El economista Nouriel Roubini predijo la crisis financiera de
2008. Ahora cree que los mercados bursátiles caerán en un 30 a 40 por
ciento debido al coronavirus. Y que Trump perderá su reelección.
Nouriel Roubini es uno de los economistas más
destacados y enigmáticos del mundo. Predijo con precisión el estallido de la
burbuja inmobiliaria de los EEUU, además de la crisis financiera de 2008, junto
con las ramificaciones de las medidas de austeridad para la Grecia endeudada.
Roubini, que es famoso por sus osados pronósticos, ahora tiene otro: cree que
el coronavirus conducirá a un desastre económico global y que, como resultado,
el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, no será reelegido.
—¿Qué
tan grave es el brote de coronavirus para China y para la economía global?
—Esta crisis es mucho más severa para China y el
resto del mundo de lo que los inversores esperaban por cuatro razones. Primera:
no es una epidemia limitada a China, sino una pandemia mundial. Segunda: está
lejos de haber terminado. Esto tiene consecuencias masivas, pero los políticos
no se dan cuenta.
—¿Qué
quiere decir con eso?
—Mire solo su continente. Europa teme cerrar sus
fronteras, lo cual es un gran error. En 2016, en respuesta a la crisis de refugiados,
Schengen fue
efectivamente suspendido, pero esto es aún peor. Las fronteras italianas
deberían cerrarse lo antes posible. La situación es mucho peor que un millón de
refugiados que vienen a Europa.
Roubini: foto de AP publicada en Der Spiegel.
—Todos creen que va a ser una recesión en forma
de V [la forma común: la economía sufre un período agudo pero breve de
declive económico con una depresión claramente definida, seguida de una fuerte
recuperación. N.dT.], pero la gente
no sabe de qué están hablando. Prefieren creer en los milagros. Es matemática
simple: si la economía china se redujera en un 2 por ciento en el primer
trimestre, requeriría un crecimiento del 8 por ciento en los últimos tres trimestres
para alcanzar la tasa de crecimiento anual del 6 por ciento que todos esperaban
antes de que estallara el virus. Si el crecimiento es solo del 6 por ciento a
partir del segundo trimestre, que es un escenario más realista, veríamos que la
economía china solo crece entre un 2,5 y un 4 por ciento durante todo el año.
Esta tasa significaría esencialmente una recesión para China y un shock para el
mundo.
—¿Y tu
último punto?
—Todos piensan que la dirigencia política
reaccionará rápidamente, pero eso también es incorrecto. Los mercados son
completamente psicópatas. Fijémonos en la política fiscal: se pueden hacer
malabares fiscales solo en algunos países como Alemania, porque otros como
Italia no tienen margen de maniobra. Pero incluso si se hace algo, el proceso
político requiere mucho hablar y negociar. Tarda entre seis y nueve meses, lo
cual es demasiado tiempo. La verdad es que Europa habría necesitado un estímulo
fiscal incluso sin el corona crisis. Italia ya estaba al borde de una recesión,
al igual que Alemania. Pero los políticos alemanes ni siquiera están pensando
en el estímulo, a pesar de que el país está tan expuesto a China. La respuesta
política es una broma: los políticos suelen estar detrás de la curva. Esta
crisis se extenderá y resultará en un desastre.
—¿Qué
papel tienen que jugar los bancos centrales?
—El Banco Central Europeo y el Banco de Japón ya
están en territorio negativo. Por supuesto, podrían bajar aún más las tasas de
los depósitos para estimular los préstamos, pero eso no ayudaría a los mercados
durante más de una semana. Esta crisis es un shock de oferta que no se puede
combatir con la política monetaria o fiscal.
—¿Qué
podría ayudar?
—La solución debe ser clínica. Las medidas
monetarias y fiscales no ayudan cuando no hay seguridad alimentaria y de agua.
Si el shock lleva a una recesión global, entonces tenemos una crisis
financiera, porque los niveles de deuda han aumentado y el mercado inmobiliario
de EEUU está experimentando una burbuja como en 2007. No fue una bomba de
tiempo hasta ahora porque hemos estado experimentando crecimiento. Eso ya
terminó.
—¿Esta
crisis cambiará la forma en que los chinos ven a su gobierno?
—Los empresarios me dicen que las cosas en China
son mucho peores de lo que el gobierno informa oficialmente. Un amigo mío en
Shanghai lleva semanas encerrado en su casa. No espero una revolución, pero el
gobierno necesitará un chivo expiatorio.
—¿Como
qué?
—Ya existían teorías conspirativas sobre la
interferencia extranjera en relación a la gripe porcina, la gripe aviar y el
levantamiento de Hong Kong. Supongo que comenzarán los problemas de China con
Taiwán, Hong Kong o incluso Vietnam. Tomarán medidas enérgicas contra los
manifestantes en Hong Kong o enviarán combatientes por el espacio aéreo
taiwanés para provocar al ejército estadounidense. Sólo se necesita un
accidente en el Estrecho de Formosa para ver una acción militar. No es una
guerra caliente entre China y EEUU, sino alguna forma de acción. Esto es lo que
quieren las personas en el gobierno de los EEUU como el Secretario de Estado
Mike Pompeo o el Vicepresidente Mike Pence. Es la mentalidad de muchas personas
en D.C.
—Esta
crisis es obviamente un revés para la globalización. ¿Cree que los políticos
como Trump, que quieren que sus compañías abandonen la producción en el
extranjero, se beneficiarán?
—Intentará obtener beneficios de esta crisis, eso
es seguro. Pero todo cambiará cuando el coronavirus llegue a los EEUU. No se
puede construir un muro en el cielo. Mire, vivo en la ciudad de Nueva York y la
gente apenas va a restaurantes, cines o teatros, a pesar de que hasta ahora
nadie ha sido infectado por el virus. Si llega, estamos totalmente jodidos.
—¿Un escenario de terror perfecto para Trump?
—Para nada. Perderá
las elecciones, eso es seguro.
—Es una predicción audaz. ¿Qué lo hace estar tan seguro?
—Porque existe un
riesgo significativo de guerra entre Estados Unidos e Irán. El gobierno de los
EEUU quiere un cambio de régimen y bombardeará a los iraníes. Pero los iraníes
están acostumbrados a sufrir, créame, soy un judío iraní, ¡y los conozco! Y los
iraníes también quieren un cambio de régimen en los EEUU. Las tensiones
elevarán los precios del petróleo y conducirán inevitablemente a la derrota de
Trump en las elecciones.
—¿Qué lo hace estar tan seguro?
—Este siempre ha
sido el caso histórico. Ford perdió con Carter después del choque petrolero de
1973, Carter perdió con Reagan debido a la segunda crisis petrolera en 1979, y
Bush perdió con Clinton después de la invasión de Kuwait. El campo demócrata es
pobre, pero Trump está muerto. ¡Puede citarme sobre eso!
—¿Se necesita una guerra contra Irán para vencer a Trump?
—Absolutamente, y
vale la pena. ¡Cuatro años más de Trump significa guerra económica!
—¿Qué deben hacer los inversores para prepararse para el impacto?
—Espero que las acciones globales se desbarranquen
entre un 30 y un 40 por ciento este año. Mi consejo es: ponga su dinero en
efectivo y en bonos gubernamentales seguros, como los bonos alemanes. Tienen
tasas negativas, ¿y qué? Eso solo significa que los precios subirán y subirán,
de esa manera puedes ganar mucho dinero. Y si me equivoco y las acciones suben
un 10 por ciento, eso también está bien. Tenés que proteger tu dinero contra un
desastre, eso es más importante. Ese es mi lema: “¡Más vale prevenir que
curar!”
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