Stephen Thompson debe ser el más despistado de los comentaristas de NPR, porque al hacer una débil descripción del último disco de Regina Spektor, What We Saw from the Cheap Seats (Lo que vimos desde la popular), se detiene en lo que considera detalles: que Spektor haya llegado al Bronx a los 9 años desde Moscú, por ejemplo... Y, sin embargo, Thompson no es tan despistado: lo que su "detalle" señala es esa libido migrante que nos traen las canciones de Spektor (acaso como fenómeno, antes que como canciones). Es decir, la voluntad de crear un deseo "nacional" allí donde su música funda un vacío: la canción centroeuropea de cabaret despojada de su escenario. Una mujer muy cercana, al escuchar uno de los discos de Regina Spektor, me dijo que no le interesaban las cantantes que buscan "calentar" a los tipos que las escuchan: un error del oído que ha escuchado perfectamente ese desvío que opera en la performance de la Spektor.
Acá podemos escuchar el último álbum.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios se moderan, pero serán siempre publicados mientras incluyan una firma real.