Suele asociarse la Asignación Universal por Hijo (AUH) al
kirchnerismo, sin embargo quien trajo la propuesta original fue un economista
que jamás perteneció a ese espacio y acompañó en su momento a Elisa Carrió
hasta que Carrió giró a la derecha. Entonces, Rubén Lo Vuolo se refugió en la
academia y continuó estudiando y elaborando propuestas de redistribución de la
riqueza desde Centro Interdisciplinario para las Políticas Públicas (Ciepp),
del que es director.
El sábado pasado Lo Vuolo, autor de un par de libros, entre
ellos “La modernización excluyente: transformación económica y estado de
bienestar en Argentina”, mantuvo una extensa entrevista con el periodista
Alejandro Bercovich en su programa El Lobby, que se emite por
RadioConVos, en Buenos Aires.
Aquí se resumen algunas de sus posturas en torno a temas hoy
centrales de la economía.
Empleo
“Me llama la atención –señaló Lo Vuolo– que muchas de las
cosas que parecían que no podían tener más espacio en Argentina con la crisis
de 2001 y 2002 están volviendo de una manera increíble. Reflexiones por ejemplo
sobre el valor del empleo, qué significa el trabajo, cosas como que el mayor
mérito que tiene el capital es que da empleo. No es, como uno había aprendido
en algún momento, que es el empleo el que genera riqueza, no, ahora es el
capital el que genera riqueza y uno tiene que estar agradecido de que le den
laburo en cualquier condición. Lo sintetizaría así: se consolida la desigualdad,
se consolida también una costumbre de clase, independientemente de la opinión
que uno tenga sobre la clase. Y me preocupa desde hace tiempo, porque no es
sólo un fenómeno argentino, sino internacional. Probablemente la advertencia
más potente que hace Thomas Piketty (economista francés autor de “El Capital enel siglo XXI”) es que el mundo ha vuelto a tener niveles de desigualdad
parecidos a los de principios del siglo XX y esto se está reproduciendo, se
está consolidando y tiene cierta legitimidad. El dato central es que el mundo
concentra cada vez más riqueza y, junto con esto, en el mundo se habla cada vez
menos de la concentración de riqueza, eso es lo que señala Pickety, y lo señala
porque demuestra que uno de los elementos que más explica la concentración de
riquezas y la desigualdad es la herencia, y este es un dato que en Argentina
nadie pretende discutir: al mismo tiempo que se pretende justificar que con el
esfuerzo y el laburo individual una persona indigente va a salir de su
situación –cosa que es a todas luces altamente improbable–, se legitima que una
cantidad de gente, por el solo hecho de ser hijos de y heredar capital sin
haber hecho absolutamente nada, puedan disponer de su ocio del modo que quieran”.
Reforma fiscal
“Con el actual gobierno me pasan cosas parecidas a las que
me pasaban con el anterior: cuando leía los títulos me decía qué interesante, y
cuando leía el contenido me decía qué desastre. Vamos a los títulos: nadie
puede dudar de que Argentina necesita un pacto fiscal, creo que el país
necesita mejorar su estructura impositiva, creo en lo personal que para las provincias
y para la progresividad e igualdad sería mucho mejor que las provincias se
dedicaran a recaudar más impuestos al patrimonio, las provincias y municipios,
que están más expuestas a la expresión de riqueza y están en mejores
condiciones de fiscalizar, lo mismo que Ingresos Brutos”.
Reforma previsional
“Tengo graves preocupaciones, claramente la Anses va a
perder fondos, hay un juego de reemplazos entre ganancias e impuestos al cheque
en los que no dan los números. Pero además, y vuelvo a mirar lamentablemente a
la década del 90, tengo la impresión que detrás de este desfinanciamiento del
sistema de seguridad social viene una propuesta de reforma, porque hay una idea
ya totalmente equivocada en el mundo de que hay aportes genuinos de la Anses
(que son aportes y contribuciones sobre el salario) y que hay aportes no
genuinos que son los que provienen de rentas generales como el caso de
ganancias y demás. Entonces, en esta concepción antigua, arcaica, y que incluso
comparten sectores del sindicalismo y sigue generando una división en las
políticas públicas entre los que están formalizados y los que no, está el
trasfondo de todo esto. Algo así pasó en los 90 cuando se eliminaron aportes
patronales y hubo un desbalance del sistema de seguridad social. Lo que hizo
bien el gobierno anterior, aunque yo no lo hubiese hecho así, es incorporar a
través de una moratoria a una cantidad de gente que estaba fuera del sistema.
Me hubiera gustado ver una política económica que avanzara en ese sentido: cómo
hacemos para seguir incorporando de manera permanente y no a través de una
moratoria”.
Capitalismo
financiero
“Hay una falta de comprensión de la etapa en la que está hoy
el capitalismo a nivel mundial. El punto que no se quiere comprender es que el
funcionamiento del capitalismo financiero es sustantivamente diferente del
industrial. Toda la estructura de protección social que aún existe en este país
está basada en el capitalismo industrial, en un imaginario de pleno empleo, de
gente que trabaja toda la vida en el mismo puesto de manera estable, incluso de
una organización familiar tradicional de hombre proveedor, mujer en la casa,
hijos dependientes. Todo esto está en revisión en el mundo hace tiempo. Ahora
lo que tengo que hacer es trabajar menos por más plata. Esto lo anticipó Karl Marx,
John M. Keynes, hace ya 100 años se pensaba que con este avance tecnológico la
humanidad se iba a poder liberar de la esclavitud del empleo. En realidad, la
necesidad cada vez menor de tener empleo por la necesidad del capital, lleva a
que cada vez haya más gente desempleada y otra gente esté sobre-empleada,
porque no sólo hay quienes no laburan sino que hay otra que labura 12 ó 14
horas por día en dos o tres empleos. Incluso lo discuto con feministas que han
hecho de la incorporación de las mujeres al empleo una bandera progresista,
pero pensemos esto: cuando en el pasado se hablaba de que había pleno empleo
era pleno empleo masculino, ahora hay cada vez más oferta de empleo, porque la
mujer se ha incorporado, y cada vez hay menos demanda, entonces el poder lo
tiene el capital. Entonces la mayor parte de la incorporación de la mujer al
mercado del empleo es el empleo precario. Incluso el capitalismo se aprovechó
de eso para precarizar la fuerza de trabajo masculina y esto generó mayor
distribución regresiva del ingreso: hoy en los sectores de clase media y alta,
trabajan el hombre y la mujer en buenos empleos, y en los sectores de clase
baja gracias si trabaja uno y si trabajan los dos es en empleos precarios. La
distribución familiar del ingreso cada vez empeoró más en esta coyuntura”.
Ingreso ciudadano
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