Bueno, fue esta tarde a eso de las 17, gracias a mis amigos de Más Tarde que Nunca que me dí de bruces con Daft Punk, banda-dúo-concepto con la que me había cruzado con indiferencia.
Incluso leí la nota que hizo Simon Reynolds en el New York Times cuando Daft Punk presentó Random Access Memory: "Daft Punk has always had a strong sense of history", anota Reynolds, quien señala muy claramente en qué dirección apunta el álbum como "proyecto" y cómo encajan en él Paul Williams o Georgio Moroder, pero no mucho más. Raro, porque RAM parece el moño de su Retromanía.
El hitazo "Get Lucky", que une con una sabiduría y una sencillez magistral la historia y la actualidad de Nile Rodgers y Pharrell Williams es, desde luego, una puerta excepcional al disco Random Access Memory, que incluye colaboraciones de Giorgio Moroder –hace un monólogo acerca de las cosas que soñaba hacer desde que tenía 16 años hasta que se dio cuenta de que buscaba el sonido del futuro, entonces ese sonido suena en manos del dúo y escuchamos... escuchamos el "aura" (sí, "la lejanía en la cercanía") de ese sonido que ya habíamos escuchado de adolescentes... Incluso Moroder dice en un momento: "Todos me llaman Giorgio", como si fuese un chico que se presenta a la audiencia– y nada más y menos que de Paul Williams. "Touch", la canción de Williams es tan de él, tan de su tónica y su tintura, con esos cambios de melodía y tonalidad, pero flotando sobre ese sonido Daft Punk: no, no se trata de un encuentro entre las cosas de antes y las nuevas, sino de algo que se ha acompañado en no sé qué clase de sincronía, el Paul Williams de "Rainy Days and Mondays" también habita el castillo helado de Tron: en esos dos lugares, en los 70 melódicos que patinaban en la dorada arena de la heroína y en la virtual y digitalizada contemporaneidad, donde la virtud y el valor son modos u opciones de la consola del gamer, está esta música que hace como una pausa "que nos habla de ese invisible extraño –para usar la cita de Benjamin que encabeza este blog–: del futuro que se las dejó aquí olvidadas".
Hay que ver y escuchar a Paul Williams en esta entrevista acerca de su participación en el disco de Daft Punk, de cómo el dúo se inspiró de algún modo en el film El fantasma del Paraíso (Brian De Palma, 1974), ópera del rock pop que traía de la cima a Williams, de cómo recuerda lo patética que era su hambre por la fama y dice que admira esas personas que trabajan de forma anónima, sin esa gula... "Escucho palabras en la música", nada más claro y fabuloso: algo que confronta el silencio de pronto tiene voces y palabras.
En fin, es un buen modo de terminar el día.
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