"Bajo el neoliberalismo, la mentira se convierte en uno de los rasgos aceptados de la conducción política. La única meta no es otra que instrumentalizar la legitimidad democrática, con el fin de acceder al poder para tomar las decisiones que hagan falta y que las personas comunes nunca pueden entender o de las que nunca pueden ser persuadidas.
"El
hecho de que Obama fuera asombrosamente honesto en comparación con todos los
presidentes en la memoria reciente contribuyó a su debilidad, porque estaba
rodeado de los mentirosos y los tramposos habituales. Pensó que podía hacer que
el consenso neoliberal fuera legítimo una vez más, en lugar de una opción sólo por
defecto que se sostenía en un repentino “vuelco” y su demonización. Aunque encaja
el hecho de que las mentiras que impulsaron a Trump a la presidencia se refiriesen
en particular a Obama, así como su impulso hacia la presidencia se realizó de
una manera que democráticamente es ilegítima.
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