Ahora que me entusiasma el fútbol, esta intervención de John Oliver me recuerda por qué siempre observé el fenómeno con disgusto.
Hay una versión con subtítulos acá (gracias Fernandito):
En 13 Minutos Este Comentarista Destruye... por renatosatta
socio
"I don't want to belong to any club that will accept people like me as a member." Groucho Marx en Groucho and Me (1959).
viernes, 27 de junio de 2014
tirano del cliché
Nos comimos el amague con Tyrant. No sólo no se parece en nada a otras cosas que desarrolló Howard Gordon (Homeland), sino que lo que vimos hasta ahora en el episodio piloto (emitido el martes pasado) parece uno de esos culebrones centroamericanos en los que los protagonistas van entusiasmándose en cada escena con el descubrimiento de unos parientes ricos y poderosos, una suerte de Par de reyes, pero en serio.
La reseña de Todd VanDerWerff para AVClub resume muy bien este aspecto: no sólo dice que el episodio es aburrido y que los conflictos que plantea el guión podrían evitarse si unas pocas personas se subieran o evitaran un avión, también observa que no sólo la dictadura de Medio Oriente que muestra la serie (un hijo del dictador Al-Fayed que se formó en Estados Unidos e hizo una familia allí vuelve al ficticio país Baladi para el casamiento de su hermano) es de una cursilería y cliché ofensivos, sino que el grado de estupidez de su esposa americana también resulta agraviante incluso para los americanos: ella se la pasa todo el episodio piloto preguntándole por qué no le cuenta sobre su pasado cuando la dictadura en la que se mete ni bien baja del avión alcanza y sobra para responderle casi todas las preguntas.
En fin. Gideon Raff (el israelí creador de Prisoner of War, la serie en que se basó Homeland) es uno de los escritores y productores de la serie. Lo dicho sobre la esposa yanqui cabe para su representación de la republiqueta árabe: si esa es la representación del mundo en que vive su serie no transcurre en el mundo.
Homeland y 24 (otra creación de Gordon) nos mostraron la intimidad de un mundo bajo observación permanente. Un mundo en el que el territorio violado de lo íntimo era el objeto de la política (entendida como la lucha por el control y el control de la lucha en relación a un centro de poder que ha disuelto todas las utopías, incluso las de la democracia). Esa suerte de premisa, común a otras series, parece desvanecerse en Tyrant, aunque ofrece conflictos que más bien parecen puestos allí para satisfacción de ciertos discursos "liberales", como el hijo gay.
Según leemos en Vulture, Ang Lee iba a dirigir el piloto de Tyrant. Por suerte no lo hizo.
Imagen tomada de AVClub.
La reseña de Todd VanDerWerff para AVClub resume muy bien este aspecto: no sólo dice que el episodio es aburrido y que los conflictos que plantea el guión podrían evitarse si unas pocas personas se subieran o evitaran un avión, también observa que no sólo la dictadura de Medio Oriente que muestra la serie (un hijo del dictador Al-Fayed que se formó en Estados Unidos e hizo una familia allí vuelve al ficticio país Baladi para el casamiento de su hermano) es de una cursilería y cliché ofensivos, sino que el grado de estupidez de su esposa americana también resulta agraviante incluso para los americanos: ella se la pasa todo el episodio piloto preguntándole por qué no le cuenta sobre su pasado cuando la dictadura en la que se mete ni bien baja del avión alcanza y sobra para responderle casi todas las preguntas.
En fin. Gideon Raff (el israelí creador de Prisoner of War, la serie en que se basó Homeland) es uno de los escritores y productores de la serie. Lo dicho sobre la esposa yanqui cabe para su representación de la republiqueta árabe: si esa es la representación del mundo en que vive su serie no transcurre en el mundo.
Homeland y 24 (otra creación de Gordon) nos mostraron la intimidad de un mundo bajo observación permanente. Un mundo en el que el territorio violado de lo íntimo era el objeto de la política (entendida como la lucha por el control y el control de la lucha en relación a un centro de poder que ha disuelto todas las utopías, incluso las de la democracia). Esa suerte de premisa, común a otras series, parece desvanecerse en Tyrant, aunque ofrece conflictos que más bien parecen puestos allí para satisfacción de ciertos discursos "liberales", como el hijo gay.
Según leemos en Vulture, Ang Lee iba a dirigir el piloto de Tyrant. Por suerte no lo hizo.
miércoles, 25 de junio de 2014
mare tenebrarum
Junio es el mes del inicio del verano en el hemisferio
norte, lo que hace que la programación de la televisión renueve
su grilla en esta época del año. Así, ya pueden comenzar a verse algunas de
las series más esperadas y anunciadas en lo que va del año. Por ejemplo, en el
primer fin de semana sin Game
of Thrones (culminó la cuarta temporada el domingo 15 pasado), este
domingo se pudo ver –internet mediante– el episodio estreno de The Last Ship
(La última nave, TNT), serie
producida por el espectacularista Michael Bay (Transformers, Pearl Harbor)
y protagonizada por Eric Dane, Rhona Mitra (acaso elegida
por su notable parecido con Evengeline Lilly, la
Kate de Lost) y Adam Baldwin entre
otros rostros de la América WASP
(blanca, anglosajón y protestante).
The Last Ship está
basada en una novela
de ciencia ficción apocalíptica de 1988 escrita por William Brinkley. Se parece
un poco a El
barco, la maravillosa (aunque demasiado extensa) serie española, pero
todas las tramas se parecen últimamente.
La historia involucra al capitán de un destructor de la
Marina estadounidense debidamente heroico, a una médica del CDC (Centro de Control de Enfermedades,
organismo que ya vimos sucumbir en series como The
Walking Dead e infinidad de películas en las que médicos encarnados por
Dustin Hoffmann luchan contra una plaga) debidamente linda y a la tripulación
del barco, que un día sale hacia el Ártico en una misión de prueba de armas
ignorando que una orden presidencial enviaba de incógnito a la científica para
investigar la evolución de un virus recién descubierto que comenzó a diezmar el
mundo. Como la misión es secreta, el barco permanece aislado cuatro meses, al
salir del silencio de radio, el mundo es otro: el presidente de los Estados
Unidos murió (lo que nos ahorra otra insufrible serie de llamadas directas al
presidente), Europa está en ruinas y así.
Que el virus haya sido creado en un laboratorio y que entre
los integrantes de la tripulación haya un intrigante conspirador y quienes
prefieren terminarla con el viaje en alta mar para volver a casa, o lo que
quede de ella, son opciones que aún no explotó la trama, que se completa con
emotivas venias militares y primeros planos de banderas de Estados Unidos que
flamean sobre las aguas de un mundo devastado. Curiosa o irónica metáfora cuyos
alcances aún no nos fueron revelados.
jueves, 19 de junio de 2014
lo dicho
Día a día Fernandito nos trae sus "canabalismos", chistes de ocasión con los que nos sorprende y, según sus palabras, pertenecen a su sección "Lo dicho", que es una sección que, hasta ahora, cuando se incluye en esta bitácora, funcionaba como un aparte en su conversación diaria, en los momentos en que entabla una relación con el mundo que lo rodea sin los auriculares.
Así, hace ya tiempo Fernandito nos hizo saber en su sección que "Movimiento Evita" es semánticamente "osado" o ridículo. Hoy notó que "Municipio de Morón" es un nombre que desalienta a cualquiera a iniciar un trámite en ese municipio, sobre todo si se pretende que el trámite sea ágil.
Así, hace ya tiempo Fernandito nos hizo saber en su sección que "Movimiento Evita" es semánticamente "osado" o ridículo. Hoy notó que "Municipio de Morón" es un nombre que desalienta a cualquiera a iniciar un trámite en ese municipio, sobre todo si se pretende que el trámite sea ágil.
martes, 17 de junio de 2014
monopoly
La familia juega Monopoly con la netbook de Conectar Igualdad conectada al televisor. Les digo que un día voy a inventar un juego que se llame Bolchevique en el que todo el placer que Monopoly derrama obteniendo dinero será reemplazado por el placer de fusilar especuladores de capital, banqueros y otros demonios. Sería como un GTA, pero mucho más ideologizado.
domingo, 15 de junio de 2014
día a día
Ayer lo felicité por sus impresionantes piques y por los dos goles que hizo.
Esta mañana él vino a saludarme y a felicitarme a mí.
Esta mañana él vino a saludarme y a felicitarme a mí.
sábado, 14 de junio de 2014
más realismo cristiano
Recién vista con el niño, Maléfica, donde volví a encontrarme con el realismo cristiano, además de enterarme, según cuenta la historia, de que Blancanieves la Bella Durmiente fue la primera víctima del síndrome de Estocolmo.
Pero, además, y pese a ser un film de Disney, veo que sus antecedentes son dos series: Game of Thrones y Once upon a time.
Las tres hadas inoperantes son la viva imagen de lo que "hace el mal queriendo hacer el bien", mientras que Maléfica es su opuesto.
Encantador mensaje para los tiempos que corren, a punto de una tercera guerra con Irak.
Eso por ahora, desde el telefonito.
Pero, además, y pese a ser un film de Disney, veo que sus antecedentes son dos series: Game of Thrones y Once upon a time.
Las tres hadas inoperantes son la viva imagen de lo que "hace el mal queriendo hacer el bien", mientras que Maléfica es su opuesto.
Encantador mensaje para los tiempos que corren, a punto de una tercera guerra con Irak.
Eso por ahora, desde el telefonito.
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viernes, 13 de junio de 2014
menchaca
Entré al sitio de la municipalidad de San Nicolás porque supe que la historia de El vino nicoleño es ahora parte oficial de la historia de la ciudad. La navegación por el sitio me llevó a las "Personalidades", que hurgué una a una (no, no hay ningún intelectual, ni Horacio Rega Molina ni Andrés del Pozo ni Manuel Peyrou) hasta llegar a Manuel Menchaca: con sorpresa descubro que entre 1876 y 1893 Menchaca, primer gobernador santafesino por la Ley Sáenz Peña, vivió en la casilla que los viejos nicoleños conocen por el nombre de "casilla de Menchaca" y que en mi librito señalo como el bar El Faro.
Cómo no haberlo sabido.
Gracias, Mingo, por los caminos señalados.
Cómo no haberlo sabido.
Gracias, Mingo, por los caminos señalados.
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miércoles, 11 de junio de 2014
hablar solo
"Durante seis meses fui de lunes a viernes al psicólogo; es mucho tiempo hablando solo". La frase es de Fernandito y es apenas un "granito" de muestra de una conversación –más bien un monólogo suyo– en la que cuenta por qué hace lo que hace sobre la que ya ampliaremos.
sin subtítulos
En el minuto 4.54 del podcast de la semana pasada de MTQN se puede escuchar la maravillosa presentación que hizo Federico Aicardi para nuestro micro V.O.S. (versión original subtitulada).
lunes, 9 de junio de 2014
b julio
No sé cómo lo hace ni cómo aprendió a hacerlo, pero sé que esta ejecución ni siquiera es de las más complejas que acometió B Julio, mi sobrino.
estrenos del verano norteño
Con junio comienza el verano en el norte, así que también arrancan series nuevas.
• Starz, el mismo canal que hace dos o tres años nos presentó la mejor serie ambientada en el terreno de la política, Boss, ahora nos trae Power, que se estrenó el viernes pasado. La protagoniza Omari Hardwick, la produce el rapero Curtis 50 cent Jackson y la escribe Courtney Kemp Agboh. Transcurre en un night club neoyorkino que fue creado para lavar el dinero de un traficante llamado Ghost (Fantasma, interpretado por Hardwick), quien de repente se pregunta –como muchos nos preguntamos sin tener un ápice que ver con ese mundo– ¿y por qué no vivir del negocio montado en el mundo legal? Se estrenó el viernes pasado (7 de junio). Ni bien termine de ver un par de episodios de series menos glamorosas me meto de lleno en ese mundo en el que el protagonista se llama Espíritu (sí, ghost también puede traducirse así) y su disco neoyorkina (es decir, el negocio que es una cortina, una excusa para lavar dinero siucio) se llama Truth (verdad).
Algo más: al sitio de Starz nos permite ver videos desde nuestra locación, algo que no sucede ni con AMC ni con FX, a cuyo sitio directamente no tenemos acceso.
• El domingo 13 de julio FX estrena The Strain, cuya mayor novedad es que está dirigida por Guillermo del Toro (ojo, también hubo un gran entusiasmo porque Alfonso Cuarón estrenaba la serie Believe, sin embargo me pregunto quién la ve todavía). Del Toro y Chuck Hogan adaptaron su propia trilogía de novelas de vampiros, que Del Toro había pensado incluso como una serie de televisión pero que en 2009 nadie estaba dispuesto a financiarle. Por lo que puede verse, no se trata de vampiros como los de True Blood ni otros que vimos en los últimos años, sino de algo así como una epidemia que amenaza con destruir la humanidad. Estos vampiros no pueden hablar y tienen bajo la lengua una suerte de lanza o látigo que alcanza los dos metros (seis pies) y le sirve para alimentarse y reproducirse, y así.
• Extant (“Restante”) se estrena en CBS el miércoles 9 de julio (por fin una para mitad de semana, así no tenemos que pasarnos en vela la noche del domingo al lunes). La protagoniza Halle Berry, quien interpreta a la astronauta Molly Woods: al regresar con su familia “después de pasar un año en el espacio” descubre “que sus experiencias pueden tener un impacto mayor de lo que pensaba” (así lo leemos en el USA Today. Wikipedia es mucho más específica con respecto a ese impacto, dice que Molly regresa inexplicablemente embarazada a la Tierra. La mala noticia es que la produce Steven Spielberg, responsable de algunos bodrios importantes o, peor, de algunos yerros imperdonables en torno a qué es lo que las nuevas series se han comprometido a traer. En fin, a mí vagamente me recordó aquella serie que quedó trunca en la primera temporada, Defying Gravity.
Y hay más, claro, como Tirano, que ya comentamos acá. Y, acaso la más prometedora:
• The Leftovers, que produce y se emite en HBO, y tiene al frente a Damon Lindeloff, uno de los creadores de Lost. También está basada en una novela y se estrena (uf, no se va a poder dormir los domingos) el domingo 29 de junio.
• Starz, el mismo canal que hace dos o tres años nos presentó la mejor serie ambientada en el terreno de la política, Boss, ahora nos trae Power, que se estrenó el viernes pasado. La protagoniza Omari Hardwick, la produce el rapero Curtis 50 cent Jackson y la escribe Courtney Kemp Agboh. Transcurre en un night club neoyorkino que fue creado para lavar el dinero de un traficante llamado Ghost (Fantasma, interpretado por Hardwick), quien de repente se pregunta –como muchos nos preguntamos sin tener un ápice que ver con ese mundo– ¿y por qué no vivir del negocio montado en el mundo legal? Se estrenó el viernes pasado (7 de junio). Ni bien termine de ver un par de episodios de series menos glamorosas me meto de lleno en ese mundo en el que el protagonista se llama Espíritu (sí, ghost también puede traducirse así) y su disco neoyorkina (es decir, el negocio que es una cortina, una excusa para lavar dinero siucio) se llama Truth (verdad).
Algo más: al sitio de Starz nos permite ver videos desde nuestra locación, algo que no sucede ni con AMC ni con FX, a cuyo sitio directamente no tenemos acceso.
• El domingo 13 de julio FX estrena The Strain, cuya mayor novedad es que está dirigida por Guillermo del Toro (ojo, también hubo un gran entusiasmo porque Alfonso Cuarón estrenaba la serie Believe, sin embargo me pregunto quién la ve todavía). Del Toro y Chuck Hogan adaptaron su propia trilogía de novelas de vampiros, que Del Toro había pensado incluso como una serie de televisión pero que en 2009 nadie estaba dispuesto a financiarle. Por lo que puede verse, no se trata de vampiros como los de True Blood ni otros que vimos en los últimos años, sino de algo así como una epidemia que amenaza con destruir la humanidad. Estos vampiros no pueden hablar y tienen bajo la lengua una suerte de lanza o látigo que alcanza los dos metros (seis pies) y le sirve para alimentarse y reproducirse, y así.
• Extant (“Restante”) se estrena en CBS el miércoles 9 de julio (por fin una para mitad de semana, así no tenemos que pasarnos en vela la noche del domingo al lunes). La protagoniza Halle Berry, quien interpreta a la astronauta Molly Woods: al regresar con su familia “después de pasar un año en el espacio” descubre “que sus experiencias pueden tener un impacto mayor de lo que pensaba” (así lo leemos en el USA Today. Wikipedia es mucho más específica con respecto a ese impacto, dice que Molly regresa inexplicablemente embarazada a la Tierra. La mala noticia es que la produce Steven Spielberg, responsable de algunos bodrios importantes o, peor, de algunos yerros imperdonables en torno a qué es lo que las nuevas series se han comprometido a traer. En fin, a mí vagamente me recordó aquella serie que quedó trunca en la primera temporada, Defying Gravity.
Y hay más, claro, como Tirano, que ya comentamos acá. Y, acaso la más prometedora:
• The Leftovers, que produce y se emite en HBO, y tiene al frente a Damon Lindeloff, uno de los creadores de Lost. También está basada en una novela y se estrena (uf, no se va a poder dormir los domingos) el domingo 29 de junio.
realismo y trascendencia
Pocas interpretaciones de series van más allá del análisis de ciertos momentos dramáticos o de la ponderación de una actuación. Pocas son las que señalan un horizonte cinéfilo y pocas también las que hacen una exégesis política. Por eso quedé encantado con este artículo que firma George Schmidt en los Despachos de Religión (de la Universidad de California del Sur): "Sólo los buenos mueren jóvenes: el universo moral de Games of Thrones".
Además de analizar la serie, nos recuerda definiciones brillantes, como la de Lev Grossman: "Song of Ice and Fire (la novela en que se basa la serie) is the American Tolkien". A partir de allí traza una serie de paralelos entre las dos novelas: El señor de los anillos y Canción de hielo y fuego. Incluso, Schmidt procede como un buen cinéfilo, al destacar el rol que cumple el actor Sean Bean en las dos sagas, entre otras cosas.
Nos recuerda que la novela de Tolkien fue escrita en parte durante la Segunda Guerra y que de algún modo cifra el mundo por venir, el de la Guerra Fría. "El señor de los anillos –dice– encarnó el idealismo cristiano de la era de la Guerra Fría". En cambio en Game of Thrones vemos las cada vez más complejas dinámicas del poder en un mundo en el que desaparecieron las oposiciones claras entre amigo y enemigo.
Pero el artículo no pasaría de ser un panfleto sociopolítico si no fuera por la introducción de un tema crucial: el realismo.
Aquí nos venimos a encontrar con Reinhold Niebuhr (cuya referencia –en un libro de Harold Bloom– no sólo era vaga sino errónea) y su "Realismo cristiano", que incluso Schmidt llama "Realismo agustiniano" en relación a las dimensiones antagónicas de ciertas situaciones sociales y políticas. Según el análisis, el realismo cristiano no tiene en cuenta si las acciones humanas son virtuosas o inmorales (sinful), sino el mal que hacen al pretender hacer el bien: el mal que anida en el bien. Y cita la magistral escena entre Lord Varys y Eddard Stark momentos antes de la ejecución del Señor del Norte bajo el subtítulo: "La misericordia mató al rey".
Traduzco:
«Dejando de lado por un momento la teodicea tradicional, la cuestión tras toda esta miseria es simple: ¿Por qué murió Eddard? En primer lugar, al interpretar la muerte de Eddard como una simple tragedia se pierde de vista un punto importante que señalan a menudo los realistas cristianos. La tragedia, como Reinhold Niebuhr observó en The Irony of American History, provoca "admiración y piedad" para un hombre como Eddard. Nos apenamos por él y su terrible final mientras admiramos su compasión y su convicción acerca del destino de Cersei Lannister y sus hijos.
«Sin embargo, la tragedia no tiene en cuenta la forma en que, en palabras de Niebuhr, una vez más, "las virtudes son vicios". Esta falta de pensamiento dialéctico, según el cual la acción humana es esencialmente virtuosa o pecaminosa es impensable en el realismo cristiano. Un idealista que clasifica rápidamente un evento tan trágico no tiene en cuenta que el mal es una "consecuencia inevitable del ejercicio de la creatividad humana": el mal que hay en el bien.
«La ironía, sin embargo, señala que la alta calidad que hiczo a Eddard digno de alabanza en última instancia condujo a su caída. Para Niebuhr, la ironía es fundamentalmente una categoría religiosa, que presupone un juez divino que "se ríe de las pretensiones humanas sin ser hostil a sus aspiraciones". El realista cristiano sitúa al interpretar la ironía espacios de "significado oculto" que "suscita no sólo la risa, sino una sonrisa que sabe (knowing smile: también cabría traducirlo por "un saber que ríe"). Esta "sonrisa que saber" a su vez reconoce los fallos en las propias virtudes, al revelar yuxtaposiciones absurdas de fortalezas y debilidades; de la sabiduría a través de la necedad; o necedad como el fruto de la sabiduría; de culpa que surge de las pretensiones de inocencia; o la inocencia que se esconde detrás de culpabilidad ostensible ".
«Lord Varys, el maestro de espías del rey, señala este punto muy agustiniana cuando visita Eddard en la cárcel para preguntarle qué clase de locura podría haberlo incitado a decirle a la reina que se había enterado de su fornicación (incestuosa). Como un idealista que aún no aprendió la lección más viciosa de la política, Eddard responde: "La locura de la misericordia. Ella podría salvar a sus hijos". A lo que Varys responde: "¡Ah, los niños. Siempre son los inocentes que sufren. No fue el vino lo que mató a Robert, ni el jabalí. El vino le ralentizó y el jabalí le desgarró, pero era su misericordia la que mató al rey!".»
Pero lo que me maravilla de estos saberes teologales aplicados a las series, además del fabuloso pasaje que acabo de traducir, es ciertos usos de términos que a veces vienen como dados. Acá, realismo significa "realismo moral", en ningún momento Game of Thrones está planteado como una fantasía, porque el universo moral que se analiza es muy real –y no estoy equiparando real con realismo. Para Schmidt, el realismo cristiano, o agustiniano es algo así como lo que Mark Fisher llama realismo capitalista: una forma discursiva en la que se agota una realidad –no elnaturalismo* naturismo o el costumbrismo con el que solemos identificar las ficciones rioplatenses–, o en la que una realidad se vuelve única.
Lo notamos al final, cuando Schmidt dice que la síntesis la hallamos en Daenery Targaryen: una figura liberadora. Escribe: «quien libera esclavos, ciudades, y reclama que grupos enteros de mujeres sean sus doncellas para evitarles una violación segura por parte de los hombres de Dothraki. Lo que encontramos en la figura de Daenerys es una interrupción del realismo puro (las negritas son mías) –tanto política como metafísicamente– a través de una erupción de trascendencia.»
Magnífica idea esta de que sólo podemos liberarnos del realismo mediante ese eje vertical en el que se nos revela lo trascendente.
* Bueno, confundir la categoría dietética "naturalismo" con naturismo ya dice algo de mi aversión hacia ciertos conceptos.
Además de analizar la serie, nos recuerda definiciones brillantes, como la de Lev Grossman: "Song of Ice and Fire (la novela en que se basa la serie) is the American Tolkien". A partir de allí traza una serie de paralelos entre las dos novelas: El señor de los anillos y Canción de hielo y fuego. Incluso, Schmidt procede como un buen cinéfilo, al destacar el rol que cumple el actor Sean Bean en las dos sagas, entre otras cosas.
Nos recuerda que la novela de Tolkien fue escrita en parte durante la Segunda Guerra y que de algún modo cifra el mundo por venir, el de la Guerra Fría. "El señor de los anillos –dice– encarnó el idealismo cristiano de la era de la Guerra Fría". En cambio en Game of Thrones vemos las cada vez más complejas dinámicas del poder en un mundo en el que desaparecieron las oposiciones claras entre amigo y enemigo.
Pero el artículo no pasaría de ser un panfleto sociopolítico si no fuera por la introducción de un tema crucial: el realismo.
Aquí nos venimos a encontrar con Reinhold Niebuhr (cuya referencia –en un libro de Harold Bloom– no sólo era vaga sino errónea) y su "Realismo cristiano", que incluso Schmidt llama "Realismo agustiniano" en relación a las dimensiones antagónicas de ciertas situaciones sociales y políticas. Según el análisis, el realismo cristiano no tiene en cuenta si las acciones humanas son virtuosas o inmorales (sinful), sino el mal que hacen al pretender hacer el bien: el mal que anida en el bien. Y cita la magistral escena entre Lord Varys y Eddard Stark momentos antes de la ejecución del Señor del Norte bajo el subtítulo: "La misericordia mató al rey".
Traduzco:
«Dejando de lado por un momento la teodicea tradicional, la cuestión tras toda esta miseria es simple: ¿Por qué murió Eddard? En primer lugar, al interpretar la muerte de Eddard como una simple tragedia se pierde de vista un punto importante que señalan a menudo los realistas cristianos. La tragedia, como Reinhold Niebuhr observó en The Irony of American History, provoca "admiración y piedad" para un hombre como Eddard. Nos apenamos por él y su terrible final mientras admiramos su compasión y su convicción acerca del destino de Cersei Lannister y sus hijos.
«Sin embargo, la tragedia no tiene en cuenta la forma en que, en palabras de Niebuhr, una vez más, "las virtudes son vicios". Esta falta de pensamiento dialéctico, según el cual la acción humana es esencialmente virtuosa o pecaminosa es impensable en el realismo cristiano. Un idealista que clasifica rápidamente un evento tan trágico no tiene en cuenta que el mal es una "consecuencia inevitable del ejercicio de la creatividad humana": el mal que hay en el bien.
«La ironía, sin embargo, señala que la alta calidad que hiczo a Eddard digno de alabanza en última instancia condujo a su caída. Para Niebuhr, la ironía es fundamentalmente una categoría religiosa, que presupone un juez divino que "se ríe de las pretensiones humanas sin ser hostil a sus aspiraciones". El realista cristiano sitúa al interpretar la ironía espacios de "significado oculto" que "suscita no sólo la risa, sino una sonrisa que sabe (knowing smile: también cabría traducirlo por "un saber que ríe"). Esta "sonrisa que saber" a su vez reconoce los fallos en las propias virtudes, al revelar yuxtaposiciones absurdas de fortalezas y debilidades; de la sabiduría a través de la necedad; o necedad como el fruto de la sabiduría; de culpa que surge de las pretensiones de inocencia; o la inocencia que se esconde detrás de culpabilidad ostensible ".
«Lord Varys, el maestro de espías del rey, señala este punto muy agustiniana cuando visita Eddard en la cárcel para preguntarle qué clase de locura podría haberlo incitado a decirle a la reina que se había enterado de su fornicación (incestuosa). Como un idealista que aún no aprendió la lección más viciosa de la política, Eddard responde: "La locura de la misericordia. Ella podría salvar a sus hijos". A lo que Varys responde: "¡Ah, los niños. Siempre son los inocentes que sufren. No fue el vino lo que mató a Robert, ni el jabalí. El vino le ralentizó y el jabalí le desgarró, pero era su misericordia la que mató al rey!".»
Pero lo que me maravilla de estos saberes teologales aplicados a las series, además del fabuloso pasaje que acabo de traducir, es ciertos usos de términos que a veces vienen como dados. Acá, realismo significa "realismo moral", en ningún momento Game of Thrones está planteado como una fantasía, porque el universo moral que se analiza es muy real –y no estoy equiparando real con realismo. Para Schmidt, el realismo cristiano, o agustiniano es algo así como lo que Mark Fisher llama realismo capitalista: una forma discursiva en la que se agota una realidad –no el
Lo notamos al final, cuando Schmidt dice que la síntesis la hallamos en Daenery Targaryen: una figura liberadora. Escribe: «quien libera esclavos, ciudades, y reclama que grupos enteros de mujeres sean sus doncellas para evitarles una violación segura por parte de los hombres de Dothraki. Lo que encontramos en la figura de Daenerys es una interrupción del realismo puro (las negritas son mías) –tanto política como metafísicamente– a través de una erupción de trascendencia.»
Magnífica idea esta de que sólo podemos liberarnos del realismo mediante ese eje vertical en el que se nos revela lo trascendente.
* Bueno, confundir la categoría dietética "naturalismo" con naturismo ya dice algo de mi aversión hacia ciertos conceptos.
domingo, 8 de junio de 2014
alternativo
Con asombro leo la última edición de El Eslabón, que sigo cada sábado y, además, suelo escuchar en su versión radial. Ernesto Ávila, el Negro, a quien aprecio con devoción y es autor de algunas de las crónicas más desopilantes de la primera época del diario El Ciudadano (no hay enlace porque su dueño, el ex presidente de Newell's Old Boys, hizo que se destruyera todo el archivo), hace una nota que me sorprende: toma como máximo referente de cierto periodismo up-to-date a Ignacio Ramonet –no sé si porque estuvo en Rosario esta semana o porque proviene de una provincia de Europa llamada Cataluña o porque escribió en Le Monde Diplomatique. Pero a partir de unas paupérrimas definiciones de Ramonet (que los periodistas perdieron el rol de "curas seculares" de la modernidad, entre otras reliquias), la nota de mi gran amigo derrapa en las opiniones recogidas entre otros amigos, todos de medios bien constituidos, debidamente oficiales y, salvo Rosario 3, analógicos: La Capital, Rosario 12. Excepto Carlos Del Frade, quien mantiene su espíritu militante –en la única militancia que debe ser celebrada, la de las nuevas generaciones–, todos se muestran escépticos y desconfían de las nuevas tecnologías.
La nota cumple con el mandato de relevar en ciertos medios las opiniones de sus periodistas en función de los preceptos vertidos por el señor Ramonet. Viniendo de El Eslabón, que lleva ya unos veinte años de ninguneo en algunos de esos medios y, sobre todo, en el diario de los empresarios mendocinos –diario que, encima, es el que más atrasado viene en la actualización tecno-ideológica–, uno esperaba que el relevamiento recogiera las voces de gente que tiene cierta formación y prédica en la cuestión digital, que son incluso voces raras veces consultadas debido a su escasa notoriedad en la escena massmediática. Pues no, no sólo plantea un debate que ya caducó hace como siete años, con la explosión de los blogs, sino que descree de la única herramienta que posee un periodista, la histórica, el saber qué se dijo, qué se publicó y dónde hallarlo. Esta escritura sin "enlaces", sin links que señalen una referencia, una opinión, una fuente, una lectura, es la que parece asustar a varios de estos periodistas.
La hago corta: lo que deberían pagar los empresarios del periodismo (y me permito ponerlo así porque sería deseable que los periodistas demos la pelea para que eso suceda), si es que algo así existe dentro de unos años, no es la capacidad de pedir opiniones, sino la capacidad de dotar de cierta "historia" a una opinión, la capacidad de "leerla". Cierto que en una ciudad que tiene como gran escuela a un diario que jamás linkea ni cita otra fuente que a sí mismo, esto parece imposible de pensar.
Internet no es la panacea del periodismo porque cualquiera pueda decir lo que le plazca, sino porque puede fundamentar lo que le plazca para un público interesado y real, que se puede seguir y calibrar; cosa que no pasa en los medios tradicionales que tratan de ganarse un lugar en la web a costa de ningunear y desoír los criterios editoriales que Wikipedia instituyó hace rato.
Cierto, captar a un público "lector" –es decir, que sea capaz de leer lo que se le ofrece– se hace difícil cuando las redes sólo nos ofrecen un público reproductor, pero ese problema nos excede por ahora.
De todos modos, muchachos, el dinero que no ganamos hoy sacrificando feriados y horas impagas, parece que no lo ganaremos mañana cuando seamos expertos en la navegación de ciertos temas.
Good night and good luck.
La nota cumple con el mandato de relevar en ciertos medios las opiniones de sus periodistas en función de los preceptos vertidos por el señor Ramonet. Viniendo de El Eslabón, que lleva ya unos veinte años de ninguneo en algunos de esos medios y, sobre todo, en el diario de los empresarios mendocinos –diario que, encima, es el que más atrasado viene en la actualización tecno-ideológica–, uno esperaba que el relevamiento recogiera las voces de gente que tiene cierta formación y prédica en la cuestión digital, que son incluso voces raras veces consultadas debido a su escasa notoriedad en la escena massmediática. Pues no, no sólo plantea un debate que ya caducó hace como siete años, con la explosión de los blogs, sino que descree de la única herramienta que posee un periodista, la histórica, el saber qué se dijo, qué se publicó y dónde hallarlo. Esta escritura sin "enlaces", sin links que señalen una referencia, una opinión, una fuente, una lectura, es la que parece asustar a varios de estos periodistas.
La hago corta: lo que deberían pagar los empresarios del periodismo (y me permito ponerlo así porque sería deseable que los periodistas demos la pelea para que eso suceda), si es que algo así existe dentro de unos años, no es la capacidad de pedir opiniones, sino la capacidad de dotar de cierta "historia" a una opinión, la capacidad de "leerla". Cierto que en una ciudad que tiene como gran escuela a un diario que jamás linkea ni cita otra fuente que a sí mismo, esto parece imposible de pensar.
Internet no es la panacea del periodismo porque cualquiera pueda decir lo que le plazca, sino porque puede fundamentar lo que le plazca para un público interesado y real, que se puede seguir y calibrar; cosa que no pasa en los medios tradicionales que tratan de ganarse un lugar en la web a costa de ningunear y desoír los criterios editoriales que Wikipedia instituyó hace rato.
Cierto, captar a un público "lector" –es decir, que sea capaz de leer lo que se le ofrece– se hace difícil cuando las redes sólo nos ofrecen un público reproductor, pero ese problema nos excede por ahora.
De todos modos, muchachos, el dinero que no ganamos hoy sacrificando feriados y horas impagas, parece que no lo ganaremos mañana cuando seamos expertos en la navegación de ciertos temas.
Good night and good luck.
lunes, 2 de junio de 2014
juana
Y un día los "conciertos de escritorito" de la NPR nos trajeron a Juana Molina. Bob Boilen, nuestro gurú, le dedica unas palabras muy halagüeñas: "Molina suena como si
hubiera sido criada por lobos y hubiese descubierto el mundo de la música por
su cuenta. Toma elementos familiares y los amasa con salvajismo, volviéndolos
atractivos y brillantes".
Hay que esperar hasta el final para escuchar el tercero y último tema "Sin guía, no".
Hay que esperar hasta el final para escuchar el tercero y último tema "Sin guía, no".
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arial
El rey de España abdicó y lo comunicó a través de un escueto mensaje redactado en letra Arial. Acaso para que nadie pierda de vista lo doméstico del asunto. El texto puede verse en el sitio de la Casa Real. Así:
De modo que nuestros amigos de WTF Microsiervos notaron la aberración y postearon: "Podría haber sido peor. Podría haber abdicado en Comic Sans":
De modo que nuestros amigos de WTF Microsiervos notaron la aberración y postearon: "Podría haber sido peor. Podría haber abdicado en Comic Sans":
domingo, 1 de junio de 2014
tirano
Imagen tomada de Hollywood Reporter.
Ambientada en un ficticio país que podría ser Siria y en la serie se llama Baladi (que no en su acepción castellana es un término proveniente del árabe que significa "del país", pero también de poca importancia), narra la historia de un médico hijo de un dictador de Medio Oriente que vuelve a su tierra tras vivir 20 años en Occidente, donde formó una familia y se ve envuelto en las cuestiones de su familia paterna y su país. Raff dijo que la idea se le ocurrió cuando miraba por televisión la noticia sobre una matanza ordenada por Bashar Al-Assad, cuya asunción, años antes, a la muerte de su padre (en el poder durante 30 años), había sido celebrada como promotora de cambios en una Siria que en 2011 se vería convulsionada por toda la ola de la primavera árabe.
Gordon dijo que está fascinado con el mundo de Oriente medio y que la pregunta que se repite esta ficción es "Qué es ser un buen hombre". También, que no le importa lo que digan de él una vez que se ponga al aire la serie, que ya lo llamaron islamofóbico y defensor de la tortura, ¿qué más pueden llamarlo?
La cronista de Indiewire dice que en el episodio piloto (exhibido ante la prensa y, evidentemente, no difundido, de otro modo ya podríamos acceder a él) se desliza que el hijo adolescente de Bassan (el protagonista interpretado por Adam Rayner) es homosexual y que la tira explora todo tipo de tiranía, la que se ejerce hacia afuera, hacia la gente de un país, como hacia adentro, al interior de la familia.
En fin, esperemos no encontrarnos ante un drama de psicología barata, como toda la psicología.
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