“No sé en qué me estoy transformando”,
bromea Luis Contigiani (@luiscontigiani).
Se refiere al protagonismo que adquirió en la política provincial desde que
juró como ministro
de la Producción del gobierno de Miguel Lifschitz y a las especulaciones
que muchos hacen sobre una posible candidatura suya. De perfil bajo en la
secretaría de Agricultura durante la gestión pasada, este nuevo cargo lo tiene
con una alta visibilidad y como el funcionario que más expone su oposición a
las políticas del macrismo. En diálogo con este
periodista de Cruz del Sur, este hombre de Arequito que no está afiliado
a ningún partido político contó cómo influyeron los jesuitas en su formación
política y se mostró decidido a no juzgar “el barro de la política” desde un
lugar expectante.
—¿Qué
tanto margen de maniobra tiene una provincia para poner a los distintos
sectores productivos al resguardo de las políticas macro económicas que impone
el gobierno nacional?
—Hoy las provincias tienen un margen
acotado para definir o condicionar la macroeconomía, algo que es fundamental
para el desarrollo. Podemos tener políticas contracíclicas, que es lo que
estamos haciendo. Pero eso no es definir la política o el poder, lo que estamos
haciendo es comprar tiempo. Las provincias tienen que recuperar márgenes de
federalismo fiscal. ¿Quién grava la renta financiera? El mayor rendimiento
económico de este año fue la operación de títulos de Lebacs al 38 por ciento
combinados con dólar Rofex Futuro. Esa
operación daba 12 a 13 por ciento de ganancia de renta financiera. Esos son
grandes capitales internos y externos haciendo una fenomenal ganancia
millonaria. Y eso no derrama nada. Mientras tanto, se le pide al pueblo
sacrificio con las tarifas. ¿Quién grava esa renta? Porque mientras tanto se
sigue gravando a los alimentos con el IVA y a las pymes con Ingresos Brutos.
Imagen tomada de Noticias de Santa Fe.
—En
los últimos años cobró fuerza, con la puesta en marcha de una economía de corte
keynesiano, el concepto de “economía real”. ¿Considera que ese debe ser el norte
de todas las políticas que se diseñen?
—Creo que el keynesianismo es importante
porque está basado en el rol del Estado, en reinstalar al Estado como generador
de la obra pública y dinamizador de la economía; en la necesaria conducción política
del capital. En estos años se reestatizaron empresas, se avanzó en regulaciones
y se revalorizó la autoridad política. Pero aún así, no logramos implementar
otra política de desarrollo industrial que sea de fondo, que cambie la matriz.
Porque, más allá de los intentos por hacerlo, no se logró transformar
productivamente al país. Es decir, desde 1976 con Martínez de Hoz, a la fecha,
la foto productiva argentina más o menos es la misma: complejo oleaginoso,
petroquímico, agroexportador, autopartes, poco valor agregado, primarización de
la producción. En definitiva, sobran 15 millones de personas.