Consulté a mucha gente, incluso a gente que nunca me respondió. Entre los que me contestaron, Patricio Vega descolla no sólo por su lucidez, también por su generosidad.
Preguntas y respuestas:
Todo
el mundo (o casi todos) está enloquecido con las series que se producen hoy en
AMC, Fox, HBO, así como con las que vienen de la BBC, etcétera. Pregunto, estas
series (de Lost a Breaking Bad o Boardwalk Empire), ¿te parece que introducen
un nuevo paradigma sobre la ficción, sobre todo considerando que expanden
cierto relato fílmico clásico?
Creo
que a partir de Los soprano –por
fecharlo un poco apresuradamente– la tv (americana) comienza a vivir un cambio
importante y es la aparición y consolidación del guionista como showrunner. Es
ese el momento en que el autor pasa a tener el control artístico del programa.
Desaparecen los Aaron Spelling, los Harve Bennet, desaparece (en gran medida)
el concepto de televisión instalado por la figura del productor. Y
esencialmente lo que aparece es una generación de cinéfilos que quizás hasta
ese momento no habían logrado demasiado reconocimiento en la industria
cinematográfica y encuentran en la tv un espacio para desplegar una forma de
narrar que el cine hoy ya no ejercita. Entre tanto superhéroe, remake y 3-D
estos guionistas-directores vuelven por un lado al relato de género y por otro
al drama de personajes. No es para nada un nuevo paradigma, es simplemente el
lugar que encontró la tradición cinematográfica americana para sobrevivir y
seguir desplegándose. Claro que como en toda generalización dentro de esta
nueva generación de autores hay de todo y está en el espectador descubrir al
artista y desenmascarar al impostor.
¿Te parece que el desarrollo de series en la Argentina (es
decir, en Buenos Aires) tiene que ver con el éxito de las series
norteamericanas? Y, sobre todo: ¿que cosas imperan en la tevé argentina a la
hora de pensar las ficciones?
En Argentina el showrunner
sigue siendo el productor y por más buenas intenciones que éste tenga, su
formación y su estado mental no es el de un creador de formas. Desde ese lugar
lo primero que se tiene en cuenta a la hora de encauzar a una ficción es su
presupuesto (escaso en lo posible), y lo segundo su oportunismo comercial; dos
lugares muy limitados desde donde pensar un contenido. Por supuesto que el auge
de las series norteamericanas impulsa una búsqueda aquí en Argentina, pero
todavía esa búsqueda es a tientas y los mayores éxitos son arrestos
individuales que no hacen más que confirmar la necesidad del autor como generador
de contenidos. El ejemplo más claro de los últimos años es, sin dudas, Los Simuladores, serie creada por
Damián Szifrón.
Llamémosle
realismo a una tendencia casi perpetua en la tevé argentina, ¿cómo fue recibida
Los Simuladores en este sentido, cuyo planteo no es realista, y qué
conclusiones sacaron de esa recepción que tuvo la serie?
Los Simuladores, junto con
Hermanos & detectives, la siguiente serie que hicimos con Szifrón, es
quizás el único intento real de desarrollar un lenguaje cinematográfico en tv.
Es decir, no suponer que la tv tiene un lenguaje distinto al relato
cinematográfico sino que es simplemente un medio distinto de emisión. Desde ese
lugar, está claro que el cine no es la vida tal cual es sino un recorte, un
fragmento de vida ordenado con sentido y tamizado por la imaginación y la
visión estética de un autor. Y además que todo eso no puede ni debe darle la
espalda al público. Como dice un amigo, un relato tiene que despertar al menos
tres estímulos: emoción, diversión y reflexión.
¿Cómo
pensás la relación entre la ficción en televisión y en el cine? ¿Y en la web?
Creo
que esta pregunta está respondida a en las anteriores respuestas. Agregaría que
la ficción por Internet está comenzando y todavía no ha logrado definir un
formato, una duración adecuada, un estilo definido. Es a la tv lo que la propia
tv era al cine un par de décadas atrás.
Tenés
una escuela de guión, ¿este auge de las series y el
cine nacional atrajo estudiantes? ¿Con qué inquietudes llegan?
Los estudiantes llegan, en
general con poca formación y mucha expectativa. El desafío es darles un marco
teórico práctico desde donde pensar y encarar la escritura mientras tratamos de
sofocar la urgencia por ingresar en los medios.
¿Habría
una forma de pensar el cine argentino (más allá de la consabida lección de Elescritor argentino y la tradición), hay una tradición allí que opera también en
la forma de pensar la tevé? ¿Cómo trabajás en ese sentido?
Yo diría que sí hay una
tradición televisiva argentina, pero en este caso creo que es con lo que hay
que romper. De cualquier manera no tengo una postura belicosa en contra de la
tv, no es que creo que todo lo que se hace es una mierda, ni nada parecido, me
parece que hay muy buenos intentos, pero no hay una planificación, se improvisa
demasiado y –en general– hay mucho temor al talento del otro.
¿Qué
proyectos televisivos te parecen interesantes en el sentido en que viene
planteándolo este cuestionario de la televisión argentina actual? ¿Que creés
que debería tomarse de series o ficciones fílmicas que vienen de afuera?
Veo
toda la ficción que se hace, al menos los primeros episodios, para saber qué se
hace, cómo se hace y quién lo hace. Hasta ahora no vi nada que me guste
realmente, hay algunas cosas que me conforman. Creo que hay un director que
destaca muy por encima de cualquier otro que es Daniel Barone y por supuesto me
gusta la manera de trabajar de Campanella, aunque todavía ninguna de sus
propuestas televisivas ha llegado a entusiasmarme.
Final de filmación de Los Simuladores. Fotografía de Noelia Otero.
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