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jueves, 10 de mayo de 2018

las placas tectónicas de la economía

A diez años del derrumbe financiero de 2008, una destacada economista británica sostiene que el “paradigma neoclásico” –los neoliberales– es incapaz de predecir o entender la crisis y compara su nivel de improvisación con el que tenían los geólogos antes de descubrir el sistema de placas geológicas.



Hace diez años, el juicio y la competencia de la profesión económica fueron cortésmente cuestionados por la Reina de Inglaterra y, a partir de entonces, fueron atacados ferozmente por la sociedad civil y los economistas “heterodoxos”. A través de todo esto, la profesión se ha mantenido al margen, tanto del debate acalorado como de gran parte de la crisis misma.
Pero ya no. Durante la mayor parte de estos diez años, la profesión ha tratado a sus críticos con cierto desdén. Ahora están devolviendo el golpe. Los economistas del “establishment” –esos que disfrutan de la banca universitaria, tienen cátedras en las mejores universidades, obtienen grandes becas de investigación, se publican en prestigiosas revistas, tienen trabajos en la City, el Bank of England o en la prensa financiera– se han vuelto más activos en defensa de la profesión. Fue la última provocación la que los sacó al llano. En un artículo de la revista Prospect, el economista Howard Reed apuntó con firmeza al “núcleo teórico de la teoría económica moderna: el llamado paradigma neoclásico”.

“Cuando la gran caída golpeó hace una década”, escribió, “el público se dio cuenta de que la profesión económica no tenía ni idea”.
Hay una necesidad de una nueva economía, escribió, e hizo un llamado a los profesionales para desmantelar lo que muchos definen como ortodoxia económica y comenzar de nuevo. La columna vertebral de la ortodoxia, el paradigma neoclásico, escribió Reed: “Comienza con la presunción de que la empresa o el individuo es la mejor unidad de análisis para dar sentido a un mundo complejo. Este atomismo debería ser cuestionado: los climatólogos, después de todo, no dan sentido al clima al pensar en moléculas individuales en el aire.
“El neoclasicismo asume, además, que las empresas están dispuestas a obtener todo lo que pueden de ganancias, y las personas están dispuestas a obtener todo lo que pueden de ‘utilidad’ o bienestar. Esto no suena como se comporta en general la gente real o muchas compañías.

viernes, 31 de marzo de 2017

ann pettifor: feminismo y antineoliberalismo


¿Qué es el dinero? Puede parecer el tipo de pregunta que alguien se hace tarde en la noche, mirando a un puñado de billetes arrugados con los ojos inyectados de sangre. Pero a medida que avanzan las preguntas más incisivas, esta es realmente muy importante, porque la respuesta depende en gran medida de qué clase de dinero se está hablando y de a quién se ha planteado la pregunta. Algún “dinero” –un porcentaje muy pequeño– es efectivo. El resto es imaginario (“fiat currency”, como se conoce), una vasta red de contratos. El cheque de $ 25 de cumpleaños de la abuela es un tipo de contrato. El pago eliminado de su tarjeta de crédito para comprar zapatos, es otro. Cuando el banco ingresa la secuencia de dígitos en una pantalla que señala el préstamo que le dio a una pequeña empresa, son dos contratos: el primero garantiza que el banco le suministrará fondos para los bienes y servicios que necesita; el otro, que garantiza que va a ser eeembolsado el préstamo en una fecha posterior, más intereses. ¿Por qué es importante saber la diferencia entre “dinero” y efectivo? Bueno, porque según Ann Pettifor, economista política con sede en Londres, famosa por estar entre las pocas para predecir el colapso financiero de 2008, la teoría monetaria es una cuestión feminista.
El nuevo libro de Pettifor, “La producción del dinero: cómo acabar con el poder de los bancos”, apunta a dilucidar la naturaleza del dinero para ayudar a las mujeres a abogar por sus necesidades. Dinero, crédito, tasas de interés, regulaciones bancarias, cómo se contabilizan las cosas en el presupuesto público. Todo esto, sostiene Pettifor, tiene efectos tangibles en la vida de las mujeres y en la condición de la sociedad en su conjunto. Y para hacer el cambio, habrá que apasionarse por temas que la mayoría estuvimos condicionados a considerar como obvios.
 Andy Warhol, "Dollar Sign", imagen tomada de Guy Hepner.