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"I don't want to belong to any club that will accept people like me as a member." Groucho Marx en Groucho and Me (1959).

domingo, 14 de agosto de 2011

un progresista

La semana pasada un correo (voxina) de Gustavo López (fundador de Proyecto Vox) nos contaba que Sergio Raimondi haría una lectura en el ciclo “Antología en Movimiento. Conversaciones en torno a la escritura”, presentado por el poeta chileno Jaime Pinos en la casa museo La Chascona (en la Fundación Neruda), de Santiago de Chile.
La invitación venía acompañada de esta minibio de Raimondi [Sergio Raimondi (Bahía Blanca, 1968). Publicó Poesía civil (Vox, 2001), que fue traducido al alemán y editado en 2005 por el sello WVB de Berlín. Ha traducido a Catulo (Catulito, Vox, 1999) y escrito sobre Sarmiento, Alberdi, Lamborghini, Oliva y otros. Es director del Museo del Puerto de Ingeniero White y profesor de Literatura Contemporánea en la Universidad Nacional del Sur. En la actualidad, se encuentra trabajando sobre un inmenso libro de poesía titulado Para un diccionario crítico de la lengua.] y por un poema suyo inédito que acá reproducimos con alegría.

 Foto de Héctor Rio.

KEYNES

El incendio de sacas de algodón en alta estiba,
la matanza por millares de lechones intocados,
el sueño frío del minero contra la pila de carbón

deben haber estado en la base de sus ideas
sobre la relación entre inversiones y demanda,
pleno empleo, mayor consumo y regularización

porque en cada una de esas imágenes críticas
lo que distinguía era la crisis efectiva de una idea
o, mejor, las fallas clásicas de su constitución.

Eso no era una hilandería quebrada más. Eso
era una idea que había dejado de ser efectiva.
Eso era una concepción equívoca del ahorro.

Un obrero desesperado también era el fracaso
de una idea. Pero además era la ocasión propicia
para que ese mismo obrero tuviera alguna otra.

Una revuelta teórica que desarmase una revuelta
práctica estaba en la urgencia de pensar la fórmula
Y = C + I, Ingreso Nacional = Consumo + Inversión.

Finalmente el Estado, que también es una idea,
expandió funciones. Se inició el período de ensueño
de cambiar el sistema sin cambiarlo totalmente

es decir, sin alcanzar ese otro Estado presente
que adolecía de la libertad individual, esto es:
que adolecía de lo que sin duda es solo otra idea.

Pero el sindicato en todo sentido de la Ford
se sentó a la mesa para negociar desde entonces
la idea moderada de moderar las ganancias

con la convicción de que un empresario atento
al interés general es un engendro de la naturaleza.
De última esa fue la obra pública fundamental.

(inédito)

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