundo es que casi nadie estudia la balanza de pagos (BDP). No existe un curso en contabilidad de balanza de pagos o incluso en Cuentas Nacionales de Ingresos y Productos (NIPA) en ninguna universidad de EEUU. Los propagandistas de la Escuela de Chicago siguen afirmando que si la moneda de un país se está depreciando, debe ser porque sus precios están subiendo. Pero eso es poner al revés la línea de la causalidad. Para los países deudores, como Argentina u otros de América Latina, la balanza de pagos tiene poco que ver con los precios internos, los salarios o el costo de producción. La balanza de pagos, y por lo tanto, la tasa de cambio, sucumbe por el servicio de la deuda.