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"I don't want to belong to any club that will accept people like me as a member." Groucho Marx en Groucho and Me (1959).

viernes, 9 de septiembre de 2016

¡es el neoliberalismo, estúpido!

Leo y traduzco a Adam Kotsko, "¡El verdadero problema con la Fundación Clinton: es el neoliberalismo, estúpido!", en su blog:
Imagen tomada de la Clinton Foundation.
Me estoy cansando de los gestos vagos acerca de cómo la Fundación Clinton “plantea cuestiones acerca de” Hillary Clinton y sobre las influencias a que está sujeta. No es que se trate de preocupaciones infundadas, pese a que muchas veces parecen exageradas –¿quién de nosotros parecería tener razón si un observador hostil tuviera acceso a nuestros archivos de correo electrónico? El problema es que los árboles tapan el bosque. Lo que en apariencia muestra a la Fundación Clinton potencialmente corrupta –la combinación de intereses estatales y financieros en proyectos de caridad– no puede resolverse con la refutación de cualquier acusación individual de tráfico de influencias. El problema es el modelo de gobierno neoliberal que encarna la Fundación Clinton.Los Clinton están “contactando” a varios “accionistas” para resolver problemas, pero no son demasiado exigentes en lo que concierne a la línea entre los sectores públicos y privados u otras divisiones tradicionales del poder. La secretaria Clinton podría priorizar los donantes en el Departamento de Estado porque esos donantes son las personas que están contribuyendo a causas que iba a perseguir ya sea dentro o fuera de la administración. No importa cuál sea su papel oficial, ella está tomando un enfoque neoliberal clásico, ostensiblemente postideológica, una aproximación de “resolución de problemas” que “aprovecha” todos los recursos disponibles. 

Debemos recordar que los demócratas de Clinton son sobre todo meritocráticos, lo que significa que confían en que tanto las instituciones de autoridad tradicionales y los mercados favorecen a las personas “más inteligentes”. Y en el modelo neoliberal, la “lucidez” es transferible, por lo que alguien que hizo una fortuna por fuera de los modelos de licencia estándar y dentro de un sistema que opera en territorios desleales, encaja naturalmente en cierto esquema educativo, por ejemplo. ¿Por qué no “le tenderías una mano” a los multimillonarios de la tecnología, o los financistas que ya están hechos? ¿Quién más te gustaría que se siente a la mesa?

Desde afuera parece corrupción, pero desde adentro se trata de las mejores prácticas. A quienes de verdad les preocupa la Fundación Clinton, lo que les preocupa es el neoliberalismo, lo contrario sería mala fe

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