En su entrada
de hace un par de días, Adam Kotsko dedica unas líneas en An und für sich, que
siempre leo con respeto, a Breaking Bad.
Copio debajo el texto y señalo: no creo que la intención de Kotsko sea
invalidar la serie con esto del “Masías Blanco”, porque sería como invalidar
las películas de Hawks o de Ford por su evidente desprecio a negros y mexicanos;
sin embargo, entiendo que concentrarse en ese análisis puede lleva a un error:
invisibilizar el tema de la serie, es decir, cómo la busca del capital lleva
indefectiblemente al Mal. Más claro aún: cómo el cumplimiento de los valores
aceptados de la “utopía”
capitalista (todas las series tratan sobre eso, sobre el lugar en el que
ubicamos la utopía política), la familia, la acumulación de capital y el
estatus social, llevan indefectiblemente al crimen y, más terrible todavía, al
sacrificio de inocentes. Kotsko dice al pasar: “their tragically sacrificed
moral sense” y en ese “tragically” leemos “absurdamente”, cuando de lo que se
trata, precisamente, es de la dimensión trágica de todo ese acto que la serie
viene a enseñarnos.
Escribe Kotsko:
«Pocos géneros son tan perdurables como el relato del Mesías
Blanco: un blanco aparece en una cultura extranjera y resulta ser mejor que los
nativos en cualquiera de sus especialidades, o la única persona capaz de
salvarlos o, preferentemente, los dos. Pensemos en Karate Kid o, màs recientemente, Avatar, o los films de Batman de Christopher Nolan. Incluso Alice in Wonderland ha sido refundada
como un relato mesiánico de este tipo.
«Después de leer algunos tuits de Malcolm Harris en los que
señalaba que en los episodios actuales, en principio todos los personajes no blancos
habían sido asesinados, se me ocurre que Breaking
Bad es una estrafalaria clase de variación sobre el tema del Mesías
Blanco —basada en la inmensa premisa racista de que el talento particular de
los mexicanos es traficar drogas. Wlater White y Jesse fabrican mejor droga en
su casa rodante de lo que el cartel puede producir en sus enormes laboratorios.
Y a pesar de su incompetencia general y el trágico sacrificio de su sentido
moral (que está por complete ausente en los personajes mexicanos), de alguna
forma se las arreglan para sobrevivir a los asesinos implacables que llegan
hasta ellos. Sin embargo, tendremos que esperar hasta el próximo verano para
hacernos una idea de qué forma precisa tendrá su redención.
«Nota al pie: Me
di cuenta más explícitamente de los temas del western spaghetti en una segunda Mirada a la serie, aunque no estoy muy seguro
de cómo conectarlos con el tema del Mesías Blanco. Por ejemplo, podemos ver que
Hank, Walt y Tuco como paralelos al trio en The
Good, the Bad, and the Ugly (donde el “ugly” –feo–protagonista mexicano también
es llamado, literalmente, Tuco). El apodo del traficante “Heisenberg” también
evoca, de modo indirect, al personaje innombrable de Clint Eastwood (llamado “rubio”
por Tuco). Estoy seguro de que si reviso la trilogía de Sergio Leone observaría
otro montón de paralelismos.»
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