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miércoles, 17 de junio de 2020

citas y guiños en "5 sangres"

5 sangres (Da 5 Bloods, según el título original en jerga), el film de Spike Lee que estrenó Netflix el viernes pasado narra, a grosos modos, el regreso de cuatro veteranos negros a Vietnam con el doble objetivo de recuperar el cuerpo de su amigo muerto allá alrededor de 1968 y, también, de hacerse con un tesoro enterrado junto con el cadáver del camarada.

Claro, Lee y el guionista Kevin Wilmott (cuya estrecha colaboración lleva ya años) no sólo revisan la participación de los afroamericanos durante esa guerra, al tiempo que en suelo estadounidense era asesinado Martin Luther King, reprimidos miles de manifestantes negros, muchos de ellos asesinados por la policía; también reflexionan sobre el verdadero enemigo no sólo en esa guerra, sino en todas las que libra el imperio.

Filmada mucho antes del asesinato de George Floyd que levantara la mayor de las protestas contra el racismo en muchas décadas en el seno de Estados Unidos, 5 sangres es tanto una reflexión sobre esa guerra en la que un pueblo derrotó al mayor ejército del mundo y de la historia, es también y ante todo una reflexión sobre el presente, como suele serlo cada film de Spike Lee.



La película, de casi dos horas y media de duración, mezcla no sólo la “fábula” presente, es decir, el viaje de regreso al paisaje de la guerra, hoy un campo minado, abandonado y arruinado por los bombardeos defoliantes del ejército estadounidense, paisaje que se convierte en escenario y agita los fantasmas de cada personaje; también actualiza, hace una suerte de “update” de lo que la negritud significó en cada guerra estadounidense: los negros, dice en la radio la voz de una locutora norcoreana norvietnamita que le habla a los soldados afroamericanos, representan sólo un 12 por ciento de la población de Estados Unidos, pero conforman casi el 35 por ciento de las tropas.

Pero, como sucede con todas las películas de Lee-Wilmott, también las citas –que ahora llaman “Easter Eggs” (huevos de Pascua)– cuentan la historia.

En Vulture, la revista de cultura y espectáculos del New York Times, el periodista Jason Bailey repasó esas citas o guiños cinematográficos.

“La razón por la que Lee y Kevin Wilmott trabajan tan bien juntos –señala Bailey– es que ambos son profesores: Lee enseña cine en la Universidad de Nueva York, Wilmott en la Universidad de Kansas. Es importante tener en cuenta su experiencia académica al ver esta última película, que es una aventura de la Guerra de Vietnam que abarca una década y un curso de posgrado en historia y estudios cinematográficos, repleto de referencias no solo de imágenes anteriores de guerra, sino también importantes acontecimientos del pasado y el presente”.

Las películas de Lee con frecuencia están llenas de referencias a sus inspiraciones (La noche del cazador en Haz lo correcto, Un rostro en la multitud en Bamboozled, y así. En 5 sangres esas influencias estén tejidas sutilmente a lo largo de la película.

La película de Lee está llena de guiños a la icónica Apocalipsis Now de 1979, de Francis Ford Coppola, y por una buena razón: fue una de las primeras grandes producciones en dramatizar el conflicto de Vietnam (a solo cuatro años del fin de la guerra cuando se estrenó), y lo hizo de una manera altamente estilizada que guió el plan de Lee sobre la estética de su película. En la primera noche de su viaje, los cuatro viejos amigos de 5 sangres visitan una discoteca de la ciudad de Ho Chi Minh llamada “Apocalypse Now”, decorada con carteles de la película (“¡Eso es un club de verdad!”, declaró Lee a un periodista de Vulture). Más tarde, Lee recrea una de las secuencias más famosas de la película, el ataque con helicópteros mientras suena “La cabalgata de las Valkirias” de Wagner, sólo que en esa ocasión los cinco protagonistas parten en su viaje río abajo en un barco turístico que avanza con lentitud. La película también presenta a una joven francesa cuya familia “hizo varias fortunas dirigiendo una plantación de caucho” y una secuencia en la que los protagonistas se asustan de un animal de la selva, ambas escenas saludan a la película de Coppola.

El tesoro de Sierra Madre, el drama de aventuras de John Huston de 1948, es otra influencia: un grupo de hombres descubren una fortuna en oro y luego se enfrentan y sucumben a las tensiones y las sospechas. La segunda mitad de 5 sangres estimula esas vibraciones, con Delroy Lindo como el sucesor espiritual del sudoroso, delirante y paranoico Fred C. Dobbs (que en el film de Ford interpretaba Humphrey Bogart). Y 5 sangres toma prestada la línea de diálogo más famosa de Sierra Madre: “Si son policías, ¿dónde están sus insignias”?

Tres Reyes, la sátira de guerra de 1999 de David O. Russell contaba la historia de cuatro soldados de infantería que intentaban hacerse con una fortuna en oro en plena guerra. Si bien no se hace referencia directa en la película de Lee, es posible que el director se haya inspirado también en este film, cuyo director de fotografía, Newton Thomas Sigel, fue contratado para 5 sangres.

Los héroes de Kelly (Clint Eastwood, 1970) fue la versión Segunda Guerra Mundial de la historia según la cual “un grupo de soldados comete un atraco”, con Eastwood, Telly Savalas, Donald Sutherland y Don Rickles persiguiendo un yendo tras lingotes de oro en la Alemania nazi.

Lee a menudo cita a Oliver Stone como amigo e inspiración, por lo que tiene sentido que las secuencias de flashback en 5 sangres le deban mucho a Pelotón, de Stone, que ganó el Oscar en 1986, tanto en términos de estilo (los tiroteos tienen la intensidad que hizo una marca de Pelotón) y sustancia (el personaje de Chadwick Boseman se parece a Willem Dafoe en Pelotón).

La secuencia de apertura de 5 sangres comienza con un montaje histórico rápido, bombardeando al espectador con nombres y fechas relacionadas con el conflicto de Vietnam, las protestas antibélicas y el movimiento de Liberación Negra.

En el montaje de la secuencia de apertura Muhammad Ali, joven, entonces el campeón mundial de peso pesado, explica su negativa a pelear en Vietnam. “Mi conciencia no me deja dispararle a mi hermano o a algunas personas más oscuras”, dijo a los periodistas. “¿Y dispararles por qué? Nunca me llamaron negro”. Ali, un musulmán devoto, se proclamó objetor de conciencia a la guerra; en 1967 fue declarado culpable de evadir el reclutamiento, y fue despojado de su título y suspendido del boxeo hasta que la Corte Suprema revocó esa decisión cuatro años después.

Entre las imágenes y fragmentos de la resistencia afroamericana a la guerra, vemos las icónicas imágenes en los noticieros de Tommie Smith y John Carlos, dos atletas victoriosos durante los Juegos Olímpicos de 1968. Smith y Carlos, que habían ganado (respectivamente) las medallas de oro y bronce por la carrera de 200 metros, levantaron sus puños negros en el saludo del Black Power mientras sonaba “The Star-Spangled Banner” (el himno estadounidense), un acto de protesta en solidaridad con sus hermanos y hermanas en casa, en nombre del “Proyecto Olímpico para los Derechos Humanos”.

Kwame Ture, Angela Davis, Bobby Seale, las voces clave de la disidencia del período están en la secuencia de apertura de Lee. Ture (entonces conocido como Stokely Carmichael), primero un líder del Comité de Coordinación No Violenta para Estudiantes, luego un “primer ministro honorario” de las Panteras Negras; Davis, profesora de la UCLA, influyente autora y oradora, y feminista marxista; y Seale, activista y cofundador del partido de las Panteras Negras.

Lee también incluye imágenes y fotografías de la manifestación del 4 de mayo de 1970 en el campus de la Universidad Estatal de Kent, en la que soldados de la Guardia Nacional abrieron fuego contra los estudiantes que protestaban, matando a cuatro. Pero también deja espacio para los eventos menos discutidos en Jackson, Mississippi, 11 días después, en los que oficiales del Departamento de Policía de Jackson y la Patrulla de Carreteras de Mississippi marcharon al campus de la históricamente negra Jackson State University y dispararon más de 400 disparos sobre una multitud de estudiantes, hiriendo a docenas y matando a dos.

Thích Quảng Đức y Ho Dinh Van, estos dos hombres, capturados en impactantes fotos y noticieros, se encontraban entre los varios monjes budistas que se inmolaron en 1963 como actos de protesta contra el gobierno de Vietnam del Sur. Estas protestas suicidas continuarían durante toda la guerra, tanto en Vietnam como en los Estados Unidos.

Entre las imágenes más horripilantes del montaje se encuentran el rollo de noticiero y la fotografía del jefe de la Policía Nacional de Vietnam del Sur ejecutando sumariamente al general Nguyễn Văn Lém, prisionero y esposado, en las calles de Saigón durante la Ofensiva del Tet en 1968. Ese impactante metraje, y la fotografía de la misma (filmada por Eddie Adams de Associated Press) que apareció en las portadas de varios periódicos prominentes, “cambió el curso de la Guerra de Vietnam”, según el New York Times.

Bombardeo de Napalm de Tring Bàng, 1972, otra filmación clave, fue tomada por el fotógrafo de AP Nick Ut el 8 de junio de 1972. Un avión vietnamita del sur arrojó una bomba de napalm sobre el pueblo de Trảng Bàng, matando a cuatro aldeanos y niños, e hiriendo a varios otros de 9 años que incluyeron a Pold Thị Kim Phúc, cuya ropa fue quemada por el ardiente ataque. Ut ganó el Premio Pulitzer por la foto, que, según CNN, “comunicó los horrores de la guerra y contribuyó al creciente sentimiento contra la guerra en los Estados Unidos”.

Lee señala que el 30 de abril de 1975, el Ejército Popular de Vietnam y el Viet Cong capturaron la ciudad capital de Vietnam del Sur, Saigón, marcando el final de la Guerra de Vietnam y lo que The Guardian luego llamaría “la derrota más aplastante en la historia militar de los Estados Unidos”.
Las referencias históricas y contemporáneas aparecen como metralla en la película, pero cabe señalar algunas.

El apodo de los veteranos para Donald Trump proviene de la explicación oficial por la que el actual presidente se excusó de su servicio en Vietnam. En el otoño de 1968, cuando Trump tenía 22 años, un podólogo de Queens llamado Larry Braunstein proporcionó (en palabras del futuro presidente) “una carta muy fuerte” con un diagnóstico de espolones óseos en los talones (“Fake Bone Spurs”), lo que le otorgó al joven Donald un aplazamiento médico de un año. Braunstein, según descubrió luego el New York Times, alquiló su oficina al padre de Trump, Fred C. Trump.

Cuando sus amigos descubren que Paul (Delroy Lindo) votó por el “presidente Fake Bone Spurs”, lo comparan en broma con un partidario afroamericano que aparecía detrás de Trump en varias manifestaciones durante la campaña de 2016, con un cartel que rezaba “Blacks for Trump” (“Negros que apoyan a Trump”). Más tarde se reveló que el hombre en cuestión era “Michael el hombre negro”, también conocido como Maurice Woodside o Michael Symonette, y un ex miembro del culto homicida Yahweh ben Yahweh.

Uno de los temas principales de la película es la complicada relación entre las fuerzas armadas y los soldados afroamericanos durante la Guerra de Vietnam: luchaban por los derechos humanos del pueblo vietnamita, derechos que los negros aún no habían recibido en los Estados Unidos. Fueron representados de manera desproporcionada en el conflicto (generalmente sirviendo y muriendo mientras sus contemporáneos blancos, como Trump, tomaban licencias), y los informes contemporáneos y posteriores descubrieron que a los soldados negros se les negaba promociones, se los castigaba y con frecuencia se les asignaban tareas serviles.

Sin embargo, como explica uno de los personajes de 5 sangres, el primer hombre que murió por el rojo, el blanco y el azul fue un hombre negro. Invoca el nombre de Crispus Attucks, uno de los cinco hombres que murieron en la masacre de Boston del 5 de marzo de 1770, cuando los soldados británicos dispararon contra la multitud. Como lo señala Associated Press, el Dr. Martin Luther King comprobó el nombre de Attucks y escribió en su libro de 1964 Why We Can’t Wait, “el primer estadounidense en derramar sangre en la revolución que liberó a su país de la opresión británica fue un marinero negro.”

En ese mismo discurso, el personaje del film se refiere a “recuperar” un botín de oro en nombre de, entre otros, “cada hermano y hermana robado de la Madre Africana a Jamestown Virginia, en 1619”. Ese fue, de hecho, el año en que los primeros africanos esclavizados llegaron cerca de Point Comfort en la colonia británica de Virginia, una fecha clave en la historia de la supremacía blanca en América; también se ha convertido en un pararrayos cultural gracias al Proyecto 1619 ganador del Premio Pulitzer del New York Times y las críticas de un puñado de historiadores.

Las escenas retrospectivas de Vietnam de Lee son acompañadas ocasionalmente por transmisiones de radio de “Hanoi Hannah”, el apodo que los militares estadounidenses le dieron a la locutora de Radio Hanoi Trinh Thi Ngo. Era “la principal voz de propaganda de Vietnam del Norte”, según el corresponsal de guerra Don North, quien escribe que sus mensajes a los soldados estadounidenses proclamaron que la guerra era inmoral, alentando a los soldados a desobedecer a sus superiores y desertar, insistiendo en que sus esposas y novias estaban engañándolos mientras ellos peleaban esa guerra. Los mensajes fueron, como se dramatiza en la película, dirigidos específicamente a soldados afroamericanos.

En uno de esos mensajes radiales, “Hanoi Hannah” informa sobre los estallidos civiles en todo Estados Unidos después del asesinato, en abril de 1968, de Martin Luther King Jr., quien se opuso a la Guerra de Vietnam. Las protestas se extendieron durante abril y mayo en Baltimore, Kansas City, Chicago, Detroit, Nueva York y Washington. “Su gobierno envía 600,000 soldados para aplastar la rebelión”, le dice a los soldados negros. “Tus almas hermanas se enfurecen en más de 122 ciudades estadounidenses”.

La película menciona e ilustra también las atrocidades cometidas el 16 de marzo de 1968, en las que cientos de civiles desarmados de Vietnam del Sur, incluidas mujeres, niños y bebés, fueron asesinados por docenas por soldados estadounidenses en My Lai (acá hicimos una traducción) Solo uno de los participantes, el teniente segundo William Calley, fue condenado por ese delito; declarado culpable de asesinar a 22 civiles, cumplió solo tres años y medio, todos ellos bajo arresto domiciliario.

Lee cierra su película con un rodaje de Martin Luther King dando un discurso en la Iglesia Riverside de Nueva York en el que condenó la Guerra de Vietnam y ofreció un plan de cinco puntos para ponerle fin. Los medios contemporáneos respondieron con insidia; un editorial en el Washington Post condenó a King con líneas como: “Ha mermado la utilidad de King para su causa, para su país y para su pueblo”. Como Lee señala en los momentos finales de la película, un año después del discurso, el King era asesinado.

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