a la memoria de Arsenio Borgez, cuya muerte lloramos en pandemia.
El jueves 3 de diciembre de 2015 concurrimos al Complejo Astronómico Municipal (CAM) de Rosario a la inauguración de La astroludoteca, un proyecto maravilloso que se desarrolló en el Centro Cultural El Obrador (CCEO) que dirige Mariela Mangiaterra.
En una nota sobre la inauguración de la Astroludoteca que hizo Beatriz Vignoli para Rosario 12, historiza y describe el proceso: «La historia de la Astroludoteca se remonta al año 2011, cuando el CAM se presentó a una convocatoria del área cultural del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Compitiendo en la categoría Patrimonio inmaterial del Programa de Desarrollo Cultural en la región, enviaron una propuesta cuyo objetivo era recuperar la tradición astronómica qom. Se titulaba: “El cielo narrado. Recuperación de la visión cosmológica de la comunidad qom en la ciudad de Rosario, Santa Fe, Argentina”. En 2012, de entre un total de 1.004 proyectos y 513 preseleccionados, el proyecto resultó premiado entre los 50 propuestas elegidas de 26 países. Con una asignación de siete mil dólares, el Complejo recurrió inmediatamente a la cooperación del Centro Cultural El Obrador, que también depende de la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad. Situado en el Distrito Oeste, El Obrador fue convocado por su ubicación en una zona de migrantes internos qom, mocovíes y guaraníes oriundos del norte del país y asentados en Rosario.»
Y sigue: «Ubicado en pleno asentamiento qom, El Obrador es además la sede del microemprendimiento “Periférico. Objetos lúdicos”, que coordinan desde la Fábrica de Juguetes Mariela Mangiaterra y Elsa Albornoz. “Es un lugar interesante que pueden ocupar los mayores; son los abuelos de la comunidad, maestros artesanos del juguete, quienes fabrican juguetes autómatas a manivela y los venden. Esta especie de Gepettos de la comunidad fueron convocados para construir la Astroludoteca, y realizaron artesanalmente soluciones complejas como sistemas de poleas para accionar personajes”, comentó Mangiaterra sobre el dispositivo que relata parte de las leyendas recuperadas a través de imágenes y audio, y que ella contribuyó a desarrollar junto con un equipo que aborda el juego y la infancia.»
El proceso de realización puede verse en el video que hizo Isis Milanese sobre la Astroludoteca:
Además de la nota mencionada de Beatriz Vignoli en Rosario 12, Agustín Aranda publicó ésta nota en El Ciudadano y también La Capital publicó ésta otra. Tres años antes, en 2012, cuando la CAM recibió el subsidio del BID, Laura Hintze escribió sobre el proyecto en El Ciudadano.
En este posteo inicial voy a reproducir el prólogo de esa exposición y a partir de acá realizaré posteos individuales para cada historia puesta en escena en esa muestra maravillosa.
Lo que la comunidad qom ve en el cielo, contado por sus
abuelos
Todas estas historias nos las contaron ancianos de la comunidad qom que viven en Rosario. Al contarnos recordaban cuando eran niños y escuchaban los mismos relatos, que a su vez les contaban sus abuelos.
Todas son historias sobre el cielo.
El cielo es la casa común. En cualquier lugar del planeta y
momento de la historia es el punto más lejano al que podemos mirar.
El cielo es el mismo, pero según quién lo mira cambian los
significados de los dibujos que vemos en él. Y las características del pequeño
lugar en el que vivimos también modifican lo que vemos. La historia del Mortero
de la Abuela cuenta el origen de las galaxias llamadas Nubes de Magallanes. Al
mirarlas a simple vista en la noche del monte, sin la competencia de luces de la
ciudad, los qom las describen con un número mayor de estrellas de las que
podemos ver aquí. Ese monte originario del que viene la comunidad qom es el
escenario de todas estas historias.
Con este trabajo pretendemos amplificar la mirada de esa
porción de cielo que vemos quienes habitamos la ciudad, la provincia y las
provincias cercanas. Se puede observar mejor las estrellas con las nuevas
tecnologías, y también con esa especie de telescopio que son estos relatos de
un pueblo originario.
Las historias principales (El Mortero de la Abuela, Rapiche’n
y el Mañec) son sobre tres formaciones celestes o grupos de estrellas que los
qom conocen, leen e interpretan; también son una guía para su vida diaria.
“Se puede leer un cielo estrellado, se puede leer un tacho
de basura”, como dijo la escritora Graciela Montes.
Estas historias también son como cajas de sorpresas. Nos asombra
cómo un mismo relato nos cuenta el origen del mundo, cómo se conectan lo vivo
con lo muerto, la importancia de la lengua y la identidad y, al mismo tiempo,
describen procesos de la vida práctica: cómo conseguir y procesar un alimento,
los materiales naturales para hacer una artesanía o un medicamento. Es una forma
de vivir que conoce profundamente los recursos de la naturaleza.
Estos relatos hacen visible el hilo mágico que une los
distintos planos de la existencia. El de los grandes misterios junto con los
ritmos de la naturaleza, los ciclos, las estaciones.
Este trabajo también es el resultado del encuentro entre dos
culturas: la que trasmite lo que sabe y sus preguntas a través de lo escrito, de
los libros y la letra, y otra que lo hace a través de la palabra oral.
Es el intento de escribir lo que se escucha en el viento, en
la voz de una comunidad.
Relatos orales:
Ruperta Pérez
Arsenio Borgez
Idea y realización:
Elsa Albornoz
Pedro Lois
Juan Manuel Maggi
Adrián Ayala
Colaboración técnica:
Lena Pino
Lucas Cosignani
Centro Cultural El Obrador
Complejo Astronómico Municipal
Secretaría de Cultura y Educación
Municipalidad de Rosario
Este texto se exhibió en el módulo 1, Lateral B de la muestra Astroludoteca.
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