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martes, 9 de agosto de 2011

capítulos finales

Hace rato que pensamos que Falling Skies, la serie sobre una devastadora invasión extraterrestre que produce Steven Spielberg para el canal TNT, “debe” muchas cosas a El Eternauta. El último episodio, el 10 (bajo el título “Ocho horas”), se emitió en TNT de Estados Unidos el domingo pasado (acá debe emitirse el domingo próximo, pero como no vemos tevé no lo sabemos: en internet ya está desde la primera hora de la madrugada del lunes).




Es decir, no sólo porque se trata de una invasión, como la que Héctor Oesterheld imaginó sobre Buenos Aires en su célebre guión de historieta, sino porque los invasores nos son presentados como un sucesivo enmascaramiento de los verdaderos invasores (los Ellos de El Eternauta). Incluso, Falling Skies tiene su versión de los Hombres-robot (en la historieta: seres humanos capturados que tienen un implante en la nuca, el “teledirector”), los niños y jóvenes que tienen incrustado un arnés del que los capítulos 9 y 10 (se emitieron juntos el último domingo) nos revelan un inquietante funcionamiento: también los soldados de los colonizadores fueron antes seres libres que ahora sirven lobotomizados.
No conocemos Boston ni los alrededores de Massachussetts, pero está claro que la idea de los productores de la serie no es mostrarnos, como en el caso de El Eternauta, a la ciudad transfigurada por la destrucción. Sí, hay un paisaje desolado, edificios que de inmediato vinculamos a la arquitectura más o menos antigua de la ciudad de la costa Este, pero no se trata de una iconografía particular. Por el contrario, la elección iconográfica recae antes sobre emblemas más universales como la escuela en la que se refugian los civiles y la resistencia militarizada y los patios de las casas donde los hombres construyeron sus barbacoas para el recreo familiar.
Por último, el afán reflexivo que envolvía a Juan Salvo y su grupo, viene a quedar en Falling Skies del lado del protagonista (quien también debe velar por los suyos: sus hijos sobrevivientes), el profesor de Historia Tom Mason (Noah Wyle), quien de vez en cuando nos recuerda que, como postula la producción, sus conocimientos en la materia ayudan a la resistencia a seguir adelante. En estas dos últimas entregas el profesor Mason nos recuerda dos batallas fundamentales de la independencia estadounidense que se llevaron a cabo ahí, cerca del lugar donde está ambientada la ficción: Lexington y Concord, donde las fuerzas reales eran enormes y las de los independentistas, apenas unos grupos guerrilleros. Ejemplos más recientes, en los que las fuerzas norteamericanas fueron repelidas otros grupos guerrilleros no vienen a cuento, se entiende, porque no sucedieron en territorio norteamericano.

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