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"I don't want to belong to any club that will accept people like me as a member." Groucho Marx en Groucho and Me (1959).
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jueves, 29 de julio de 2021

playlist

Hijo cumplió 14 y 15 años en confinamiento. Cuando empezó la pandemia tenía cuatro pares de zapatillas talle 40. Hoy sólo posee un par nuevo, talle 43.

Sus encuentros sociales se multiplicaron en Discord, lo que incluyó conversaciones, cumpleaños –para los que se bañaba y se vestía especialmente–, juegos, películas y música compartida; música que fue descubriendo o redescubriendo por su cuenta, solo. Música con la que, entiendo, se cuenta cosas, éstas que están pasando y aquellas a las que las mismas canciones le abrirán una puerta.

Charly García y, sobre todo, la etapa Serú Girán ha sido la columna vertebral de sus gustos musicales –me refiero a esta etapa en la que él elije su música porque esa música lo interpela y a su vez es él el que interpela su cotidiano con esa música. Porque la música lo rodeó siempre.

Pero ayer nos mostró una playlist en particular a la que agregó unas 250 canciones de rock nacional, desde Sui Generis, Pescado Rabioso, Charly solista, Fito Páez, Cerati, La Máquina de Hacer Pájaro o Viejas Locas. Y mientras nos contaba su criterio de selección y cómo ordenó cada tema según el disco, se detuvo para destacar: “Este tipo me encanta”, y nos hizo escuchar:

Apenas si podía repetir el nombre del intérprete, lo que a mi esposa y a mí nos hizo reír, no sólo porque era un tema de nuestra temprana juventud, sino porque nos resultó muy curioso que un adolescente de 15 años se encantara con “El loco en la calesita”, por Juan Carlos Baglietto, sobre todo porque la música contemporánea que escucha no se parece en nada. 

Evidentemente hay algo que transmiten esas canciones (las de Baglietto, las del rock nacional de los 70) que interpelan al adolescente de un modo anacrónico, que es también el modo con que la adolescencia lidia con la vida.

Coda

No quise insistir con recomendaciones, pero en un rápido ping pong musical, le hice escuchar a Coki Debernardi, a quien conoce de la radio. "¿Es el viejo que se viste con calzas y botas?", dijo fascinado por lo que estaba escuchando, atormentado por esa distancia entre el trato con Coki y la música que sonaba en los parlantes. “Parece... —dijo, sin encontrar con qué compararlo. Y cerró:– No parece de acá.”   

Octubre de 2016 en Radio Sí.


sábado, 4 de marzo de 2017

cinco años más tarde

En agosto de 2012 el niño y sus primos posaron para una fotografía en una esquina de Refinería. Ayer, el niño y la sobrina idearon una recreación de esa escena cinco años más tarde.


sábado, 18 de febrero de 2017

yaguarón

a Walter Alvarez

El olor a pórtland flota en el aire,
envuelve el juego de los niños,
que lo ignoran: ellos también recordarán,
un día, ese pesado perfume
que se desprende de los ladrillos,
el pasto quemado por el sol,
la tierra caliente, la melaza
de agua, barro, yuyos y bichos
suspendidos esta tarde
en esta porción de barrio
sobre el arroyo Yaguarón.


El sauce crece en la barranca. Con desmesura crece. Da sombra a unas matas impenetrables sobre la pendiente. Un enjambre de mosquitos duerme en la pequeña jungla. Y allá abajo, los bañados del arroyo fabrican una planicie hecha de horizonte, de silencio. La ciudad que se erige al sur es San Nicolás. Lo mismo da si fuera Santiago, Liverpool, Curuzú Cuatiá o Cartago. La extranjería es el paisaje de este llano.

miércoles, 20 de julio de 2016

niño comentarista

Con el niño estuvimos en Hoja de Ruta, en la Si98.9, para hacer nuestra columna Descarga selectiva. Allí hablamos de Stranger Things y el niño tuvo una participación especial de la que aún se siente orgulloso y puede escucharse aquí:



martes, 6 de enero de 2015

botija inventor

Fueron mis amigos de MTQN los que me avisaron. No cabía en mis alpargatas cuando vi a mi botija entre los videos seleccionados en el programa aniversario de Tiranos Temblad, único programa uruguayo del que no me perdí un solo episodio en todo este año.


TT en apóstrofe.

miércoles, 30 de julio de 2014

cosas

Con Vicente, de vuelta de la escuela, pateamos durante unas cinco cuadras una tapa de telgopor (de esas que se usan pata tapar envases de helado de tres kilos) que él encontró tirada en la vereda. La rescaté cuando se fue a la calle y él halló el modo de cruzarla, apretándola entre sus piernas y saltando todo el trayecto de un cordón al otro. Al final, cuando lo convencí de devolverla a su condición de basura, me dijo: "¿Sabés por qué a mi me cuesta tanto desprenderme de las cosas? Porque creo que están vivas".
Tuvieron que pasar días para que esas palabras me revelaran su misterio y su melancolía.


martes, 8 de julio de 2014

v8

El tipo cumple 8 años y ya armó su playlist: va de sus gustos muy trend a las canciones de los luchadores, de ahí a su cosa más vintage, con Cebollitas, uno de sus hallazgos en YouTube.
Acá va parte de esa playlist.
V8 by Napoleón Zoilo on Grooveshark


martes, 27 de mayo de 2014

tres temas

Vicente estuvo esta tarde en nuestro programa de radio preferido, MTQN.
Así lo escuchamos:

viernes, 22 de noviembre de 2013

azahar

Con el perfume de los azahares llega el verano. Los azahares son las flores blancas de aroma intenso como el jazmín, el limonero o el naranjo: colman el aire, algo sólido emana de ese aroma, algo cuya dulzura es vecina de los cuerpos en descomposición del calor. En el invierno los cítricos nos proveen de vitamina C, en el verano nos ayudan a disimular que todo lo que se mantuvo fresco en el frío comienza ahora un proceso de degradación. Azar, según el diccionario, viene de dado y, "literalmente", de flor. Es decir que azar y azahares están emparentados en el árabe; y que los dados y la flor, en la lengua que creó Las mil y una noches, tienen una imagen en común.
Los dados ruedan en ese lugar donde solía no preocuparme que rodaran, mientras la flor empalaga mis sentidos y me hace creer que este es el verano, que ha llegado un tiempo de dados echados a rodar como si nunca hubiesen rodado.

viernes, 26 de julio de 2013

xxx video

Vicente dice haber descubierto el recurso parlante del Traductor de Google (funciona con todas sus características en Chrome) para hacer una suerte de loop para componer sus propias bases electroríitmicas. Así, le hace repetir la "x" y la "ñ" a la locutora del traductor para lograr esta base cuyos movimientos nos enseña.

viernes, 1 de marzo de 2013

cascarudos

Había visto hace unos años, en un documental, que había unos escarabajos africanos que construían bolas de estiércol que los triplicaban en tamaño. Fue la primera vez que noté que las patas cortas y ridículas de los escarabajos podrían tener una función específica, la de amasar esas bolas casi perfectas empujándose a la vez con el cuerpo. 
Con la llegada del verano, los escarabajos, a los que siempre llamamos cascarudos, invadieron la ciudad, el barrio, el patio de la casa; los vemos en el piso del baño, como penitentes, arrastrando cuando vivos una bola de pelusas –la imagen es de mi esposa. No Ni me puse a bucear en internet ni supe jamás –por fuera de aquél documental visto acaso al pasar, sin que lo haya elegido– por qué los cascarudos tienen esas patas tan poco apropiadas para desplazarse por el piso; tampoco para qué sirven sus alas, hechas de esa cobertura quebradiza y pesada. Acaso sus cuerpos, moviéndose como en un último espasmo, dados vuelta y agitando las patas como un juguete mecánico que se apaga, o tiesos, rodeados de hormigas en las baldosas del patio; sus cuerpos, digo, desparramados en el suelo, nos recuerdan el fin del verano, vienen a enseñarnos un paisaje de otro mundo y a la vez doméstico: la brevedad de la vida, el temblor de la existencia, el esfuerzo por llegar al fin del día; esas cosas con las que ponemos puntos suspensivos en la jornada y nos deslizamos en ellos, como si llegar a algún lado consistiera en mantenernos agitados... 



martes, 11 de diciembre de 2012

mono liso

Fotos de Elena Makovsky.

El miércoles pasado fue la fiesta de egresados de preescolar del Jardín Esteban Maradona, de la que Vicente participó metido en un hermoso disfraz de Mono Liso en el escenario del patio de la escuela Pedro Goyena. Para la apertura del acto, según pude reconstruir el relato, la directora aceptó la oferta de Analía, madre de un compañerito de Vicente, quien propuso que se presentara la murga en la que canta. Así arrancó la cosa. Los murgueros subieron pintados al escenario y se lucieron con sus coros. Hicieron los chistes de rigor acerca de los niños y sus padres (ella dándole al bebé la leche y él empinando el codo en el boliche, cosas así).
Al promediar el acto, uno de los murgueros mencionó unas cacerolas y, a continuación, largaron con unas coplas que hablaban del mosquito, incluso uno de los muchachos de la troupe apareció vestido de mosquito para aclarar que no eran ellos (los mosquitos, se entiende) los grandes bichos chupadores de sangre. Y de inmediato las cuerdas arrancaron con una canción murguera que hablaba del gobierno y la oposición.
Lo que al principio habían sido unos ademanes desesperados que agitaron el menudo cuerpo de la directora del jardín contra el escenario, a la vista de todos los presentes, se convirtió de repente en un arrebato mediante el cual la directora cazó el micrófono y dijo: "Agradecemos a la murga y la despedimos con un aplauso".
De mala gana, los murgueros dejaron el escenario, despacio y batiendo voces todavía.


Luego me contaría Analía que la mujer, mientras aún estaban cantando en el escenario, se había acercado para espetarles: "Cuidado con lo que dicen y, más adelante, cuando la mención a cacerolas y gobiernos ya era un hecho: "Decile que la corte".
Claro, después del episodio de Los Amores, al que los diarios porteños atribuyen la renuncia de la ex ministra de Educación, la directora del jardín debe haber estado sensible. Sólo que a diferencia de lo que sucedió en Los Amores (alumnos de 2° grado actuaron un libreto escrito por mayores que desplegaba toda la ponzoña antipolítica y antikirchnerista), los niños del jardín Maradona no estaban involucrados, salvo como público. Además, según me contaría Analía más tarde, la directora había sido invitada a ver la murga, a escuchar sus canciones y a evaluar lo apropiado o no de su incursión en la fiestita de egreso.
En fin, que hay escándalos también privados.
"La naranja se pasea de la sala al comedor. No me tires con cuchillo, tírame con tenedor".

Twist del Mono Liso by M.E. Walsh on Grooveshark

lunes, 20 de agosto de 2012

la edad dorada


Como escribió Novalis, "donde hay niños hay una edad dorada".
Este lunes pasado, cuando nos detuvimos en la plaza de Monteagudo y Vélez Sarsfield a usar los subibajas y a sacar la foto, volvíamos del Club Editorial Río Paraná, a unos metros, donde el sábado último presentó Lila su Vikinga Criolla. El club estaba cerrado y la idea era averiguar si Eugenia, la diva de la foto, podía hacer algún curso de encuadernación o fabricación de libros... en realidad, de manufactura de los libros que ella misma hace, como Una vida de hada en los Juegos Olímpicos, su última creación (con los debidos permiso acaso acceda a darnos un adelanto).

Lila, el sábado 18, al presentar su libro.

domingo, 17 de junio de 2012

rulos

El sábado, con 2 grados de sensación térmica a las 9.30, fuimos con Vicente al "torneo" que organiza la escuelita de fútbol en Roldán. La noche anterior nos visitó Gaby y hablamos del disco de Alexander Panizza con las sonatas de Beethoven y del film que hizo Pablo Romano sobre la ejecución integral de las sonatas durante 2011 en el CCPE. Cuando los partidos habían terminado ya y hacíamos tiempo con Silvio, el papá de Máximo, en el bar, me lo encuentro a Romano, que me dice que la noche anterior había estado hablando de mí con su esposa y con Sonia Scarabelli. La esposa de Pablo, Adriana Troglio, es del barrio de Somisa y había leído San Nicolás de la Frontera, y de ahí la charla. Nuestros hijos habían estado jungando fútbol y ahora, mientras hablábamos, se revolcaban en el pasto.
De vuelta, el clima no daba para hacer una parada como las habituales del verano en heladería Catania, así que le ofrecí a Vicente ir a comer algo a algún lugar, mientras su madre y hermana estaban en el centro. Pensé que se empeñaría en ir a un macdonalds, pero no, dijo "bar". Le ofrecí un barcito pequeño, con un calefactor aéreo en la vereda, en Avellaneda entre San Luis y San Juan, un lugar encantador al que hemos ido con Elena a la salida de Tae Kwon-Do. No, quiso Roma, donde antes estaba ese reducto mugriento de barrio e ilusión llamado La Capilla (Roma no es mejor, pero está mejor presentado: el café es intomable y tiene esas mozas jóvenes que creen que un café es un cortado y que el café-cortado se sirve en jarrita, invento rosarino de más por menos y café aguado).
Ahí, en una suerte de sótano que han inventado sobre el flanco Este del salón, Vicente me pidió papel y bolígrafo. Le di mi libreta y una microfibra y él me deslumbró con letras y dibujos.
Primero hizo esta suerte de microbio. Lo que me asombró (por hace rato que no lo veía dibujar) es cómo desarrolló ese no sé qué de darle forma a lo que es, sospecho, una suerte de "escritura gráfica": hace esos rulitos, como si desenmarañara algo deslizando la punta de la microfibra sobre el papel. Una vez concluido ese trabajo de "enrulamiento" viene el momento de los palitos que le dan una forma con la que salir de ese laberinto. ¿Es un microbio? Algo así, un virus, una cosa que también se desliza por los intrincados caminos de un cuerpo cuya escritura es también un rollo.
Luego ensayó esto que me pareció un hallazgo excepcional: ¿Es un robot?, le pregunté. Sí, claro. Los rulitos aparecen de nuevo en los brazos. Lo que no puedo dilucidar es hasta qué punto la figura del robot es un descubrimiento del niño en el mismo trazo (lo que es muy probable). Si así fuera, me resulta muy sugestivo que las forma reconocible vuelva a encontrarla en las líneas más rectas (las de la cabeza y las horizontales del cuerpo). ¿Cómo se llama?, le dije. "Robofijo". Pregunté: Robot-fijo o Robo-fijo. Claramente: "Robofijo".
Por último, pasamos a la escritura, a las letras, asunto en el que no parece urgido y en el que también halla cierto rollo, como lo demuestra el rulito de la "e" a la que llama "impresiva". Cosa en la que también hay que notar una suerte de "adelantamiento", porque en lugar de concentrarse en las mayúsculas de imprenta, con las que escribe su nombre, se preocupa por esa "e" en la que tiene, digamos, la posibilidad de enroscarse. Y así. 

lunes, 2 de noviembre de 2009

circo

El maquinista del circo según Pina Torres.
El elefante del circo según Pina Torres.
El maquinista del circo (pero con su uniforme circense) según Pina Torres.
El payaso del circo según Pina Torres.


entre el año 1996 y 1998 escribí para mi hija (que entonces era muy pequeña) varias canciones y poemas. más tarde, tal vez en 1999, juan manuel alonso me puso en contacto con pina torres, que ilustró algunos de esos versos para un librito que nunca terminé de gestar. pongo ahora acá esos textos y esos dibujos.

Función en el andén

El circo tenía un tren

que iba de pueblo en pueblo

y paraba en cada andén,

entre nubes de humo negro.

Y a los chicos convocaba

a través de un altavoz.

En el circo había un payaso

con un sólo tirador

y todo el mundo se reía

cuando perdía el pantalón.

El circo era tan pobre

que el único acomodador

vendía las entradas,

animaba la función;

también era el maquinista

y hacía de domador.

Domaba una jirafa

y un elefante panzón,

y les contaba cuentos

a la noche en el vagón.


El maquinista del circo
Un pañuelo rojo al cuello

en el bolsillo un reloj;

el maquinista del circo

ha terminado la función.

Volverá desde muy lejos

haciendo silbar el tren

y los niños muy contentos

lo esperarán en el andén.


El payaso del circo

Usaba un moño amarillo

y en el sombrero, una flor.

Bajo el alero, el flequillo

era anaranjado y chillón.

El payaso del circo

cantaba una dulce canción

que aprendió cuando era chico

en el país de la ilusión,

que es un país de payasos

con edificios de cartón.


El elefante del circo
El elefante soñaba

con las sierras cordobesas

y en su sueño caminaba

esquivando las malezas.

En el sueño iba pensando:

Qué hago acá, me siento extraño,

cuando vió que allá adelante

había otro elefante.

Siguieron avanzando

y así, entre las sierras,

se fueron encontrando

y armaron una orquesta...