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"I don't want to belong to any club that will accept people like me as a member." Groucho Marx en Groucho and Me (1959).

lunes, 3 de mayo de 2010

oompa loompenización


el 23 de abril pasado, cuando hicimos un avance del XVIII festival internacional de poesía de rosario en el ccpe, marina mariasch leyó un poema del que antes declaró: “esto lo hice con mis amigos de twitter”. lo mismo podría decir de este texto que pongo acá: lo hice con mis amigos de facebook. porque lo que no era más que el uso y abuso de un término sacado del libro charlie y la fábrica de chocolate se transformó en una argumentación seria sobre esas cosas que hacen a esta triste vide frente a la pantalla.    
 Tim Burton, el puppetier que se encontró con una cámara.

El jueves, 29 de abril de 2010 a las 9:20 escribí:
No sé si todo Tim Burton es así, pero hablo a partir de dos películas que tengo bien presentes y, a grandes rasgos, constituyen una de las características de este director: su Batman y Charlie y la fábrica de chocolate. En ambas lo político, la forma en que la ciudad ingresa en la vida de los personajes, es una manifestación estética que implica al líder en el estrado y las masas (oscuras, casi anónimas) como decorado de una escenografía gigantesca.
En Charlie —de la que mi hijo pequeño se ha vuelto devoto—, la familia de Charlie debe oompa-loompenizarse para ser acogida bajo el ala protectora del líder (Willy Wonka). Los oompa-loompas son una metáfora del trabajador-esclavo posmoderno: adictos a una forma del trabajo en la que se juega su placer y su identidad. Así la familia de Charlie, cuya nostalgia pertenece a un tiempo de comunión entre el líder y la masa (los tiempos en que la fábrica de Wonka funcionaba a pleno), es absorbida “estéticamente” por Wonka, su condición proletaria pasa a ser un paisaje dentro de ese jardín universal que es la fábrica de chocolate.
Gabi Chaia, encantadora, empieza con un mensaje personal: “Ay Pablito! te enojaste con Burton porque te pusiste celoso...” A lo que digo: “Eso no responde a mis argumentos. Además, le dejaré ver a mi hijo todas las películas de boorton que me pida”.
Y Gabi de nuevo: “De todos modos gracias por los argumentos. Por supuesto que es interesante esa lectura, lo que ves en lo que Burton escribe con la imagen. No será que cada uno cuenta lo que puede y no siempre eso puede ajustarse a un marco ideológico que hasta sería más posibilitador... Quizás él cuente lo que lo habita...Y sera eso...Hay zonas o registros donde es más sencillo enmarcarse en lo ideológico y otras donde, como me gusta decir,...algunos a la hora del bife se vuelven vegetarianos! Seguiré pensando...”
Contesté: “Sí, sí, de acuerdo, pero lo que no entiendo es por qué esa escenografía fascista genera tantas adhesiones, que es de lo que se trata la lectura. y algo que no puse: no parece que hubiera algo más en burton que eso: seres especiales en ese paisaje. porque directores y escritores fascistas he leído y visto un montón y muchos me encantan, pero es como con conrad y el colonialismo, hay algo que se sobrepone al discurso colonial y hasta lo devasta. en cambio burton... no, sólo lo estético”.
Y Gabi: “Burton escribe con la imágen lo que comentas y en general las escenas sociales o ambientales son asfixiantes, salvo raras excepciones. A lo mejor cuenta eso o lidia con eso. Creo que genera adhesión porque nos interpreta. Vivimos en un mundo un poco burtoniano”.
Entonces interviene Leopoldo Brizuela, quien al final se retira dejando sólo el mensaje: "Perdón, evidentemente era una discusión en serio. Yo no estaba hablando en serio. Abrazos a todos. Sigan nomás." Pero antes anota: “Oh no, no. Esto es como decir que Hijitus es un Parapolicial, y que reivindica la necesidad del Comisario de tales entidades contrarias a todo accionar democrático. Para no hablar de las mujeres que son escasísimas y brujas —Cachavacha— o taradas —la vecinita de enfrente que me tiene locoloto aunque todavía ando en pañales. Relájate y gozá, Makowski...” Y también: "Para no hablar de la siniestra influencia que han ejercido en nuestras madres los bizqueos de Libertad Lamarque!!! Yo, cuando llegue a ministro, haré leer a adorno en el jardín de infantes; ¿que no leen? Ya lo harán. Que lo lea entonces la señorita en lugar de parodiar a Piñón Fijo, sobre quien estoy haciendo un seminario."
Entonces me encuentro con Marcelo Vieguer, a quien venía leyendo ya en otros comentarios y le envío un mensaje que, con su respuesta, me devuelve una alegría y una responsabilidad enorme: con una carrera en la crítica de cine mucho más intensa que la mía, Vieguer había tomado un curso sobre cine y literatura que dimos con Osvaldo Aguirre en 1991, cuando la librería Homo Sapiens aún estaba en Sarmiento al 600. Dice Vieguer: “Es cine, ni pintura ni fotografía ni mucho menos literatura. Y el problema de Burton no es un problema de posicionamiento. No es cuestión que el argumento se adecue o no a filas más o menos progres —que por lo demás siempre es una cornisa, digo, lo progre—, sino que Burton se corre de ese estar en un lugar u otro en pos de la imagen. En Burton importa más siempre lo distintivo y/o diferente, y lo filmado se evidencia como excusa. En ese evidenciar, los supuestos logros quedan siempre de la mano de esa estratificación outsider de los personajes (que las tijeras, que un simio, que Charlie, que los invasores, etc.), una especie de marco no referenciable de lo cinematográfico; y si lo toma, lo desarma desarticulando toda tradición: tradición que por lo demás se ha tomado como idea a olvidar de mucho del cine contemporáneo. En esa grieta, se parece y demasiado al inglés Greenaway. Tengo la sensación que Burton desprecia al cine, y su mundo es el de la animación: de allí el tono y el maquillaje acorde. El mundo de Cachavacha, Oaky y Neurus, le es propio al marco en que se desenvuelve. Los personajes de Burton han logrado apropiarse de cierto gusto clishé de la estética contemporánea. No es casual el merchandising de sus muñequitos, en niños y adultos. Son más relevantes estos que las historias en que se desenvuelven. Como una especie del peor expresionismo (histrionismo es más apropiado) visual traspolado al siglo XXI, la respuesta de su cine es una mirada desde sus propios sueños y pesadillas (y estos como de un niño bien que duerme en casa propia), y no de aquellos que soportaban un alma partida en dos. Hablar no muy bien de Burton es ir a contramano de la corriente, pero su cine me parece reflejo perfecto de un narcisismo legitimado. La Bigelow me parece incluso más fascista aún, si le cabe el término, pero en ella cada plano es plano de cine. Burton se filma en ese espejo posando de artista maldito y estética edulcorada. Y su única sorpresa será la próxima constitución de una máscara que en vez de revelarnos un interior o el salirse de allí por otros medios -para eso estaban-, será la expansión de algunos colores o rasgos sorpresivos, en el siempre disponible rostro multifacético de Johnny Deep. Yo hace demasiado que no espero más nada”.
Y Gabi define: “Hace un rato pensaba que Burton es un puppetier que se encontró con una cámara...”
Horas más tarde Guillermo Paniaga hace su anotación: “Pablo, leí la nota esta mañana y había visto también los comentarios de Gabi y de Brizuela (que después parece que quitó; aunque se tratara de una joda lo de hijitus y cachavacha, era una observación aguda, hay que reconocerle); pero no respondí porque, primero, no sabía posicionarme en una defensa de la obra de Burton cuando debía darte la razón respecto de la metáfora de los "umpalumpas" y, segundo, el día estaba perfecto y me rajé para el río.
Mientras remaba iba pensando en esto de Burton —entre otras cosas, claro— y rebuscando las razones de mi gusto por su obra. Al regresar, vi un nuevo comentario y fue ahí donde encontré la respuesta que buscaba: mi gusto responde al clisé de la estética contemporánea. Lo admito... Con mi cabeza libre de esa gran incógnita puedo volver a la Burton y, particularmente, a la fábrica de chocolate (recién ahora veo que tu nota es el corolario de una serie de fotos y declaraciones de odio, enfocado sobre todo en la figura que se hizo de los umpalumpa —en la película son igualitos a Duhalde!—. Lo dicho: tenés razón, es detestable la metáfora que vos leés. Pero no creo que se deba a una postura fascista de Burton (lo de progre creo que corre más por cuenta de quienes lo siguen o critican que por él mismo); sí que es el resultado de otro clisé mucho más viejo: el del buen (e ingenuo) salvaje construido desde una mirada eurocentrista y que Burton hereda al trasladar el cuento a la pantalla.
“Es, sin dudas, detestable también que la familia deba woncanizarse (me parece, más umpalizarse) para acceder no a la protección de Willy, sino directamente a la posibilidad de heredar la fábrica. Willy sueña con la aprobación del padre dentista, de quien se alejó por dedicarse a las golosinas; hay una distancia entre ellos que, con su heredero, pretende que no exista. Willy es un neurótico con plata y aniñado, por eso busca a un chico; y la familia de Charly, pobre, que tiene limitada la libertad de elección, termina por entregarlo (a Charly) y entregarse ella misma con la esperanza de ser los futuros propietarios de chocolates wonca. ¿No es esa una crítica a la desigualdad social, por un lado, y a la servidumbre voluntaria, por el otro? Yo creo que sí. En fin, a todo se le pueden dar muchísimas lecturas y aún cuando cada una de ellas tengan peso y razón, el gusto es el que termina decidiendo qué hacer con tal o cual obra, tal o cual creador. Mi gusto responde al clisé, así que seguiré esperando (yo sí) algo más de Burton; porque, por cierto, Alicia no me gustó para nada”.
Lo que, ya entrada la noche, trae un nuevo comentario de Vieguer: “Guillermo, no pretendía herir susceptibilidades, no en primera instancia al menos. Escribí para fundamentar un poco lo poco que me atrae el cine de Burton. Quizá allí esté la respuesta. Burton filma como un europeo. Lo de clisé era eso. Hay cosas que se dicen y otras que no. Queda bien hablar de Burton, de Lynch o de Jarmush, pero no hablar de Carpenter. Hay tópicos que se recorren y siempre en el cine está la intelligentzia que dicta que verse y que no. Ahora, en estos tiempos, se dicta que Burton es un cineasta "progre", y me refiero no a su ideología, sino el modelo de "gran" cine. De allí ese esperar lo próximo de él. Es el bálsamo y el oasis de cierta "repetición" formal. A ese buen e ingenuo salvaje que referías, le ignoraban olímpicamente el espíritu tan reservado a las minorías ilustradas europeas.
“Los personajes de Burton están por fuera del sistema, y solo intentan ser parte de. Los acomete esa necesidad imperiosa de no quedar al margen y reaccionan por derecha y por izquierda para ser reconocidos y aceptados. No hay en ellos espíritu posible ya definidos por esa monstruosidad que los delinea. Allí aparece lo fascista de su cine. Y el espíritu no son las emociones, aclaro, porque allí también están las respuestas: las lágrimas que solo se entienden con el corazón.
Y aclaro que me encanta Ed Wood, justamente porque allí miro lo contrario.
Cuando me refería al clisé contemporáneo, no me refería al tuyo específicamente, pues excede el gusto particular, es general, si no no sería tal. Un abrazo”.
Más tarde aún, ya pasada la medianoche, pone Paniaga: “Marcelo, no hay heridas de ningún tipo, te aclaro. Y desde ya que hablar de clisé excede lo particular. Lo comprendo y por eso admito la posibilidad de que me guste la obra de Burton en respuesta a etc, etc. No había ironía; retomando tu frase, no en primera instancia al menos. Ahora estaba mirando Tetro y frené un poco porque apareció Susana Giménez diciendo "litedatuda" y puse pausa para respirar, ja. En principio no veo (o quizás no quiera ver) fascismo en Burton y por eso el resto de tu comentario lo voy a encarar con calma más tarde; si encuentro que es posible argumentar y debatir aún más, y te interesa, sigo por acá, seguramente mañana. y si no, tendré que aceptar también la posibilidad de que sea fachista nomás. Abrazo”
Gabi Chaia cierra el asunto —ya que por mi parte quedé tan anonadado que hice mutis por el foro— con un video de The Killers sobre su tema “Bones” en http://www.youtube.com/watch?v=4Ot4sQoCJDY y dice: “Y quizás en el futuro cuando alguien vea un esqueleto recordará a Huesitos Burton”.

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