socio

"I don't want to belong to any club that will accept people like me as a member." Groucho Marx en Groucho and Me (1959).

viernes, 16 de noviembre de 2012

la modernidad envejecida de rosario


Paulina Scheitlin, "Peletería".

Luis Vignoli, "Barra".

La Editorial Municipal de Rosario continúa con su tarea de refundación de la ciudad, en términos simbólicos, se entiende. A las colecciones de literatura (que incluyen clásicos rosarinos, premios de poesía, novela y, recientemente, novelas breves con dos inmejorables libros) sumó hace tiempo los libros de fotografías. También, con clásicos, como las del Rosario decimonónico, las de Joaquín Chiavazza de los 60 o las de los nuevos fotógrafos que replicaron un volumen histórico de la Biblioteca Vigil. Este miércoles presenta dos nuevos tomos que registran la ciudad desde cierto margen: no por marginales, sino por enmarcar un fuera de centro.
Así, este 21 de noviembre a las 19 en el CEC (Paseo de las Artes y el río), la EMR dará a conocer, a modo de inicio de una nueva colección cuyo equivalente podrían ser los volúmenes de crónicas (los libritos naranja), La Noche, de Luis Vignoli, y El Centro, de Paulina Scheitlin. Dos libros muy distntos entre sí que incluso contaron con la edición fotográfica de la artista y fotógrafa Lila Siegrist, además del equipo de la editorial encabezado por el escritor Oscar Taborda.

El centro
El libro de Scheitlin recoge la serie de fotografías que la autora hizo a lo largo de varios años sobre los rincones “envejecidos” del centro rosarino. Es decir, el diseño de una ciudad es una pantalla política: nos muestra las decisiones políticas, el modo en que su élites y su gente habitó un espacio y peleó por él; nos muestra qué fue considerado central, qué quedó relegado a los márgenes; qué de aquél centro no pudo sobrevivir a las nuevas centralidades y así permanecen como flecos, irradiando una suerte de penumbra sobre el espacio mutante de lo central.
La técnica de Scheitlin consiste en pasar desapercibida mientras dispara con una Canon analógica que hay que enfocar a mano sobre hoteles sin estrellas, lavanderías, viejas galerías, boliches, verdulerías o en la calle; desde el colectivo, sin que los sujetos en el cuadro sospechen que están siendo fotografiados: esas escenas de una ciudad desangelada son parte de algo bello. “La belleza estaba en todas partes”, como decía una frase de Virginia Woolf que Scheitlin citó en una muestra suya.
Las imágenes tienen muchos tubos fluorescentes, espejos manchados –como desteñidos–, vidrieras que conocieron días mejores, gente sola en los bares, en un mostrador. Esos espacios, declaró una vez la fotógrafa, “son realmente el espíritu de la ciudad”. Scheitlin no usa flash y la luz tiene cierto tono uniforme, como si fuesen tomadas detrás de un vidrio como muchas de las escenas de las fotos. Parecen pinturas y siempre recuerdan al observador el manto de penumbras que rodea a todo lo que se erige contra el tiempo

La noche
Las fotografías de Luis Vignoli son parte del enorme archivo que el fotógrafo tiene de cuando recorría con su cámara los boliches, discos y locales bailables alternativos de la larga noche de los 90 en Rosario y al tiempo que Vignoli trabajaba para revistas sociales.
Cuando el fotógrafo expuso esas fotos, hace poco más de un año, la gente que estaba en la inauguración se buscaba en las fotografías. Hubo quienes alzaronn una criatura para que vea a mamá en una mesa, rodeada de chicas, con dos galanes parados atrás, sosteniendo unas latas de cerveza con el viejo diseño de Quilmes.
Lila Siegrist, quien rastreó registros rosarinos de gente bailando en la noche hasta una revista del año 1948, anota a propósito de este libro: “El material de espurio de las revistas de vida social, de la noche y la moda de los años noventa conforma el repertorio de La noche de Luis Vignoli, donde el estándar esperado por esas publicaciones está apenas corrido para ubicarse en el sector de lo impublicable. Así es como Luis comienza a producir un cuerpo de obra a partir del remanente visual de una noche plagada de contradicciones amorosas y visuales, de brillos y sombras, tan propios de aquellos años en que se enmarca este recorte epocal: 1990 y 1998”.

Luis Vignoli, "DJ"; Paulina Scheitlin, "Bar". 

La noche, Luis Vignoli. Rosario, 2012, EMR. 60 páginas, 18 x 15 cm.
El centro, Paulina Scheitlin. Rosario, 2012, EMR. 56 páginas, 18 x 15 cm.
Ediciones de 500 ejemplares. (Tipografía Rosario, www.omnibus-type.com.) Precio: $ 50. Dónde conseguirlos: Stand de la emr (peatonal Córdoba y Corrientes). Oliva Libros - Entre Río 548. Buchín Libros – Entre Ríos 735. Peccata Minuta – Pasaje Pam. Club Editorial Río Paraná – Velez Sarfield 395.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios se moderan, pero serán siempre publicados mientras incluyan una firma real.