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"I don't want to belong to any club that will accept people like me as a member." Groucho Marx en Groucho and Me (1959).

domingo, 3 de abril de 2011

el ansia > p.p. pasolini

María Lanese me envía esta tarducción que hizo de un fragmento de los Escritos corsarios de Pier Paolo Pasolini. Comparto la versión de María y su original (que también vino en el correo).

«"El poder ha decidido que somos todos iguales”.El ansia de consumo es un ansia de obediencia a un orden no pronunciado. Cada uno en Italia siente el ansia, degradante, de ser igual a los otros en el consumir, en el ser feliz, en el ser libre: porque este es el orden que inconscientemente ha recibido, y al que “debe” obedecer, a condición de sentirse distinto. Jamás la diversidad se ha sentido como una culpa tan espantosa como en este período de tolerancia. La igualdad, de hecho, no ha sido conquistada, es una “falsa” igualdad, recibida de regalo. Una de las características principales de esta igualdad, del expresarse viviendo, más allá de la fosilización del lenguaje verbal, es la tristeza: la alegría es siempre exagerada, ostentada, agresiva, ofensiva. La tristeza física de la que hablo es profundamente neurótica. Depende de una frustración social. El modelo social a realizar no es más aquel de la propia clase, está impuesto por el poder, muchos no están en condiciones de realizarlo. Esto los humilla horrendamente…. ¿ Pero, no es la felicidad lo que cuenta? ¿No es por la felicidad por lo que se hace la revolución? Hoy, esta felicidad – con el Desarrollo – está perdida. Esto significa que el Desarrollo no es de ningún modo revolucionario, ni siquiera cuando es reformista. El Desarrollo no trae más que angustia.»
Escritos corsarios , capítulo “La revolución antropológica en Italia”, 11 de julio 1974.

«"Il Potere ha deciso che siamo tutti uguali". L'ansia del consumo è un'ansia di obbedienza a un ordine non pronunciato. Ognuno in Italia sente l'ansia, degradante, di essere uguale agli altri nel consumare, nell'essere felice, nell'essere libero: perchè questo è l'ordine che egli ha incosciamente ricevuto, e a cui "deve" obbedire, a patto di sentirsi diverso. Mai la diversità è stata una colpa così spaventosa come in questo periodo di tolleranza. L'uguaglianza non è stata infatti conquistata, ma è una "falsa" uguaglianza ricevuta in regalo. Una delle caratteristiche principali di questa uguaglianza dell'esprimersi vivendo, oltre alla fossilizzazione del linguaggio verbale, è la tristezza: l'allegria è sempre esagerata, ostentata, aggressiva, offensiva. La tristezza fisica di cui parlo è profondamente nevrotica. Essa dipende da una frustrazione sociale. Ora che il modello sociale da realizzare non è più quello della propria classe, ma imposto dal potere, molti non sono appunto in grado di realizzarlo. E ciò li umilia orrendamente... Non è la felicità che conta? Non è per la felicità che si fa la rivoluzione? Oggi , questa felicità - con lo Sviluppo- è andata perduta. Ciò significa che lo Sviluppo non è in nessun modo rivoluzionario, neanche quando è riformista. Esso non dà che angoscia.»
Scritti Corsari, capitolo su "La rivoluzione antropologica in Italia".

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