Imagen tomada de mr-ad.
Parece que Agustín
Valle recibió por correo electrónico el “Manifiesto de la quema de autos”:
esto de que en Buenos Aires, desde fines del verano, una banda no identificada incendia
autos, en principio de alta gama, que están en la calle a la madrugada
(cosa que habría
comenzado en Berlín a mediados de 2011).
Comienza así: “La acumulación de autos es un síntoma de
nuestra pobreza.
“La fiebre automotriz desprecia la vida, en los veinte
cuerpos que hace cadáver cada día -y los que tullida- pero también la vida
posible para todos, la indeterminación del arco de las ansias, el repertorio
común del querer.
“Convertimos en humo lo que hay que desear. Algunas alegrías
simplemente están mal. Un bicho humano ocupa un auto y, si no resiste a la
poderosa inercia subjetiva contenida en la maquina, sus semejantes pasan a ser
estorbos materiales para la realización de su máximo beneficio (estar yo-ya-allá)”.
En Sólo
las cosas el texto completo.
Más claro, echale nafta.
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